Siete historias de personas que tuvieron que hacer frente al acoso escolar, algunas veces por parte de compañeros y otras por los propios docentes.
La discapacidad intelectual muchas veces dificulta a los niños explicar lo que les sucede.
El regreso a clases presenciales tiene una carga diferente para las madres y padres de familia que tienen hijas o hijos con discapacidad, al riesgo del contagio se suma el temor a que pierdan el ciclo escolar.
Aunque es necesario, e importante, que se tomen medidas de prevención adicionales para este sector poblacional que es más vulnerables a los contagios y desarrollo del COVID-19, hasta ahora las autoridades educativas no han informado nada sobre el tema.
“Llueva, truene o relampaguee” el ciclo escolar inicia en agosto, es la instrucción presidencial que contrasta con la disposición de Ciudad de México de suspender toda actividad del gobierno desde este lunes y hasta el 29 de agosto para evitar contagios.
Las autoridades mexicanas consideran que bajo este esquema niñas, niños y adolescentes podrán retomar parte de sus clases presenciales sin temor a la tercera ola de contagios de coronavirus que vive el país.
Aun cuando las autoridades anunciaron que el 7 de junio sería el regreso a clases presenciales, una encuesta que se realiza en estos días definirá el sentir de las madres y padres de familia, que están temerosos por la posibilidad de contagios. En medio de esa incertidumbre, no hay claridad sobre lo que sigue en la vida escolar de niñas, niños y adolescentes con discapacidad.
El primer paso que regularía la asistencia sexual fue dado; faltan procesos de dictaminación y consulta para que la iniciativa sea discutida con amplitud y profundidad.
Quien cuida a una persona con discapacidad debe considerar su propio cuidado como parte de un todo y no abandonarse, pues corre el riesgo de enfermar también.