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Mujer con una prótesis en el brazo izquierdo que tiene una cobra enroscada como decoración.Mujer con una prótesis en el brazo izquierdo que tiene una cobra enroscada como decoración.

Convertir la discapacidad en un superpoder: la evolución de prótesis personalizadas

Tener la posibilidad de usar una prótesis moderna, efectiva y hasta bonita cambia la mirada sobre la persona que la usa e incluso llega a ser percibida como un superpoder.

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11 de enero de 2023

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Itzel Ramírez

En los años cuarenta y cincuenta, profesionales de la salud retrataban a las personas con amputaciones como gente “con problemas” y “mal adaptada”, como se refleja en un estudio sobre la prótesis de Frida Kahlo publicado en la revista The Journal of Dress History, citado en un reportaje de S Moda, la revista de estilo de El País.

En la segunda mitad del siglo XX, según el estudio, las prótesis se concebían como “herramientas de rehabilitación y culturales a través de las cuales una persona con discapacidad podría defenderse contra la crítica social y la estigmatización”.

En la actualidad, estas percepciones han cambiado y ahora muchas personas con discapacidad han usado las prótesis como una manera de destacarse, haciéndolas personalizadas y únicas, de acuerdo con el reportaje.

The Alternative Limb Project busca este enfoque. Sophie de Oliviera Barata es la empresaria especialista en la fabricación de extremidades ultrarrealistas con la idea de convertirlas en una forma de arte. Así, crea “miembros alternativos” que generan “conversaciones positivas alrededor de la discapacidad y celebran las diferencias corporales”, citó el medio.

Entre otros proyectos, ha colaborado en una pierna de cristal para un atleta paralímpico en Londres 2012, un brazo con una cobra enroscada para la nadadora Jo-Jo Cranfield y para Rolls Royce creó una pierna que genera una chispa eléctrica.

De acuerdo con la técnica ortoprotésica Clara Gómez, en el mercado han cambiado las opciones para personalizar las prótesis.

“Antes, casi todas eran meramente funcionales, pero nos dimos cuenta de los beneficios psicológicos que aporta llevar algo bonito”, dijo Gómez.

Fabricantes como Ottobocke y UNYQ y clínicas como SIT Ortoprotésica, entre otros, cuentan entre sus opciones prótesis personalizables, como un cover o capa protectora de PVC con colores, brillo y diseños.

Según Gómez, en SIT Ortoprotésica el 90 por ciento de niños que acuden pide brazos con dibujos como Iron Man, Anna y Elsa de Frozen o Simba de El rey león.

Tomás Atienza, representante en Madrid de la delegación de la Asociación Nacional de Amputados de España (Andade), considera que la tendencia creciente de adornar las prótesis se debe a un proceso gradual de normalización.

Él opina que un factor que ha contribuido mucho a que los amputados sean más aventureros ha sido el aumento de visibilidad de la comunidad de amputados en los medios de comunicación y en las redes sociales. Muchos influencers, modelos y atletas amputados han aprovechado estas plataformas en los últimos años para convertirse en defensores de las personas con discapacidades físicas,

reportó SModa.

Un ejemplo de ello es Desireé Vila Bargiela, campeona española de gimnasia que en 2015 sufrió una lesión que terminó con la amputación de su pierna por negligencia médica. Reconvertida en atleta paralímpica, Bargiela usa su cuenta de Instagram para empoderar a las personas con discapacidad y con frecuencia muestra los adornos de sus prótesis.

Atienzo precisa que las prótesis estéticas de última generación pueden costar hasta 30 mil euros, algo que no cubre la seguridad social española.

“Si tienes una prótesis estética bonita y particular no sientes la presión de ocultarla, y en vez de interpretar las miradas como algo negativo las interpretas como una señal de admiración por tu brazo o tu pierna chula”, argumenta Gómez como defensa de las prótesis personalizadas.

“‘Que un niño aprenda a aceptarse y estar orgulloso de sus diferencias aumenta muchísimo su autoestima en una etapa clave de su formación’, sostiene Gómez. ‘No te puedo decir cuántas veces los escucho decir: «Qué ganas tengo de ir al colegio y enseñar mi nuevo brazo a todo el mundo».

Hasta escucha que sus hermanos les dicen: «Ojalá tuviera un brazo tan chulo como el de mi hermano o mi hermana». Efectivamente, para ellos llevar una prótesis no es símbolo de discapacidad, sino un superpoder”, destacó el reportaje.

Por Redacción Yo También