Las personas que se identifican como gamers son más propensas a participar en comportamientos sexistas, racistas y agresivos, reveló el estudio “Not Just a Game: Identity Fusion and Extremism in Gaming Cultures” (No sólo un juego: Fusión de identidad y extremismo en las culturas del juego), realizado por la organización de defensa de la salud mental centrada en la industria de los videojuegos, Take This.
Los investigadores, encabezados por Rachel Kowert, entrevistaron a más de mil jugadores de Estados Unidos sobre sus creencias y rasgos de personalidad, así como su nivel de “fusión de identidad” –un fenómeno psicológico que provoca un profundo sentido de alineación con un grupo o causa, y es particularmente frecuente entre los gamers– con otros jugadores.
Para el estudio, se hicieron preguntas como “¿qué tan dispuesto estarías a pelear con alguien por burlarse de la cultura de los videojuegos?” y se encontró que quienes se definen como gamers dentro de su identidad personal, son más propensos al racismo y al sexismo.
Además, los casos más extremos se detectaron en comunidades de juegos competitivos, como “Call of Duty”, que en otros cooperativos, como Minecraft.
En las conclusiones de la investigación se aclara que estos comportamientos no son exclusivos de los gamers y se han detectado en una variedad de grupos, incluidos miembros del ejército y deportes competitivos.
Por Carlos Tomasini