Logotipo de Yo También
Fotografía de cuerpo completo de una familia, mamá, papá e hijo. El papá está cargando a su hijo con un brazo y están sonriendo mientras sostienen un marco que dice yucatán y tiene un dibujo de un flamengo y una florFotografía de cuerpo completo de una familia, mamá, papá e hijo. El papá está cargando a su hijo con un brazo y están sonriendo mientras sostienen un marco que dice yucatán y tiene un dibujo de un flamengo y una flor

Oler, vibrar y sentir Chichén-Itzá

La historia de Laura Ara, la fundadora de Shikoba Tours, una agencia de viajes con una oferta única: paquetes turísticos para pcd para recorrer el mundo maya que distribuye en 2,000 agencias de viajes de todo el país.

Ícono de calendario

8 de noviembre de 2019

Ícono de autor

Conversa

Fotografía por shikobatours.com

Por Regina Moctezuma

Era 2009 cuando Abril tomó un avión en Monterrey para cruzar todo el país y aterrizar en Mérida, en la Península de Yucatán. Con su maleta en una mano y el arnés de su perro guía en la otra, caminó ilusionada al encuentro del mundo maya, pero los obstáculos no tardaron en llegar. Intentó abordar un taxi, pero el conductor no le permitió subirse con su perro, y cuando por fin llegó al hotel donde había reservado, le informaron que no aceptaban animales.

El aterrizaje en la Ciudad Blanca fue turbulento, pero su ilusión seguía intacta, hasta que la agencia con la que había contratado un tour le dijo que no podía subir con su perro a la camioneta que los llevaría a conocer Chichén-Itzá.

Abril llamó a otra agencia para reagendar el tour que le habían cancelado. Por miedo a que le negaran el servicio, decidió no mencionar a su perro guía. Tuvo suerte. A la mañana siguiente, una chica llamada Laura que realizaba sus prácticas profesionales en esa empresa, pasó a recogerla a su hotel y no vio ningún impedimento en que el perro abordara la camioneta, y partieron rumbo a Chichén-Itzá.

“Yo sé que no puedo ver Chichén, pero estoy segura que no voy a encontrar otro lugar que huela igual, que vibre igual, que me haga sentir lo que me va a hacer sentir estar en ese lugar”, dijo Abril en el trayecto de Mérida a las ruinas arqueológicas de Chichén-Itzá. 

En ese momento, Laura decidió que trabajaría por el turismo accesible.

Un negocio sin explotar

En 2013, Laura Ara fundó Shikoba Tours, una agencia de viajes con una oferta única: turismo accesible en el mundo maya. 

Unos años después decidió hacer aún más énfasis en el valor agregado de sus servicios y creó una división de negocio llamada Shikoba Accesible, la cual ha atendido a 120 personas con discapacidad y sus familiares en lo que va de este año, siendo en su mayoría (70%) turismo nacional.

Laura y su equipo crean y comercializan paquetes turísticos para personas con discapacidad. “No había agencias en Yucatán con experiencias turísticas de este tipo, así que diseñamos un tour operador y distribuimos estas experiencias únicas a otras agencias”. 

Shikoba Tours vende sus productos turísticos a cerca de 2,000 agencias a nivel nacional y la demanda de servicios accesibles va a la alta.

Permitir el acceso de perros guías a los transportes y sitios turísticos, dar los tours en lenguaje de señas, asignar enfermeros y hasta contar con mecanismos y guías capacitados para que una persona con limitantes motrices pueda disfrutar del agua cristalina de un cenote, son algunas de las facilidades que ofrecen.

El turismo accesible tiene un gran potencial en la Península de Yucatán, una región históricamente atractiva por sus playas, como las de la Riviera Maya y Cancún, por sus zonas arqueológicas, como Uxmal y Chichén-Itzá, y por sus haciendas, como las que se esconden en los alrededores de las ciudades de Mérida y Campeche.

Cada vez más hoteleros y restauranteros se suman a esta tendencia. Shikoba Accesible tiene alianzas con 30 hoteles en Mérida que cuentan con habitaciones para personas con discapacidad,mientras que la Asociación de Hoteles de Campeche garantiza que los 16 hoteles que representa cuentan con instalaciones adecuadas para hospedar a personas con discapacidad motriz y visual, principalmente.

El turismo accesible implica mayor creatividad e inversión para hoteleros,  restauranteros y sitios turísticos, pero también más visitantes que se quedan por más noches pues este tipo de turismo tiene una pernocta mayor que el turismo regular. Es un ganar-ganar. Las personas con discapacidad pueden ejercer su derecho a disfrutar del turismo libremente y sin obstáculos, como lo dicta el Código de Ética Mundial para el Turismo, y el sector turismo obtiene mayor flujo y derrama económica.

También implica pasión. “Lo hago fundamentalmente para que todas las personas con discapacidad puedan conocer lo bello que es Yucatán y la cultura maya”, dice Laura, quien espera aumentar en al menos 10% el número de turistas con discapacidad que atienda en 2020.

Entre pirámides, haciendas y cenotes se abre paso un turismo cada vez más accesible. Es un paso lento, sí, pero seguro.

Shikoba es una palabra originaria de una tribu del sur de África que significa “yo existo para ti”.