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Fotografía del rostro de una mujer de perfil viendo hacia abajo.Fotografía del rostro de una mujer de perfil viendo hacia abajo.

Lo que nos enseña The Crown sobre las pcd intelectual

El episodio en la popular serie no habla de una historia antigua, sino que refleja una situación que ocurre en nuestros días y habla de discriminación y desigualdad, dice una activista británica.

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27 de noviembre de 2020

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Conversa

Redacción / Yo También

Hace una semana hablamos aquí de la serie . Específicamente lo hicimos del episodio que revela la existencia de dos miembros de la aristocracia, primas de la Reina Madre, que permanecieron ocultas por tener una discapacidad intelectual o del desarrollo… y no fuimos los únicos que nos referimos al tema. Diversas voces en el mundo han consignado el impacto que les produjo.

Una de ellas es la activista, escritora y madre de un joven con autismo, Nicola Clark, quien compartió que más allá de la grata sorpresa de que la serie contara la historia sobre las primas ocultas y que fueran interpretadas por actrices con discapacidad, el episodio demuestra la falta de progreso y conocimiento sobre el tema aún hoy, cuando en el Reino Unido viven alrededor de 1.5 millones de personas con discapacidad intelectual o del desarrollo.

Dice que es una contradicción que, mientras en este año se conmemora el 25 aniversario la Disability Discrimination Act (la ley por los derechos de personas con discapacidad en ese país) la BBC —emblemático medio público— lo festeja con spots que sólo muestran a personas con discapacidad física. 

Sin embargo, escribe la autora en una columna en The Guardian, poco o nada se habla de ese grupo, a menos que se trate de quienes conviven directamente con ellas o son quienes las cuidan y apoyan en el día a día.

Pero, la situación no para ahí. La autora habla sobre cómo hoy sigue habiendo violencia contra las pcd en algunos centros hospitalarios, que recurren a supuestas terapias de sofocación o restricción boca abajo cada 15 minutos hacia personas con discapacidad intelectual o con autismo, y que pueden provocar la muerte, como ocurrió con la variante que le aplicaron, en plena vía pública, a George Floyd, un ciudadano estadounidense sin relación con la discapacidad.

La historia llevada a las pantallas sin duda abrió la puerta a abordar un tema que se había soslayado al señalar cómo siguen olvidadas las pcd intelectual en el Reino Unido, sin importar la clase social o las condiciones en que vivan sus familiares, dice la autora de esta columna.

Y cita datos: según estadísticas, en Reino Unido sólo seis de cada 100 personas con discapacidad intelectual tiene empleo, mientras el 52.5% de la comunidad con discapacidad en general sí tiene oportunidades laborales.

En tiempos de COVID-19, la situación se agrava y sobrepasa el tema laboral, ya que estudios establecen que las personas con discapacidad intelectual o de desarrollo tienen hasta seis veces más probabilidades de morir de esta enfermedad y se incrementa a 30 veces más cuando tienen entre 18 y 34 años. Pese a ello, aún no se les ha incluido en una lista de extrema vulnerabilidad como un grupo que requiere mayor protección. 

Esto porque hay pruebas de que en 2018 y 2019, es decir, antes de la pandemia, las afecciones respiratorias fueron la principal causa de muerte entre las personas con discapacidad intelectual. Los estudios hacen referencia a lo que ocurre en Reino Unido, pero las condiciones son similares o aún peores en países menos favorecidos, como puede ser México.


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