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Grupo de madres buscadoras en un terreno baldío.Grupo de madres buscadoras en un terreno baldío.

Depresión, ansiedad y ataques de pánico: el otro peso que cargan las madres buscadoras

Ante la desaparición de sus seres queridos, colectivos de madres buscadoras se desplazan por el país con la esperanza de hallar pistas que los lleven hasta sus familiares otra vez, con el alto precio que esto tiene para su salud mental y física.

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30 de agosto de 2023

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Redacción Yo También

México tiene, hasta el 15 de junio de 2023, el registro oficial de 111 mil 42 personas desaparecidas y no localizadas por la Comisión Nacional de Búsqueda. En el último sexenio, se estima que cada hora, una persona desaparece en el país. Pese al riesgo que supone buscarles en algunos estados, las familias no dejan de hacerlo, sin importar las enfermedades que esto genere, tanto físicas como mentales.

Los colectivos de madres buscadoras han surgido en varios estados con la meta de hallar a hijos, hijas, esposos o demás familiares. Estos colectivos viajan por el desierto, bosques o territorios complicados buscando pistas, metiéndose incluso hasta lugares controlados por el crimen organizado y recibiendo amenazas de ellos.

El estrés y la angustia que generan estas expediciones termina trayendo consecuencias para las personas que buscan, sobre todo mujeres. En una encuesta realizada por Idheas, litigio estratégico en Derechos Humanos a 155 familias, se descubrió que al menos 138 tenían buena salud antes de la desaparición y que 122 desarrollaron alguna enfermedad crónico-degenerativa.

Las enfermedades de la búsqueda

Dentro de la lista de enfermedades ocasionadas está la depresión, hipertensión, diabetes, falta de sueño, ansiedad, entre otras. Como queda claro, no sólo es la salud física la que se desgasta, si no la salud mental

A esto hay que sumar que quienes buscan a familiares desaparecidos se enfrentan a lesiones y accidentes por el tipo de terreno donde hacen sus exploraciones, por lo que las fracturas también son comunes, así como las infecciones debido a la exposición a fosas clandestinas.

Quienes buscan a sus desaparecidos deben enfrentarse a la indiferencia de las autoridades. La Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) tendría que dar apoyo médico a esta comunidad, pero muchas veces señala que sus afectaciones no tienen que ver con las desapariciones.

“Justamente en la encuesta nosotros encontramos algo muy interesante: que las afectaciones a la salud son a partir de las búsquedas y que eso es claramente relacionado con el hecho victimizante”, señaló Evelyn Barrera, del área jurídica de Idheas, a SinEmbargo.

Con todo y estas dificultades, estos grupos no se dan por vencidos y continúan la búsqueda, con la esperanza de encontrarles y con la exigencia de justicia para acabar con la situación que cada vez empeora en el país.

¿Sabías qué?

El 30 de agosto es el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, una fecha que comenzó a observarse en el 2011. Pero aunque la efeméride habla de “desapariciones forzadas”, las sociedades hablan de todas las personas desaparecidas o no localizadas. 

 La “desaparición forzada”, se entiende como “el arresto, la detención, el secuestro o cualquier otra forma de privación de la libertad que sean obra de agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúan con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado”. 

Según el registro nacional mexicano, sólo se tiene registro de 640 casos de personas y en el 0.57 por ciento se ha registrado el delito de desaparición forzada según el Registro de Personas Desaparecidas y no localizadas, RNPDNO.

La ONU ha señalado, en este día, que debe prestarse especial atención a los grupos de personas especialmente vulnerables, como los niños y las personas con discapacidad.

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