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Hermana Mary Joy acariciando un caballoHermana Mary Joy acariciando un caballo

La monja inglesa que impulsa la equinoterapia

La hermana MaryJoy, quien inspiró el Wormwood Scrubs Pony Centre de Londres, tiene como prioridad servir a niños y niñas con discapacidad física o intelectual.

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19 de agosto de 2022

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Redacción Yo También

La hermana Mary Joy es una religiosa fuera de serie que inicia cada día con una actividad que sorprende a más de alguno: se ocupa de la limpieza de los establos y suele susurrar a los caballos para que den servicio a niños y niñas con discapacidad física o intelectual.

La religiosa nació a inicios de los años 50  y creció en Battle, en el este de Sussex, la zona verde de Inglaterra, que se ubica a unos 80 kilómetros de Londres, según cuenta el portal del Vaticano.

Pero Mary Jo creció con una condición que la hacía diferente al resto de las personas que la rodeaban. Ella tiene dislexia, aunque durante su infancia no se le conocía como tal, y la llevó a desarrollar diferentes métodos para ser independiente y autónoma. Con el tiempo, se dio cuenta de que sus técnicas que involucraban caballos podían ser útiles también para otros niños y niñas con discapacidad. 

En 1979, ella se volvió famosa al responder, a sus 25 años, a una solicitud de trabajo en el cuerpo nacional de bomberos. Y sí, se convirtió en la primera mujer bombero en tiempo de paz en toda Europa y dividió su tiempo entre el establo y el camión de bomberos.

Una oportunidad para más personas

En esa época, cada vez más niños y niñas con discapacidad acudían a la granja y aprendían a cabalgar y cuidar los caballos.Algunos de los y las visitantes tenían condiciones sociales y familiares muy difíciles, otros venían de Londres, otros se quedaban el fin de semana y aprendían no solo a relacionarse con los animales, también con sus pares. 

“Mi vida era excitante y estaba llena de cosas bonitas” dice Mary Joy recordando esos años pasados trabajando como bombera, aunque sabía que se trataba solo de un empleo temporal.

Un camino diferente

Tras ocho años como bombera, Mary Joy decidió unirse como novicia a las Hermanas del Niño Jesús, una congregación femenina fundada en Francia por el beato Nicolás Barrè y hoy presente en todo el mundo, que se ocupa principalmente de la formación educativa de los jóvenes procedentes de condiciones de marginalidad. 

Para entonces, sus padres habían muerto y le dejaron como tarea seguir cuidando de la granja familiar y de los “bellísimos animales que tanto habían significado para ella y para tantos chicos”. 

Así que después de su primer encargo en una escuela de Liverpool, con el permiso de las superioras, Mary Joy inició, con tres ponis, una escuela de equitación, como un medio para reunir fondos para un proyecto caritativo de la Congregación en Perú.Sin embargo, sus mismas compañeras peruanas le dijeron que “no quitara recursos de su bonita y generosa iniciativa de hipoterapia para estos niños desfavorecidos”. 

Así que de pronto encontró el camino para dedicarse a la equinoterapia y apoyar a niñas y niños con discapacidad.

Un sueño hecho realidad

Hoy, 30 años después, el Wormwood Scrubs Pony Centre sigue desarrollando con éxito su función, hospedando a docenas de caballos, ponis, asnos, perros y gatos, y algunos trabajadores y voluntarios. Con el tiempo se realizó también una pista para cabalgar a cubierto durante el invierno. 

El Centro es reconocido por estudiantes con discapacidad, por adultos jóvenes con alguna condición mental o con dificultad de aprendizaje, e incluso para personas maduras con déficits cognitivos y discapacidad físicas.

Sor Mary Joy ha desarrollado a lo largo de los años programas de aprendizaje específicos, que están dirigidos no solo a una formación educativa sino sobre todo a esas competencias básicas que sirven para llevar una buena vida.

A lo largo del tiempo, ha recibido muchos reconocimientos por su actividad a favor de las personas con discapacidad, incluida la British Empire Medal de la Reina “por su trabajo a favor de los niños con discapacidad y desafortunados”. 

Se estima que más de 11 mil personas se han beneficiado de la vida intensa y generosa de esta monja, que tiene un lema de vida; “Si eres capaz de soñar, sucederá lo que deseas”.

Por Redacción Yo También