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La discapacidad y yo: “Soy intérprete gracias a los Testigos de Jehová”.

Alexis Martínez Salgado, Intérprete de Lengua de Señas Mexicana (LSM)

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2 de agosto de 2019

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Ilse Domínguez

Por Cristina Calvo

Alexis Martínez se hizo famoso el año pasado durante los debates presidenciales cuando le tocó interpretar la frase de Jaime Rodríguez Calderón, cuando dijo que él proponía “mocharle las manos a los corruptos”. Alexis rápidamente hizo una seña como si guillotinara su mano y ese movimiento se convirtió en GIF y su nombre se volvió trending topic nacional en Twitter. Pero, más allá de lo viral, ésa fue una enorme oportunidad para visibilizar la importancia de los intérpretes de Lengua de Señas Mexicana (LSM) durante los debates políticos.

Él es egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia y socio fundador de la Academia Nacional de Lengua de Señas AC, donde realiza investigaciones sobre la descripción de la gramática de la LSM, una asignatura muy poco estudiada en el país. La comunicación es su obsesión (habla 5 idiomas), se ha vuelto un activo promotor de la cultura de la comunidad sorda.

A Alexis Martínez también le gusta emprender y es socio fundador de Sign’n, una app que permite traducir texto y voz a LSM.

¿Por qué decidiste estudiar la LSM?

Fue por motivos religiosos. Mis padres son Testigos de Jehová y a finales de los 80 empezaron a participar en un movimiento de evangelización, donde tenían mucho contacto con la comunidad sorda. Yo tenía 5 años y esa fue la primera vez que entré al mundo de los sordos. Luego le di un giro a esa formación inicial que me dieron mis padres para darle un enfoque más académico y por eso estudié lingüística en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, principalmente porque quería entender cómo funcionaba la estructura de la LSM.

¿A qué te tuviste que enfrentar académicamente?

Realmente no había una escuela, una formación real. En los 90 no existía prácticamente nada. Ahora cada vez es más difundida, pero en ese entonces los únicos que sabían de la LSM eran los Testigos de Jehová, obviamente con un sentido religioso. Además, no había ningún tipo de legislación a favor de la LSM; de hecho hasta la fecha no hay ningún Centro de Regulación y ese es otro gran problema que ha surgido. Porque ahora hay un boom de la LSM: gente que lo ha aprendido, que está interesada, de intérpretes, pero también hay muchas ‘escuelas patito’ que realmente no saben cómo enseñarla, no tienen conciencia de la gramática y ese es un gran problema.

¿La LSM es la misma en todo el país?

No, no es universal. En México hay cuatro lenguas de señas ya documentadas por investigadores: la Chatina, la Purépecha, la Maya y la más usada que es la Mexicana.

¿De qué se compone la LSM?

Obviamente implica todos los niveles de una lengua, no solamente vocabulario, sino sobre todo el uso de la sintaxis, la semántica, la morfología y la fonología de la lengua de señas.

¿Qué se necesita para ser un intérprete?

Hacer conciencia de los niveles de análisis lingüísticos, de la lingüística escrita, además de mucho conocimiento general y un dominio por encima del promedio sobre una lengua más que un nativo, más que un hablante de español. Se tiene que tener mucha conciencia lingüística y eso es lo que va haciendo que el ejercicio de un intérprete o un traductor, que obviamente son dos cosas diferentes, sea cada vez más profesional.

¿Cuánto gana un intérprete y cuántos hay en México?

En la CdMX, Guadalajara y Monterrey se llega a cobrar hasta 600 pesos por hora. En provincia generalmente es entre 200 a 350 pesos, aunque muchas veces es gratis todavía, pues no existe una sensibilización de que es el pago de un servicio, lo consideran una obra de caridad.

En la primera certificación que hubo a nivel nacional había 42 intérpretes.

En 2018, los medios te señalaron como el ganador del debate presidencial por tu interpretación de la frase de Jaime Rodríguez Calderón de “mochar” las manos de los corruptos, ¿fue un parteaguas?

Sí, por supuesto, varios medios de comunicación me entrevistaron para difundir el trabajo que estábamos realizando en los debates presidenciales y lejos de eso, yo creo que más bien ayudó a visibilizar un trabajo que muy pocas veces atrae la atención de mucha gente. A veces ven un recuadro y hay veces que ni siquiera se percatan realmente de qué es lo que implica, o lo que está de fondo. Creo que esa frase me ayudó mucho a visibilizar, no solamente el trabajo personal sino el de mis compañeros que trabajamos en los debates y del gremio en general.

Ya existe una legislación que obliga a tener intérpretes en medios y eventos, ¿eso ha mejorado las oportunidades laborales de esta profesión?

En diciembre del año pasado, el IFT anunció que se ponía en vigor la obligatoriedad de que en los canales de TV pública con más de 60% de cobertura nacional debían contar con un intérprete de LSM en recuadro o subtitulaje. Sin embargo, todavía falta luchar bastante, sobre todo en ciudades más pequeñas, donde muchas autoridades todavía no entienden la figura del intérprete, no entienden que es un derecho ganado en varias legislaciones y que tienen que hacerlo, que no es una cuestión de voluntad o de caridad, sino que es una obligación legal, independientemente de la obligación moral.