"Mi mayor deseo es que mis hijos no las tengan", dice Marta Cucurella, quien está consciente de que sus condiciones las comparte con un número tan reducido de personas que las farmacéuticas no investigan posibles tratamientos.
El primer paso que regularía la asistencia sexual fue dado; faltan procesos de dictaminación y consulta para que la iniciativa sea discutida con amplitud y profundidad.
Quien cuida a una persona con discapacidad debe considerar su propio cuidado como parte de un todo y no abandonarse, pues corre el riesgo de enfermar también.