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Game of Thrones y un líder en silla de ruedas

(HBO) Opinión: Alvaro Cuevas El domingo 19 de mayo se transmitió en HBO el último capítulo de “Game of Thrones”, la serie más importante en toda la historia de la televisión, pero acabó con algo particularmente significativo que puso en evidencia el papel de las personas con discapacidad en la industria del espectáculo. ¿Con qué? […]

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24 de mayo de 2019

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Ilse Domínguez

(HBO)

Opinión: Alvaro Cuevas

El domingo 19 de mayo se transmitió en HBO el último capítulo de “Game of Thrones”, la serie más importante en toda la historia de la televisión, pero acabó con algo particularmente significativo que puso en evidencia el papel de las personas con discapacidad en la industria del espectáculo.

¿Con qué? Con el triunfo de un personaje con parálisis. 

Esto, que tendría que ser una magnífica noticia para el mundo del entretenimiento porque representa un cambio, una evolución, está siendo todo lo contrario en las redes sociales, en los medios tradicionales.

Tal parece que las audiencias y la prensa especializada hubieran preferido la victoria de un asesino o de un dictador, al triunfo de una persona con discapacidad.

No aprecian que una persona en una silla de ruedas pueda ser una persona sabia, un líder, un guerrero, alguien capaz de decidir el futuro de una nación.

Y, lo más triste, suponen que el autor de “Game of Thrones” decidió acabar esto así por aspiraciones políticamente correctas, no porque estuviera convencido de que éste era el desenlace ideal para su historia.

A las pruebas me remito: busque los comentarios del público en las redes sociales, los textos de los críticos. 

El juego no es respetar, integrar, a las personas con discapacidad. El juego es, o burlarse de ellas o utilizarlas cuando conviene para quedar bien. 

Hay una tendencia muy nociva en la industria del espectáculo cuando hablamos de discapacidad. No importa de qué tipo.

A los productores les encanta ponerlos como villanos, como criaturas manipuladoras, chantajistas. Y los ejemplos van desde las más tradicionales telenovelas hasta las más importantes películas y series.

El problema con esta situación es que educa a los espectadores en la sospecha, a que vean a las personas con discapacidad como entidades peligrosas, como hombres y mujeres que no pueden convivir con normalidad, como gente que “algo quiere”.

¿Y qué es ese algo? Llamar la atención, lástima, dinero. ¿Así o más delicado?  

Urge analizar, no el final de “Game of Thrones”, que fue particularmente hermoso, sino las reacciones que provocó en todos lados.

Llegó el momento de sensibilizar a las multitudes sobre las posibilidades reales de las personas con discapacidad, de dejar de ver a este importante sector de la sociedad como algo siniestro con lo que hay que quedar bien por moda.

Es una vergüenza que la serie más importante de toda la historia de la televisión haya terminado con algo tan significativo y que los comentarios generales vayan por otra parte. ¿O usted qué opina?