Si pudiera

Por María Luisa Fernández*

Si pudiera, hoy abriría las puertas de todos los hospitales, para abrazar un tiempo a cada una de esas madres que más que caminar levitan por la frialdad de sus pasillos; madres que sin querer aprenden a respirar sin respiración… Hoy, si pudiera, sería oxígeno para ellas.

Si pudiera, hoy abriría los corazones dormidos, distantes, de cuántos también hoy, amparados en la certeza de sus batas blancas, reparten pronósticos que niegan a esas madres desesperadas la más mínima esperanza de tener esperanza para el hijo… Hoy, si pudiera, cambiaría sus miradas.

Si pudiera, hoy les mostraría orgullosa cada una de mis cicatrices, como la certeza de que ninguna historia está escrita, de que los sueños se cumplen.

Hoy, si pudiera, compartiría esta alegría mía de tenerte y contemplarte, de sentirte vivo, querido hijo, contra todo pronóstico… Hoy, si pudiera, llevándote conmigo, querido Ángel, hoy les mostraría la belleza de tu historia.

Si pudiera, hoy, sin decir les diría con tu rotunda presencia, que la vida es vida hasta el final, que nadie determina cuándo empieza y termina una historia.

Hoy, que se cumplen a un tiempo 36 años de aquella pequeña muerte tuya y el comienzo de esta gran vida que hay en ti, en esa diversidad que te hace único… hoy les mostraría la historia que solo tú escribes, que continuas escribiendo, querido Ángel.

Si pudiera, hoy abrazaría a cada una de esas madres que ahora mismo pasean su dolor en medio del desamparo, para que no se resignen, para que busquen la luz, para que la encuentren… ¡porque siempre hay luz!

Todo mi cariño en este abrazo, queridas, amantísimas madres, que sepáis que el amor está de vuestra parte, que no estáis solas, y que especialmente hoy a todas os siento muy cerca.

*Maria Luisa Fernández: Activista de los derechos de las personas con discapacidad en su España natal. Autora del libro “Mirada de Ángel”, diario de una madre de un niño con autismo, de libre descarga aquí. La puedes seguir en Facebook.