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Comer bien para oír mejor

Calabazas y zanahorias, lentejas y garbanzos, más pescado, son algunos de los alimentos asociados a un menor riesgo de pérdida auditiva.

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6 de diciembre de 2022

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Ivett Rangel

Ya llegó esa temporada en la que se come mucho, y de manera desordenada, pero también el momento de hacer nuevos propósitos. Y hacer dieta es uno de los principales…

Sin embargo, este menú no es para bajar de peso, disminuir niveles de colesterol, azúcar o triglicéridos, sino para mejorar la audición. 

¿Sabías que hay alimentos que ayudan a eso? Cereales y legumbres, así como lentejas y garbanzos, ayudan a fabricar glóbulos rojos en favor del oído. 

Además, la vitamina A ayuda al oído interno porque permite la formación y mantenimiento de tejidos blandos y óseos, explica Martha Vidal, especialista en audiología, foniatría y otoneurología.

Incluso el consumo de ciertos nutrientes y vitaminas pueden retrasar y/o prevenir futuras pérdidas auditivas y, por el contrario, la falta de consumo de ciertas vitaminas puede provocar infecciones de oído, tanto en niños como adultos, así como enfermedades más severas en el oído a largo plazo, según la especialista parte del equipo de capacitación de Starkey, fabricante de tecnología auditiva. 

Consumir antioxidantes y vitamina B3, B6 y B9 es indispensable para contar con una mejor audición. Un ejemplo, personas que consumen dos o más porciones de pescado por semana son hasta un 42 por ciento menos propensas a desarrollar presbiacusia (pérdida de audición relacionada con la edad). 

También hay que tener una suficiente y permanente ingesta de nutrientes, como los carotenoides beta-caroteno y beta-criptoxantina (que se hallan en calabazas, zanahorias, naranjas, entre otras frutas y verduras) y folato (presente en legumbres y verduras de hoja verde principalmente).

De paso, Vidal destaca que tener buenos hábitos alimenticios reduce el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, hipertensión, diabetes y accidentes cerebrovasculares. Y a esa rica dieta hay que acompañarla con 8 horas de sueño, 30 minutos diarios de ejercicio y practicar juegos mentales. 

Por Ivett Rangel