En las dos últimas elecciones aumento tres veces la cantidad de electores con discapacidad y fueron más mujeres que hombres los que se movilizaron el año pasado.
El INE desarrolló una propuesta piloto que facilitará el voto anticipado de la población con discapacidad.
Finalmente no son 12, sino 8 legisladores y legisladoras con discapacidad en la más reciente legislatura en la Cámara de diputados y diputadas. Aunque la representación creció de 1 a 8, sigue siendo sólo el 10% de su representación en la sociedad.
Los hechos contradicen los discursos oficiales mientras el tiempo corre y en México faltan cifras desagregadas que se traduzcan en verdaderos programas de apoyo y una plena inclusión a la sociedad.
El domingo, México vivirá una jornada histórica en materia electoral. Las personas con discapacidad, al igual que las 93 millones de ciudadanos y ciudadanas que conforman el padrón, tendrán una participación decisiva. Pero ni la participación política ni la democracia terminan ahí. Después de la jornada electoral tenemos mucho por evaluar y avanzar.
Si bien desde el Consejo General del INE avanzó con sus lineamientos de acciones afirmativas para garantizar que haya candidatos de distintos grupos sociales, en el caso de las personas con discapacidad ha resultado insuficiente: son pocos y están por debajo de la realidad poblacional de este colectivo.