Blindness se escucha a colores
Antes de asistir a esa experiencia es como si solo hubiera escuchado en blanco y negro, un sonido plano.
18 de marzo de 2021
Redacción Yo También
Antes de asistir a esa experiencia es como si solo hubiera escuchado en blanco y negro, un sonido plano.
Por Piolo Juvera*
Fui al teatro a ¿ver? Blindness. Bueno, fui al teatro a escuchar Blindness (“ceguera”, en español). Siento como si los 42 años previos hubiera oído todo en braille, como si me hubiera pasado la vida escuchando en blanco y negro, puro sonido plano, en dos dimensiones. Como si ahora, por primera vez, hubiera podido escuchar a colores.
Me sumergí sin expectativa alguna, tímpanos por delante, en este alucine auditivo esférico, multicolorido, polidimensional. Salí sacudido. Desencajado. Maravillado. Me sentía un murciélago bebé en torpe vuelo. Entre asustado y emocionado. Impactado de lo que se puede hacer. Con excelente tecnología, claro (sonido binaural), pero sobre todo con una impecable narración y una memorable actuación. ¿Qué tan buena actriz tienes que ser para que el público te vea tan claramente sin que estés realmente ahí?
El viaje está a cargo de Marina de Tavira. Bueno, de la voz de Marina de Tavira. Una voz-polvo-mágico que te lleva a volar con ella, te zarandea y te hunde en algunos infiernos. Una voz que te abraza, te acompaña, te secuestra (y tu oído desarrolla síndrome de Estocolmo). Una voz de esperanza, al fin.
Esta obra tiene todo que ver con la pandemia. Con las pandemias. Su contenido, su planeación, su ejecución. Pandemia real y pandemia de ficción. Con sus miedos, los reales y los infundados. Ambos, tan peligrosos.
La única vez que me hicieron, hasta ahora, una prueba para detectar Covid-19 mediante un hisopado no fue doloroso pero sí incómodo (así, Blindness). Me llamó la atención que el hisopo llegó hasta donde nunca nada había llegado (igual que los murmullos de Marina de Tavira, que ahora se alojan en su propio territorio en mi hipotálamo). Con la prueba se me llenaron los ojos de lágrimas (ajá, justo como en Blindness) y, finalmente, el pecho se me llenó de alivio y esperanza (igualito).
Cuando pierdes un sentido, se agudizan los demás (supongo que por eso le bajo al radio cuando busco estacionarme). Esa es la realidad de mucha gente. Es también la premisa para la creación de algunas historias de superhéroes y, quizá, de cierta forma, para la de esta obra, basada en la novela Ensayo sobre la ceguera, de José Saramago. Acá, llegas como público y terminas como uno de los personajes que se contagia de ceguera. Acá, cuando pierdes el sentido de la vista, se agudiza tu sentido de pertenencia. Para mal. Para bien. Y nada tiene sentido. Y, en ese sentido, sientes cosas que nunca habías sentido. Sentidos bien sentidos. En el buen sentido. Y en sentido contrario.
La obra Blindness (o “la primera instalación teatral inmersiva diseñada con distancia social”, como le llaman ellos) se presenta en el Teatro de los Insurgentes de viernes a domingo, dura 70 minutos sin intermedio, tiene intensos cambios de sonido e iluminación, es para gente de 13 años en adelante y los boletos cuestan poquito más de mil pesos. Blindness fue producida originalmente por el teatro londinense Donmar Warehouse (los mismos de la obra Privacidad).
Si puedes ir, ve. Si puedes ver, mira. Si puedes mirar, observa.
*Piolo Juvera es periodista. Escritor. Contador de historias, por profesión y vocación. Speaker. Amo del humor y la improvisación. Autor de #FugandoConJuego, Los guerreros de la MAXIA y La vida es una improvisación.
Blindness
Teatro de los Insurgentes
Solo 100 personas por función
Horarios:
Viernes 18 y 20 horas
Sábados y domingos 16, 18 y 20 horas
Duración aproximada 75 minutos
Clasificación: A partir de 13 años
Boletos: Entrada general 1,068 (compra en línea con descuento: 855 pesos aquí)