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Los pacientes ¿fuera de los psiquiátricos?

¿De qué se trata realmente este proyecto? ¿Qué puntos positivos y negativos tiene? ¿Cómo afecta a los pacientes psiquiátricos?

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31 de mayo de 2022

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Por Xavier Tello

El manejo de las enfermedades mentales debe evolucionar. A estas alturas del siglo 21 ya es claro que los pacientes neuropsiquiátricos no son distintos de otras enfermedades y que su afectación neurológica puede tener varias causas; por ello los tratamientos disponibles deben actualizarse y ser proporcionados a través de equipos multidisciplinarios de expertos. 

Se requiere realizar más investigación en neurociencias, pero, sobre todo, debe de darse y en muchos casos, devolverse la dignidad a los pacientes.

Recientemente se han comentado las propuestas de modificaciones a la Ley General de Salud, donde se propone un modelo de atención basado en menos internamientos para los pacientes psiquiátricos. En la práctica, esto se traduce en dos cosas:

El cierre de hospitales psiquiátricos o su transformación en hospitales generales o polivalentes, realizando los internamientos a hospitales generales en alas especializadas; y la obvia atención de muchos, si no es que la mayoría de estos pacientes, de forma ambulatoria: en sus casas y con sus familias.

El rechazo general de la opinión pública no se hizo esperar. Una mala comunicación gubernamental solo “confirmó” las sospechas: Los pacientes serán sacados de los hospitales y enviados a sus casas.

¿De qué se trata realmente este proyecto? ¿Qué puntos positivos y negativos tiene? ¿Cómo afecta a los pacientes psiquiátricos?

Comencemos por entender que los síntomas psiquiátricos en estos pacientes tienen siempre un origen neurológico, es decir, el cerebro. Las causas, sin embargo, pueden ser variadas y aunque aún hay muchas en investigación, un paciente puede presentar diferentes síntomas, debido a variaciones anatómicas, problemas circulatorios, tumoraciones, diferentes alteraciones hormonales, traumatismos agudos o crónicos, o la evolución de una enfermedad cerebral degenerativa. 

Un paciente psiquiátrico requiere, antes que nada, un diagnóstico adecuado y completo y ofrecérsele el mejor tratamiento posible a la causa del problema. 

El manejo de los síntomas puede incluir medicamentos, terapia psicológica y de soporte y en ocasiones terapia electroconvulsiva.

En algunos casos estos síntomas requieren una vigilancia estrecha. Un paciente con depresión podría convertirse en suicida. Una persona con esquizofrenia puede tener conductas peligrosas para sí mismo o para quienes le rodean. Como parte de sus síntomas, muchos pueden tener episodios de agitación en los que podrían lastimarse. En muchas ocasiones los pacientes psiquiátricos no tienen un apego adecuado a sus tratamientos y requieren de asistencia para tomar sus medicamentos a tiempo.

El desarrollo de modernos medicamentos neurológicos, incluyendo antipsicóticos, ha logrado que, desde hace casi 60 años, una inmensa mayoría de los pacientes psiquiátricos puedan reintegrarse a actividades sociales, llevar una vida familiar y ser autosuficientes y productivos económicamente. 

Sí, la investigación y desarrollo farmacéutico ha logrado sacar a muchos pacientes de los hospitales; sin embargo, existen muchos, como los que he descrito, que requieren de supervisión estrecha.

Hoy en día, muchos de ellos necesitan atención hospitalaria. 

Imaginémonos a dos adultos mayores que deben hacerse cargo de Daniel, su hijo de 42 años con esquizofrenia. Aún con los medicamentos, los cuales no toma con regularidad, sus síntomas continúan. Daniel tiene una constante conducta errática y en ocasiones, en periodos de alucinaciones, puede ser violento. Daniel ha golpeado varias veces a sus padres.

Fotografía de ‘El Universal’

Martha de 37 años está diagnosticada con depresión. Aunque desde hace un año ha mejorado bastante con su tratamiento, en el pasado tuvo un par de intentos suicidas. Desde hace un par de semanas, no había sido constante en sus tratamientos. Hace dos noches, intentó de nuevo acabar con su vida.

Estos son un par de ejemplos de cuando un paciente debería manejarse hospitalariamente.

Es normal el rechazo y la mala imagen de los hospitales psiquiátricos. Hubo un tiempo en que los pacientes eran confinados a los asilos y manicomios. En esos lugares eran objeto de malos tratos y sometidos a procedimientos inhumanos producto, en muchos casos, del desconocimiento del trasfondo de las enfermedades neuropsiquiátricas. 

En el siglo pasado y hasta nuestros días, ha sido frecuente que se haga mal uso de los internamientos con fines de abuso familiar o para despojar a algún paciente de sus propiedades. Son esos estigmas, precisamente, los que se deben corregir a través de nuevos modelos de atención psiquiátrica hospitalaria. 

Los equipos multidisciplinarios, funcionando con políticas, procedimientos y con toma de decisiones basadas en estudios científicos, deben de ser la norma para el funcionamiento de los hospitales psiquiátricos, operando con una clara selección de, únicamente, los pacientes que se beneficiarían de un internamiento. Pero no, los hospitales psiquiátricos no deben desaparecer.

Hay que decirlo, los hospitales generales no tienen la infraestructura ni el personal especializado para cuidar a estos pacientes. El transferirles súbitamente esta responsabilidad puede poner en riesgo, tanto la operación del hospital como la integridad de los pacientes.

Las neurociencias han evolucionado de forma acelerada en las últimas décadas; sin embargo, aún tardaremos algunas otras en ver a todos los pacientes psiquiátricos tratados de forma ambulatoria.

Por hoy, el sistema de salud debe pensar en los pacientes. La seguridad de ellos y sus familias debe de estar primero.