El avance en la tecnología deja en desventaja a los adultos mayores

La brecha digital y las desigualdades entre las personas adultas mayores han aumentado debido a que no tienen acceso a las herramientas tecnológicas de última generación, aseguró Verónica Montes de Oca, coordinadora del Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Envejecimiento y Vejez de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). 

En un artículo publicado en la Gaceta de la UNAM, la también investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS), declaró que la pandemia revolucionó el uso del internet y de dispositivos digitales debido a que a través de estos se llevaban a cabo actividades como trámites bancarios, pago de servicios, compra de alimentos y hasta el acceso a las vacunas. 

Muchos adultos mayores, indicó la especialista, pudieron salir adelante gracias a la solidaridad de hijos, hijas, nietos o vecinos que les apoyan en actividades como esas que requieren conexión digital, pero no existe una estrategia integral para atender las necesidades de este grupo poblacional que hoy está a la deriva en el uso de herramientas tecnológicas. 

En México, alrededor de 15.1 millones de personas son mayores de 60 años (12% de la población), pero son el grupo de edad que menos usa internet, con 10.4% de los usuarios totales, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares. 

Montes de Oca calificó como un acto autoritario y prepotente que tanto empresas como gobierno llevaran a cabo la migración digital de una importante cantidad de trámites y servicios sin tomar en cuenta esta vulnerabilidad de las personas adultas mayores.

Para ella, tampoco se pensó en aquellas personas adultas mayores que viven solas, para quienes no hubo una estrategia de apoyo en la realización de trámites elementales y cotidianos, como depósitos y retiros bancarios, pagos de servicios o la inscripción a programas sociales. 

“Hay adultos que tienen desigualdades históricas múltiples: campesinos que no saben leer ni escribir, mujeres de comunidades rurales marginadas, trabajadoras domésticas con antecedentes indígenas, y ahora les pedimos comprarse un teléfono inteligente o una computadora con conectividad para sobrevivir al mundo digital, lo cual no es un asunto menor”,

aseveró.

En el marco de la conmemoración del Día de la Persona Adulta Mayor, la académica subrayó que las nuevas tecnologías están pensadas y diseñadas desde una perspectiva adultocéntrica, por lo que los demás grupos de edad deben adaptarse a su visión y a sus propuestas digitales. 

“Además, hay una perspectiva urbanocéntrica, en donde todo se planea y se decide desde las comunidades urbanas que terminan imponiendo criterios y generando ciertas ventajas frente al resto de la población”, apuntó. 

Montes de Oca llamó a empatar el avance tecnológico con la alfabetización digital de las personas adultas mayores con el fin de evitar que la brecha de desigualdad siga creciendo y, para lograrlo, tanto el gobierno como la iniciativa privada y las instituciones educativas deben impulsar programas y planes de estudio para educar digitalmente a todas ellas.

Por Carlos Tomasini