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Ilustración con una cerebro conectado a cinco elementos que representan los sentidos: olfato, gusto, tacto, vista y oídoIlustración con una cerebro conectado a cinco elementos que representan los sentidos: olfato, gusto, tacto, vista y oído

Interocepción y propiocepción: los otros sentidos que tenemos

Poner más atención en esos dos sentidos puede ayudar a entender alteraciones que son causa de ansiedad y depresión, así como los trastornos obsesivo-compulsivos.

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31 de mayo de 2023

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Itzel Ramírez

El aumento de los latidos del corazón, las “mariposas” que sentimos en el estómago o la conciencia espacial de dónde está cada parte de nuestro cuerpo son parte de las percepciones cotidianas de los seres humanos y que escapan a los sentidos “tradicionales”: vista, olfato, oído, tacto y gusto.

Las neurociencias han permitido descubrir que las personas tenemos al menos otros dos sentidos, la interocepción y la propiocepción.

La interocepción, explicó El Universal, es la percepción de todo aquello que pasa dentro de nuestro cuerpo, específicamente en nuestras vísceras como corazón, pulmones, intestino o vejiga.

Aunque, de acuerdo con Luis Delgado Reyes, académico del Departamento de Cirugía de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), recientemente se ha ampliado el campo abarcado por la interocepción a sensaciones no viscerales como la respiración, la sed, el hambre, la saciedad, los estremecimientos, las sensaciones genitales, las jaquecas o el dolor que provoca una fractura.

“El incremento en la frecuencia cardiaca que experimentamos cuando nos da un ataque de ansiedad o las ‘maripositas’ que sentimos en el estómago cuando vemos a alguien que nos gusta son señales interoceptivas”, agregó Mónica Andrea López Hidalgo, especialista en neurociencias y profesora de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES), Unidad Juriquilla de la UNAM.

La capacidad de conocer y detectar la posición de músculos y articulaciones está relacionada con el sentido de la propiocepción, que es fundamental para el movimiento.

“Cuando alguien está sentado en una mesa platicando con otra persona, su cerebro ya ha recibido señales propioceptivas, gracias a las cuales sabe dónde se encuentra su mano derecha”, explicó López Hidalgo.

Aunque hace tiempo que se sabe de estos sentidos, durante las últimas décadas se ha conocido, gracias a neuroimágenes, que éstos también están relacionados con el estado de ánimo, la toma de decisiones y las funciones cognitivas.

“… las alteraciones interoceptivas podrían causar ansiedad y depresión, así como un trastorno obsesivo-compulsivo y un cuadro de esquizofrenia, entre otros males”, abundó Luis Delgado.

El especialista recomendó poner más atención a estos dos sentidos y a su interpretación, pues la conciencia de ellos puede ayudar a disminuir estados de estrés y ansiedad.

Por Redacción Yo También

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