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Cerebro partido a la mitad analizado por un especialistaCerebro partido a la mitad analizado por un especialista

El fármaco más prometedor contra el alzhéimer encoge el cerebro de los pacientes

Investigadores no dan crédito a este efecto del que se desconocen sus alcances, dado que el medicamento apenas ayuda con la demencia y causa un mayor daño al cerebro.

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5 de abril de 2023

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Itzel Ramírez

Lecanemab, el fármaco más prometedor hasta ahora para el tratamiento de alzhéimer, reduce el tamaño del cerebro de los pacientes sin que se conozca la causa ni los efectos que puede tener a largo plazo, informó El País.

En las primeras etapas del alzhéimer, el medicamento reduce un 27 por ciento el deterioro cognitivo, pero el fármaco -todavía en etapa experimental- ha mostrado efectos secundarios como pequeñas hemorragias e incluso podría estar relacionado con la muerte de dos personas, de acuerdo con el reporte del diario.

“Un nuevo estudio ha analizado otro efecto colateral de este fármaco y algunos similares: la reducción acelerada del volumen del cerebro en los pacientes que lo toman. Según el análisis, las personas que reciben lecanemab experimentan una reducción en el tamaño de su encéfalo 28 por ciento mayor que los que toman un placebo. Otro fármaco experimental similar, el donanemab, también produce efectos similares”, indica la nota del periódico español.

Lecanemab ha generado una alta expectativa debido a que se trata de la primera medicina que detiene el deterioro mental propio del alzhéimer, aunque para muchos expertos, sus efectos son tan magros que son imperceptibles para pacientes, cuidadores y familiares.

Incurable hasta el momento, el alzhéimer se trata de una enfermedad que afecta a más de 30 millones de personas y de la que no se conoce la causa.

Lo que sí se sabe es que mata neuronas y que el cerebro de quienes la tienen se encoge progresivamente.

“Por eso es tan sorprendente que un fármaco que en teoría frena la dolencia produzca aún más mengua del encéfalo que la propia enfermedad”,

indicó el diario.

Scott Ayton, neurólogo de la Universidad de Melbourne, es el principal autor del estudio que detectó el efecto del medicamento, a partir del análisis de 31 ensayos clínicos de medicamentos.

“Nuestros resultados son preocupantes. No sabemos qué consecuencias puede tener la reducción del volumen del cerebro observada, por eso hacemos un llamamiento a que se hagan más estudios. Las compañías farmacéuticas que financiaron estos ensayos clínicos tienen una gran cantidad de datos que pueden aclarar este problema de la atrofia cerebral, pero esos datos apenas se han analizado y las empresas no los han publicado”, advirtió el especialista.

El propio Ayton fue asesor de Eisai, la empresa japonesa que desarrolló el lecanemab junto a Biogen, un laboratorio estadounidense.

El neurólogo afirmó que avisó a Eisai de sus resultados y que pidió detalle del volumen cerebral, sin que obtuviera los datos solicitados. El lecanemab podría obtener su aprobación en Estados Unidos y en Europa este año.

Expertos consultados por el medio dijeron que se requieren datos de seguimiento de tres o cuatro años más para saber si los beneficios del fármaco se mantienen o se estancan, además de solucionar las dudas sobre su uso.

Esta no es la primera polémica en torno a los fármacos para el alzhéimer.

Hace dos años la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) aprobó el aducanumab aun cuando estaba demostrado que no tenía efectividad.

“Tres expertos del panel de revisión oficial dimitieron como protesta. El aducanumab ha resultado un fiasco médico y económico para Biogen, la empresa que lo desarrolló y que ahora también impulsa el lecanemab junto a la nipona Eisai”,

precisó El País.

Un vocero de Eisai dijo que el proceso de aprobación sigue vigente y que los efectos podrían deberse a la desaparición de la proteína amiloide del cerebro, pero no precisó si los datos completos del fármaco serán publicados para que se analicen de manera independiente.

“Los neurólogos empiezan a dividirse entre los que ven una clara señal de alarma y los que opinan que la reducción del encéfalo puede ser un signo sin importancia para la salud de los pacientes. Hoy por hoy es imposible saber quién tiene razón”, indicó el texto.

Por Redacción Yo También

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