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Nashieli Ramírez: 30 años de la CDHCM

La ombudsperson destaca que un pendiente es contemplar las distintas discapacidades para garantizar también su derecho a la Vida Independiente y a la Capacidad Jurídica.

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21 de junio de 2023

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Katia D'Artigues

Tres décadas han pasado ya desde que la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México se creó por un decreto en el Diario Oficial de la Federación el 22 de junio de 1993.

¿Qué ha pasado en estos 30 años, cuáles son los avances y los retos en materia de derechos humanos en la entidad que es al mismo tiempo la capital de la República? ¿Cuál es la situación de los derechos humanos y los derechos de las personas con discapacidad en la Ciudad de México? ¿Qué le pediría a la persona que será la próxima titular de la jefatura de gobierno?

Para ello, Katia D’Artigues habló con Nashieli Ramírez, la ombudsperson que capitanea la Comisión desde 2017 y hasta 2025. 

Muchas felicidades. ¿Cómo llegan a este aniversario de 30 años?

Con doble sensación: primero contentos y eso es importante ante un escenario donde vemos todo el tiempo cómo tienes que estar luchando por el acceso a los derechos y defender su garantía. Muchas veces (tenemos) frustración por el dolor de muchas personas. Es difícil encontrar momentos de decir: ‘hay que celebrar algo gozoso’.

¿Cómo ha cambiado en estos 30 años que existe la comisión?

De entrada, cuando la Comisión se creó aún éramos Distrito Federal, no éramos ciudadanos de primera. No era una entidad. El primer ombudsperson (Luis de la Barreda Solórzano) fue nombrado a solicitud del entonces presidente (Carlos Salinas de Gortari) para que veamos la dimensión. Después de 30 años, con el trabajo de la Comisión y de las organizaciones de la sociedad civil, además tenemos la Constitución más garantista del país. 

La conozco algo porque fui diputada constituyente.

El que tú hayas sido constituyente me acompaña a decir lo que sigue: esta comisión, a diferencia de otras comisiones del país, se crea de la mano con las organizaciones de la sociedad que hace 30 años no son lo que son ahora. Entonces apenas era incipiente; las primeras organizaciones trabajaban mucho la agenda, sobre todo, de los derechos políticos. Creo que son logros que tenemos que reconocer. Es un camino de crecimiento que va de la mano con la  democratización de la ciudad y  con el fortalecimiento de las organizaciones de la sociedad civil en la ciudad.

Si yo tuviera una varita mágica y te pudiera cumplir una cosa, un sueño que se pudiera hacer realidad, ¿cuál sería?

Que tengamos un cambio cultural importante con relación a los Derechos Humanos. Que la gente entienda más que los derechos humanos son parte de su vida cotidiana y que todos tenemos necesidad de verlos garantizados. Que, además de exigirlos, tenemos pendiente un cambio cultural.

Estos 30 años se cumplen en paralelo a otra efeméride de 30 años: la Asamblea General de la ONU declaró el 3 de diciembre el Día Internacional de las personas con discapacidad. ¿Cómo hemos avanzado en el tema de sus derechos?

Hemos avanzado en hablar de derechos de personas con discapacidad, el primer gran logro. El problema es que todavía no sabemos quiénes son las personas con discapacidad, las visibilizamos, pero no las conocemos.

De nada sirve el cambio de normas (o leyes), si lo que pasa día a día es que sigamos con esta barrera cultural y esta barrera está en términos de esta lógica de pensar  a las personas con discapacidad como personas que son enfermas y que tienen que estar ligadas a la ‘atención médica’.

Sabemos que eso es completamente diferente a la condición de barreras sociales y que ahí viene el gran pendiente después de 3 décadas. 

El mundo ya tiene desde la mitad de la vida de la Comisión la Convención sobre los Derechos de las personas con discapacidad, que sin duda ha avanzado este modelo. A quince años, ¿cuáles son los enormes pendientes y los logros?

Los logros están en la agenda pública: en todo lo que tiene que ver con leyes y programas que avanzan; con la accesibilidad a cuestiones que tienen que ver con la educación, con inclusión laboral.

Pero uno de los más grandes pendientes que tenemos tienen que ver con Vida Independiente y Capacidad jurídica de las personas con discapacidad.

En ambos casos está la misma concepción de las personas con discapacidad que son sujetas de derecho. Por eso celebro todo lo que ustedes (en el colectivo #DecidirEsMiDerecho) han hecho principalmente en estos dos años alrededor de todo lo que tienen que ver con la capacidad jurídica y en el Código de Procedimientos Civiles y Familiares.

Ha sido un logro, pero implica un ‘cambio de chip’ social: contemplar a las personas con discapacidad como capaces de tomar decisiones por sí mismas con apoyos. Aunque el Código es un parteaguas, ahora se tiene que aterrizar en los 32 Códigos civiles de las entidades. Ya hay una iniciativa en el Congreso de la Ciudad de México que presentó la diputada Marisela Zúñiga, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos. ¿Cómo la ves?

La veo bien. La Ciudad de México tiene la oportunidad de avanzar con instrumentos locales más operativos que si no se quedan en la generalidad y no hay manera. Nos queda un año: dos periodos ordinarios en el Congreso y espero que sí lo logremos. 

Nos han pedido nuestra opinión y les hemos dado nuestros puntos de vista. Lo que podemos hacer es llegar a un acuerdo sobre cómo le vamos a hacer con la consulta para que salga sólida y con un criterio de legalidad como debe de salir. 

El Plan B que se discutirá en la Suprema Corte para declararlo inconstitucional esta semana retoma justo que no hubo consulta a personas de comunidades y pueblos indígenas y afromexicanos, también a personas con discapacidad. Cada vez que llega a la Corte una acción que no tuvo consulta, cae. ¿Qué vamos a hacer para que no paralice el proceso legislativo pero que al mismo tiempo cumpla el deber de consulta? ¿Qué podría empujar la Comisión?

Creo que debemos sentarnos otra vez. La Comisión ahí debe comprometerse a convocar y discutir qué caminos vamos a seguir. De repente, si usamos este mecanismo como formalismo, estamos echando atrás iniciativas progresistas.

Tenemos que adecuar los mecanismos necesarios para avanzar y fortalecer legalmente (la consulta) sino lo que va a pasar es que vamos a llegar a una parálisis legislativa.

¿Cómo sería una buena idea para hacer esto? ¿Sentar a organizaciones de la sociedad civil de y para personas con discapacidad con legisladores?

Así es.

Estamos viviendo un cambio político importante: Claudia Sheinbaum, la jefa de gobierno electa, se acaba de ir a buscar otro cargo. ¿Qué pendientes deja en materia de derechos humanos y para personas con discapacidad?

Los pendientes los dejaría cualquier gente y aunque cumpliera su mandato, no se acaban de un día para otro. En particular con respeto a personas con discapacidad, tenemos que seguir abordando procesos de accesibilidad.

Tenemos una ciudad muy poco accesible. Al igual que sí logramos ser la primera ciudad con puntos de conexión en internet, (ojalá) tuviéramos puntos de conexión de todo estilo.

La accesibilidad conecta. Y una accesibilidad no nada más a las personas con discapacidad motora, sino a las múltiples discapacidades que hay.

Y la accesibilidad digital. Hay que contemplar cada vez más esto hacia una ciudadanía digital. Nos estamos quedando muy atrás en el tema de páginas web accesibles. __

Totalmente y fíjate que paradójicamente cuando ya tenemos un montón de cosas hasta de libre acceso para hacer accesibles las páginas. Creo que es hasta de bajo costo poder realizarla.

Ahora vamos hacia el Sistema de Cuidados. Es un tema para todas las personas y en particular para las mujeres que nos hemos dedicado más a este tema históricamente.

Ahí hay otro gran pendiente de la Ciudad. Paradójicamente tenemos la Constitución donde se planteó como en ningún otro estado de la República y tampoco a nivel federal. No hemos podido avanzar en la parte del sistema. Hay que retomarlo seriamente porque tú sabes las dimensiones después del Covid, que lo ponen en el centro. Tenemos pendiente cómo tenemos que ver el sistema de cuidados de manera integral, pero también enfocarnos en lo que toca el sistema de apoyos que es diferente, forma parte pero no lo es. Una de las cosas en las que hemos fallado es que no estamos discutiendo el sistema de apoyos y el sistema de cuidados: tienen que ir juntos, pero ver sus características diferenciales para abordarlos. 

¿Qué falta además del presupuesto que siempre escasea?

Falta un proceso.

No puedo pensar en ningún político que diga que no cree en la agenda ni de derechos humanos ni de personas con discapacidad.

Se debe traducir en voluntad para traducir estos cambios sustanciales en cómo administras y creas programas, condiciones que todavía son difíciles de entender. Por ejemplo, de repente dicen: es que estamos haciendo programas para personas con discapacidad y piensan que son un monolito o que tienen solo una discapacidad, cuando hay discapacidades. Y hay que verlo con visión interseccional porque no es lo mismo ser una persona con discapacidad migrante o ser persona con discapacidad mujer o no binaria. Eso va marcando mayores riesgos y miradas que son bastante difíciles de comprender para no ver y pensar una solo visión de las personas. Por ahí están los retos.

¿Cuál sería el planteamiento que le harías a los y las candidatas que buscarán la jefatura de gobierno de la Ciudad en temas de derechos humanos?

Uno, que regresemos a la actualización de lo que fue el Programa de Derechos Humanos. Ahí anda, pero requiere de una  revitalización. Lo otro es que no puede haber ningún posicionamiento de democracia o de avance o de reducción de las brechas si no tenemos y tomamos en cuenta exactamente la visión garantista de la Constitución de la Ciudad de México.Toda persona que quiera gobernar esta Ciudad tiene que regresar a las discusiones del constituyente ver lo que quedó planteado. Ver lo que tenemos pendiente en armonización, pero también cómo vamos bajando a reglamentos, a protocolos y a acciones y compromisos.

Tenemos una Constitución que nos da para mucho, para tejer de avanzada en la progresividad de los derechos humanos. 

__Este jueves se va a celebrar los 30 años de la Comisión y un exconsejero suyo y consejero actual de Yo También, Carlos Ríos, no va a poder ir porque resulta que está descompuesto un elevador en el Centro Cultural Tlatelolco, donde se va a realizar. 

Así es. La Comisión siempre ha tenido consejeros de primera y qué bueno que ustedes lo tengan también. Carlos Ríos es una persona muy comprometida con la agenda. Ya nos había confirmado y sucede lo que día a día pasa en la sociedad como los grandes pendientes: se descompuso el elevador y no hay condiciones para poder componerlo a corto plazo. Es una lástima porque el Centro es accesible. Quizá lo que tendríamos que desarrollar también son ‘planes b’ para cuando nos falla. Qué podemos hacer para no excluir a la gente, porque eso es lo que menos quisiéramos y lo que más combatimos es la inaccesibilidad.

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