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Fotografía de un frasco con cannabis medicinal y una hoja de marihuanaFotografía de un frasco con cannabis medicinal y una hoja de marihuana

Regulación de cannabis: ‘Lo único que logra la iniciativa es seguir impulsando un mercado ilegal’

Margarita Garfias, quien por su hijo Carlos, usuario de cannabis medicinal, ha dado la lucha por su legalización durante años argumenta que la iniciativa mantendrá a las familias en la ilegalidad por los altos precios

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5 de marzo de 2020

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Conversa

Por Katia D’Artigues

Este miércoles, en el Senado, ya salió, ¡al fin humo blanco de las comisiones unidas de Salud y Justicia!, que tienen un dictamen para legalizar la cannabis en México —tanto su uso medicinal como adulto o lúdico—. Pero el resultado es muy preocupante para pacientes que utilizan medicamentos con alto contenido en CBD  o cannabidiol y hasta posiblemente discriminatorio para las personas con ciertas discapacidades que quisieran usar la cannabis por decisión propia.

Hablé con Margarita Garfias, madre y cuidadora que lleva años impulsando la legalización de la cannabis de la que es usuario su hijo Carlos, un adolescente con discapacidad múltiple que se ha beneficiado de su uso. 

Ella, que desde agosto del año pasado logró que la Suprema Corte de Justicia de la Nación le diera un amparo que obligaba a regular el uso medicinal, ahora se encuentra con una iniciativa que le da dos opciones legales: o compra -con receta médica- una medicina que le costaría unos 28 mil pesos mensuales llamada Epidiolex o se registra en un padrón de autocultivo, por el que deberá pagar 170 mil pesos e importar las semillas ¡en el extranjero! a un precio de 10 euros por semilla.

“No sé para qué país creen que están legislando”, se lamenta Garfias, quien se escucha indignada. “¿Quien va a poder pagar un medicamento para tu hijo de 28 mil pesos al mes? Lo único que va a hacer esta iniciativa es seguir impulsando un mercado ilegal, teniendo que cultivar plantas a escondidas, haciendo extracciones en nuestras cocinas. Seguirnos poniendo en riesgo a quienes no podemos acceder al mercado legal que están poniendo sobre la mesa, e incluso criminalizarnos. Se va a volver un mercado altamente elitista, qué triste por México”. 

El pasado 26 de febrero, México Unido Contra la Delincuencia anunció que vía un litigio estratégico había conseguido al fin conseguir un permiso de importación de semillas. “Lamentablemente, el proyecto que se discute en estos momentos en el Senado de la República establece como obligatoria la importación de semillas tanto para personas que deseen realizar autocultivo, como para los actores que deseen participar en actividades comerciales, incluyendo los grupos vulnerables. Lo que involucra una barrera de acceso que sólo podrá ser costeada por grandes empresas”.

Dejan fuera a remedios herbolarios

Didáctica, Garfias pone el ejemplo del azúcar de caña, que no es ‘de nadie’. “Nadie ha patentado el azúcar y hecho millones porque sus propiedades no se pueden patentar. Nadie descubrió el azúcar en un laboratorio. Pero como el azúcar sí tiene que tener ciertos niveles de calidad. Eso queremos en México”.

La regulación canadiense de la cannabis permite el uso de remedios herbolarios con controles de calidad. Para uso humano debe ser libre de pesticidas, metales pesados, que declare en la etiqueta el contenido del frasco, estandarizado, sin bacterias, con buena manufactura regulada, explica. Si Carlos viviera en ese país las cosas serían diferentes.

“Por eso en Canadá el boom de la industria, aquí limitan a la industria mexicana. Tuvo mucho éxito porque hay derivados que no son fármacos, que no es una ‘molécula patentada’ que son de marihuana y se recetan para uso medicinal”.  El equivalente de lo que necesita su hijo, Carlos, tiene un costo de 77 dólares canadienses, unos mil 500 pesos mexicanos. “Un frasco le alcanzaría a Carlos para un mes y no uno de 28 mil pesos. Lo que requiere la industria en México es la oportunidad de elaborar derivados con altos estándares de calidad tal cual lo reglamentó Cofrepris, pero sin los altos costos del fármaco”.

Posible Discriminación

También hay dos, por lo menos dos aspectos con tintes discriminatorios en la iniciativa. Uno es el mismo padrón de usuarios de cannabis que manda la iniciativa. “No debería haber un registro. No hay registro para personas usuarias de alcohol ni tabaco. ¿Por qué sí para la cannabis”, pregunta Margarita.

El otro es una frase, que se repite varias veces en el articulado de la iniciativa, pero que en el Artículo 44 se dice:

“Se permite a personas mayores de edad, con posibilidad de manifestar expresamente su consentimiento libre e informado, el uso personal o autoconsumo del cannabis psicoactivo y sus derivados para fines lúdicos y recreativos, en los términos que esta Ley y los reglamentos correspondientes establecen”. 

En un país donde se cuestiona la capacidad jurídica de las personas con discapacidad todo el tiempo, donde los medios alternativos de comunicación son tan poco conocidos, ¿qué se entenderá por “manifestar expresamente”? A menos de que, claro, se estipule de manera muy clara en la ley y reglamentos. Veremos.

¿Será posible que cambien el dictamen cuando se discuta en el Pleno, tentativamente el próximo martes 10 de marzo? ¿Quién presentará una reserva y quién escuchará?

Lean el dictamen completo aquí.


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