Un panel de tres jueces determina que no hay razón para excluir a quienes tienen disforia de género de la protección de la ADA, la Ley de Estadounidenses con Discapacidades.
El primer paso que regularía la asistencia sexual fue dado; faltan procesos de dictaminación y consulta para que la iniciativa sea discutida con amplitud y profundidad.
Quien cuida a una persona con discapacidad debe considerar su propio cuidado como parte de un todo y no abandonarse, pues corre el riesgo de enfermar también.