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Una rata con autismo y un hongo prohibido, la promesa del futuro

Nova Mentis, empresa canadiense, espera que las microdosis de psilocibina abran un nuevo camino para las personas con autismo.

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25 de mayo de 2022

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Pamela Cerdeira

Por Pamela Cerdeira

“Aquí le damos el honguito a los niños desde que son chicos, si tiene dos años y todavía no hablan, les damos el honguito para que les abra la mente, y empiezan a hablar.”

Curandera tradicional, Edomex, 2022.

Esta rata, no es cualquier rata, es una rata de laboratorio, pero es distinta a las demás, tiene ansiedad y miedo a las alturas. Cuando le presentan dos objetos idénticos, pone atención a ambos objetos, la sacan del lugar, cambian uno de los objetos y regresan a la rata, y al volver, ella sigue poniendo atención en el objeto que conoce, no en el nuevo. Cualquier otra rata habría dedicado su atención al objeto nuevo, y las ratas no suelen tener miedo a las alturas.

Lo que aquí sucede, es que nuestra rata de laboratorio tiene autismo. 

Una rata embarazada recibe una dosis de un medicamento para la epilepsia, se sabe que cuando ese medicamento se da a una mujer embarazada, hay una altísima probabilidad de que su bebé tenga autismo. En el caso de las ratas, el resultado es un hecho, y puede medirse genéticamente, además de que se puede presenciar los cambios en la conducta de las ratas que acaban de nacer. Pero nuestra rata cuenta con un equipo de científicos que han empezado a tratarla con microdosis de psilocibina, la sustancia activa de los hongos alucinógenos, y los resultados han sido sorprendentemente favorables, la rata modifica su comportamiento.

Será en los próximos días que el laboratorio Nova Mentis empiece la fase experimental con seres humanos. Lo que al momento han descubierto, es que obtienen mejores resultados cuando dan dosis muy pequeñas, demasiado pequeñas como para provocar una alucinación, en días alternados durante dos semanas, al menos en el modelo animal.

El estudio con humanos consistirá en dar una microdosis un día sí y un día no, durante un mes. Se hará una evaluación después de las primeras dos semanas, y otra al finalizar el mes. Y una evaluación final, dos semanas después de haber terminado las dosis.

Estarán buscando cambios genéticos en las personas, medirán los niveles de serotonina a través de recolección de saliva, siendo los primeros en el mundo en hacerlo, y esto se hará además de las pruebas que puedan identificar cambios en el comportamiento.

Este estudio se centrará en personas que tienen síndrome del cromosoma x frágil, la causa más común de autismo que se puede medir a través de una prueba genética.

El gen llamado FMR1 es el que produce la proteína que permite que los nervios se desarrollen en el cerebro, cuando este gen tiene una mutación, el paciente no forma la proteína que permite que los nervios se desarrollen de manera regular. Siempre que se tiene esta condición genética, es absoluto que tendrán el síndrome, por lo que resulta en el modelo más conveniente para probar su medicamento.

La psilocibina trabaja a través de la serotonina; en los pacientes con autismo, los niveles de serotonina son menores.

La psilocibina es una agonista de la serotonina, lo que quiere decir que puede unirse a los receptores de serotonina, reemplazándola. Por esto es que se espera que tengan muy buenos resultados en las pruebas con humanos, que de inicio y por cuestiones regulatorias serán con adultos, y si todo sale bien, en cinco años podrían estar tratando a menores de edad. Se espera que en seis meses se tengan los resultados de estas pruebas en humanos.

“Reducir la ansiedad de un niño en un 5 por ciento o 10 por ciento, con una dosis de una vez a la semana, podría cambiar la vida de un infante: mejorar su capacidad de aprendizaje, sus interacciones sociales.” Estas son las esperanzas del doctor Marvin Haussman, presidente del consejo científico de Nova Mentis, la empresa canadiense que espera la aprobación para desarrollar las cápsulas con microdosis de psilocibina. Mientras la maquinaria se ha echado a andar, resulta alucinante pensar que la respuesta para una condición que afecta a 1 de cada 54 personas en Estados Unidos, según El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC),  podría haber estado siempre frente a nuestros ojos, como un regalo de la naturaleza.

Usuario en Twitter: @pamcerdeiraPublicado en: www.opinion51.com/p/pamela-cerdeira-promesa-del-futuro