Noemí tiene un doble reto: enfrentar una enfermedad genética que ocasiona pérdida de autonomía y cuidar de su hija María Georgette, quien tiene discapacidad intelectual.
Se trata de una de las llamadas enfermedades raras que se presenta en dos de cada 100 mil nacimientos y afecta a cuatro de los cinco sentidos. También se le conoce como disostosis mandibulofacial.
Las historias de tres mujeres, dos de ellas mamás de pacientes, se entrelazan por las necesidades similares de visibilidad y apoyo, pero también por la fortaleza que imprimen en su núcleo familiar y en el de su comunidad.