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Jacqueline Amezcua Trouillot y Carla María Zabé MolinaJacqueline Amezcua Trouillot y Carla María Zabé Molina

Trazos de libertad y de conciencia: la obra de una artista con esclerosis múltiple

Desde hace 20 años, la pintora Carla Zabé tiene esclerosis múltiple y ha encontrado en el arte la posibilidad de sanar y reflejar su voz interior.

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9 de junio de 2022

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Karina González Fauerman

Por Karina González Fauerman | Fotografías por Remy Amezcua                                          

Sus cuadros son pequeños gritos de libertad y de conciencia. Así los describe la pintora mexicana Carla Zabé Molina, quien ha tenido que luchar desde hace más de 20 años contra la esclerosis múltiple.

“Mi obra refleja mi condición. Mi lenguaje se fue dando de manera orgánica y lo resolví como pude. Trabajo con un asistente, le doy direcciones específicas y me ayuda. Yo hago los trazos con gis y después me apoya para marcarlos con óleo”,

explica la creativa, quien tiene 50 años de edad y se moviliza en silla de ruedas.

Sin duda alguna, el arte es su vocación. Desde que era pequeña, su padre, el fotógrafo Michel Zabé, la impulsó a pintar. Tiempo después, estudió una maestría en Artes Plásticas en la ENAP, teatro con Ludwik Margules e Historia del Arte en la Universidad Iberoamericana.  

A los 27 años, Carla trabajaba como escenógrafa de cine y teatro. Entonces, presentó un primer brote de esclerosis múltiple y perdió el control de sus movimientos.

“Es un gran misterio por qué tengo esta condición. Me diagnosticaron con esclerosis por eliminación, pues físicamente presentaba las características y no aparecía otra evidencia. La pintura es sanadora y es una actividad que me permite tener contacto directo con las manos. Me ayuda a transitar esta etapa en mi vida y es un bonus plus porque implica menos estrés y más orden en mi sueño”,

cuenta Carla.

Sus obras, que se distinguen por la presencia de formas geométricas, llevan originales títulos como “Bacteria Tropical”, “Río Viaducto”, “Espejito, espejito”, “El DF Flotando” e “Intento de Rasurar el Paisaje”, entre otros. Los trazos remiten a una suerte de lenguaje hecho de señales y campos magnéticos cuya fuente provendría de las capas más profundas de la materia y de la psique.

“Mi trabajo es muy matérico: está elaborado con materiales locales como cemento, chapopote, esmalte y cochinilla. La técnica es mixta sobre tela, pues combino óleo y esmalte”, agrega la artista y comparte que, aunque tiene muchos altibajos emocionales, nunca se da por vencida.

Una exposición excepcional

Recientemente Carla María Zabé Molina y Jacqueline Amezcua Trouillot presentaron al público su primera exposición conjunta, que lleva por título Excepcional y en la cual confluye la visión de dos artistas que han tenido que enfrentar, respectivamente, los retos de dos condiciones: esclerosis múltiple y demencia.

Excepcional está compuesta por 63 piezas —23 de Carla María y 40 de Jacquelin— concebidas como una forma de expresar su voz interior.

“Conozco a Jacqueline desde hace 30 años, pues es mamá de uno de mis mejores amigos. Me encantó compartir esta exposición con ella, sé que será la primera de muchas, pues fue una experiencia muy enriquecedora. La exposición que presentamos es interesante y presenta cosas nunca vistas. La misma materia que uso en diferentes casos la hace excepcional y única”, dice.