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Adulto mayor tocando su oídoAdulto mayor tocando su oído

La pérdida auditiva en mayores y su relación con la demencia

Según un estudio, la prevalencia y la falta de tratamiento podrían estar relacionadas con la presencia y desarrollo de demencia y Alzheimer.

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18 de agosto de 2022

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Itzel Ramírez

Aunque la pérdida auditiva es una condición que se presenta casi sin excepción con la edad, especialistas señalan que su prevalencia y la falta de tratamiento podrían estar relacionadas con la presencia y desarrollo de demencia y Alzheimer.

Actualmente, la pérdida de audición se clasifica en superficial, media, severa y profunda, indicó un artículo de Reporte Índigo.

“Se ha demostrado que las personas con pérdida auditiva superficial tienen el doble de probabilidades de desarrollar demencia; las personas que tienen pérdida auditiva media tienen el triple de posibilidades, y las personas que tienen pérdida auditiva severa tienen el quíntuple de riesgo de desarrollar Alzheimer o enfermedades similares”, explicó Gonzalo Corvera Behar, director del Instituto Mexicano de Otología y Neurotología SC (IMON), una organización médica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la salud auditiva.

La pérdida auditiva, precisó, se da por el deterioro de las células del oído interno, que son las encargadas de transformar el sonido en impulsos nerviosos.

“La pérdida auditiva provoca aislamiento, ya que la persona disminuye su capacidad para interactuar y comunicarse con los demás y, en los últimos años, se ha detectado que no oír bien es un factor de riesgo para el desarrollo de diferentes tipos de demencia. En este sentido, está comprobado que las personas con pérdida auditiva están más expuestas a contraer esta enfermedad”,

precisó el texto.

Otro mecanismo que está relacionado con la pérdida auditiva y la aparición de demencia es que cuando se deja de escuchar, se pierden estímulos sensoriales, lo que afecta al cerebro.

“Lo vemos en los niños cuando los estimulamos auditivamente para desarrollar su inteligencia y favorecer su máximo potencial. Si tenemos dificultad para oír, estamos eliminando uno de los sentidos que más estimulan nuestro cerebro. A eso le sumamos que el aislamiento en sí reduce la cantidad de estímulos que recibe nuestra mente”, continuó el especialista.

Además de que el cerebro realiza esfuerzos extraordinarios para comprender los sonidos, lo que lleva a que se presenten problemas inflamatorios en el sistema nervioso central, añadió el reporte.

Por ello, el especialista hizo énfasis en la importancia de usar aparatos auxiliares auditivos e implantes cocleares para incidir en el progreso de la demencia.

“Otros estudios han demostrado que existe más riesgo de demencia y depresión en personas con pérdida auditiva no tratada, que en personas que usan aparatos auxiliares auditivos convencionales, lo cual les permite también tener mejor memoria”,

advirtió Corvera.

Por Redacción Yo También