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Germán Martínez Cázares y María FerminaGermán Martínez Cázares y María Fermina

“Pa-pá. Qué orgullo cada palabra, qué difícil es para ti cada movimiento”: Germán Martínez Cázares

Para celebrar el Día del Padre, Yo También invitó al senador Germán Martínez Cázares a que escribiera una carta para su hija María Fermina y compartiera ese texto pleno de amor y empatía con nuestra comunidad.

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16 de junio de 2023

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Redacción Yo También

María Fermina, hija, sapicha:

Recuerdo con el corazón apretado de emoción y la garganta cerrada de sentimiento, el primer día que juntaste, con enorme dificultad cuatro letras. Te salieron como una explosión de palomas en la alameda cuando las espantas y vuelan a salvarse, tenías por meses, quizá por años, esas dos sílabas atoradas en tu pecho, mi memoria no olvidará eternamente ese día en que dijiste: ¡pa-pá!

Es uno de los momentos más felices de mi vida. Todos los niños y todas las niñas, las dicen rápido, quizá sin esfuerzo, pero a mí todavía me brinca el sentimiento, al escribirte esta carta, y volver a vivir ese episodio, y se me llenan los ojos de lágrimas alegres. Pa-pá. Qué orgullo cada palabra, que difícil es para ti cada movimiento. Yo te digo: hija, “sapicha”, que es una traducción libre de niña en purépecha, la lengua de la tierra que me vio nacer y que tanto quiero. Eres mi adorada “sapicha”. 

Tu mamá y yo te nombramos antes de nacer. Sabíamos que serías Fermina. Porque juntos leímos un libro de Gabriel García Márquez que se llama “El amor en tiempos del cólera”, donde Florentino Ariza, fue capaz de esperar 51 años, 9 meses y 4 días, al amor de su vida, la señora Fermina Daza. Ambos se amaron a pesar del tiempo, de las circunstancias de penuria, guerras y del cólera. A pesar de su condición triunfó el amor. Tu mamá te ama contra viento y marea. Es la mejor mamá que puedes tener. Y yo te hubiera esperado más que 51 años, 9 meses y 4 días, para que me dijeras “Pa-pá”. Porque, el amor, dice Pablo de Tarso, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. Te amo Sapicha. 

La vida es movimiento, hija, se mueve la tierra, los planetas, las vacas de Quiroga, se mueve el sol, las olas del mar, y el agua del Lago de Pátzcuaro. Todo tiene un motor que lo anima, todo tiene una pequeña pila, como la de tu iPad morado, tu color favorito. 

Las mariposas, el animal que también te encanta, se mueve desde Canadá hasta Michoacán. Pero antes se mueve por dentro, se transforma es un huevo, una larva, una oruga, una crisálida y luego vuela. Esa mariposa que tanto disfrutas cuando la ves, hija, tiene un motor vital adentro, como el tuyo, igual de poderoso que el tuyo, lento como el tuyo, pero enorme. Porque transformas todo lo que te rodea, a tus hermanos que te quieren tanto, a tus amigos de la escuela, a tus maestras, tus piernas se mueven lentas, pero haces que las de mamá corran maratones, tu voz sale lenta y a veces desorganizada, pero provocas que papá hable con convicción, necesitas un apoyo para caminar, pero tus pisadas fuertes, dubitativas, desorganizadas, nos llevan a todos lejos. 

Sapicha, te sentimos, y sentir es una de las capacidades humanas más importante, sentir al otro, al distinto, para comprenderlo, abarcarlo, abrazarlo, sin humillar ni discriminar a nadie. Y tu, hija, sientes perfecto, sientes más, no rechazas a nadie, no gastas tu tiempo en odiar a nadie. A todos les das la mano, con todos te presentas con tu nombre, y les preguntas “tú cómo te llamas”. Tu capacidad de sentir “al otro” es tan grande como el cielo. 

Hija, sapicha: me provocas un temblor inexpresable, una auténtica ternura. Poco o nada seríamos sin ti en nuestra familia. Sólo quiero que sepas, que tus movimientos, tus silencios, tus enojos, tus pasos lentos, tu voz desorganizada, tu cuerpo que en ocasiones no obedece, tiene dentro un fuertísimo motor…que me hace vivir. Eres, junto a tus hermanos y tu mamá, mi razón vital.  Y todos los días quiero ser digno y estar a la altura, de aquel día, de aquel esfuerzo, de aquella explosión de vida, cuando por primera vez me dijiste, con enorme fatiga: ¡pa-pá!.

Te amé cuando ya te nombraba Fermina y no habías nacido; te amo, ahora, cuando te digo “sapicha” y caminamos juntos y hablamos de Helena de Troya; y te amaré cuando mi motor se apague. 

Tu papá,Germán Martínez Cázares.

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— Yo También (@YoTambien) June 18, 2023