Ataxia, la condición que aparece en alrededor de 300 enfermedades neurológicas
En el Día Internacional de la Ataxia, especialistas recuerdan que es una condición que aparece en una de cada 100 mil personas y que afecta la motricidad, el habla y la deglución.
25 de septiembre de 2023
Redacción Yo También
La palabra ataxia, procedente del griego y con el significado de desorden, denomina a un tipo de trastorno motor que se caracteriza por la disminución de la capacidad de coordinar los movimientos -que son desorganizados, torpes y menos precisos- o por producir temblor al realizar movimientos voluntarios o dificultad para mantener el equilibro.
También es un trastorno que puede alterar el habla, los movimientos oculares o los movimientos necesarios para tragar, es decir, para deglutir.
Y aun cuando tiene estas características, no puede decirse que la ataxia sea una patología en sí misma, sino que es un signo que aparece en más de 300 enfermedades neurológicas degenerativas.
En el Día Internacional de la Ataxia, se recuerda que es un trastorno persistente asociado al funcionamiento anómalo del cerebelo, que es la parte del cerebro situada en la zona posterior de la cabeza que se encarga, entre otras funciones, de coordinar los movimientos musculares voluntarios y de mantener la postura y el equilibrio.
Según especialistas, a nivel mundial la ataxia afecta a una de cada 100 mil personas. En España, la Sociedad Española de Neurología (SEN), considera que existen más de 13 mil personas con algún tipo de ataxia cerebelosa. Mientras que en México no hay cifras precisas. Sin embargo, el estado de Veracruz concentra el mayor número de casos. Tan solo en el municipio de Tlaltetela, con 15 mil habitantes, hay alrededor de 500 casos confirmados.
La #ataxia es una enfermedad “progresiva y lenta pero no mortal” que afecta a 13.000 españoles.
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— Fundación ONCE (@Fundacion_ONCE) September 25, 2023
¿Cuáles son los síntomas de la Ataxia?
La mayoría de las ataxias suelen avanzar de manera progresiva. Con frecuencia, empiezan con una sensación leve de falta de equilibrio y acaban siendo muy incapacitantes. El ritmo en que la enfermedad avance depende del tipo concreto de ataxia y de factores propios de la persona, como los ambientales o los genéticos.
También el momento en que los síntomas se manifiestan cambia de una persona a otra y en función del tipo de ataxia. Los más habituales son alteraciones en el equilibrio y la coordinación, que afectan principalmente a las manos, brazos y piernas. Puede haber falta de estabilidad para caminar -se camina con los pies separados-, tendencia a tropezar y problemas para andar en línea recta.
En los casos en que el trastorno ha avanzado más, la inestabilidad puede afectar al tronco y originar dificultad para permanecer sentado.
Asimismo, algunos síntomas pueden afectar a la capacidad para tragar y al habla. En ocasiones, se producen dificultades para articular las palabras y controlar el volumen y tono de la voz, principalmente.
Por último, pueden estar afectados los movimientos oculares y haber temblor, visión borrosa o doble -diplopía- y movimientos involuntarios de los ojos (nistagmo).
¿Cuál es el tratamiento para la Ataxia?
El tratamiento de cada ataxia depende, igualmente, de la causa del trastorno. Si la estuviera provocando un medicamento, ha de suspenderse su toma o, si se debe a un déficit de vitaminas, pueden tomarse suplementos de estas. En el caso de que esté provocado por una infección como, por ejemplo, la varicela, es probable que se resuelva por sí sola.
La tendencia a tropezar es uno de los síntomas de la ataxia. Si la causa es un tumor, un factor autoinmune o una enfermedad metabólica deberán tratarse estos. Además, existen fármacos o vitaminas específicas para algunas ataxias hereditarias.
En el caso de que no haya tratamiento disponible, puede recurrirse a la terapia ocupacional, la fisioterapia y la logopedia con el fin de aumentar la funcionalidad y la calidad de vida de la persona que la tiene. Igualmente, puede intentar aliviarse con medicamentos algunos síntomas como los temblores, la rigidez. También existen dispositivos adaptativos como bastones, andadores o sillas de ruedas que ayudan a caminar y otros que facilitan la comunicación al hablar.
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