Esta semana, el feminicidio de Luz Raquel Padilla Gutiérrez nos devolvió una mirada que no queremos ver.
Una madre, mujer de 35 años, a cargo casi de tiempo completo de B., un niño con trastorno del espectro autista (TEA) que había ‘molestado’ mucho a sus vecinos, fue asesinada.
Ella fue quemada viva con un líquido solvente el domingo 17 de julio pasado: ¿Su culpa? Tener un hijo con TEA. El 80 por ciento de su cuerpo fue quemado y ella murió el martes. ¿Su “crimen”? Tener a B, un hijo con autismo de 11 años que hacía mucho ruido. Ella era la principal cuidadora de él -su padre se fue- y eso algo común.
¿Hizo algo Luz Raquel para anunciar que sus vecinos la odiaban (y utilizo el término de manera real)? Sí.
Basta citar su tuit que queda aquí para la historia de la vergüenza desde Gutiérrez Padilla el 17 de mayo de este año. Claramente alertó:
Nadie hizo nada.
Se llama crimen de odio hacia personas con discapacidad. Así de claro. Pero no lo queremos ver. Acudió a la Fiscalía que ahora hace maromas para justificar que sí la protegió pero no. El gobierno hace como que ‘La virgen le llama’.
Aquí una entrevista que sigue siendo real: El hoy negro de los crímenes de odio hacia pcd.
Hace tres años le hice esa entrevista a Alexandra Haas, entonces titular de Conapred. Hizo una autopsia de qué faltaba: son cifras. ¿Hay violencia en particular hacia personas con discapacidad? No lo descartó, pero en México no hay cifras ni manera en cómo medirlo.
¿Y Conapred y Conadis podrían hacerlo? Sí, aquí varios ejemplos:
Crímenes para personas con discapacidad (Disability hate crimes) y mucho más.
Aquí en Yo También tenemos un mantra: toda nota puede (y debe) ser sobre discapacidad, policía, fiscalía, leyes, educación, todo… es “interseccional”.
Y aquí estamos.
Más allá de que hemos compartido los testimonios de nuestras aliadas compañeras de viaje, las mujeres que cuidan a las personas con discapacidad: «Nunca más sola»: la muerte de Luz Raquel Padilla sacude a colectivas de mujeres con discapacidad, hemos contribuido a que cuidado y/asistencia personal sea visible:
El camino y la “evangelización laica” frente a la Convección es larga, pero aquí estamos: Nuestra labor es explicar.
¿Cuántas ‘luces’ hay? ¿Qué tenemos que hacer como sociedad para, otra vez, explicar la diferencia y la discapacidad? Sé que es un camino largo, cultural, pero tenemos que hacerlo exprés… o seguirán habiendo crímenes así. Sin un gramo de empatía, que tendremos que generar vía transfusión… o lo que se necesite para respetar, apoyar y apreciar a las personas con discapacidad.
Katia D’Artigues.