Inés López es una niña con discapacidad intelectual y física que, junto a un equipo de deportistas, completó el llamado Reto Golfo Ártabro, una travesía a nado y una carrera a pie entre Oleiros y A Coruña.
“Se puede hacer absolutamente todo, es cuestión de ganas y buscar la adaptación”, expresó la madre de Inés, Rocío Alfonso, la más entusiasta de las seguidoras de la niña, al asegurar que este el primero de los muchos retos que lograra su hija.
El campeón del mundo de triatlón Iván Raña encabezó el equipo de voluntarios que, de la mano de la Fundación Enki, acompañado a Inés desde la playa de Mera, en Oleiros, a la de San Amaro, en A Coruña, a lo largo de 4.8 kilómetros por la ría de A Coruña, antes de continuar con 3 kilómetros de carrera a pie hasta la plaza de María Pita.
La protagonista del suceso que fue seguido por decenas hizo el primer tramo en una pequeña lancha hinchable junto a su hermano Héctor, para seguir después en un vehículo adaptado, sin dejar de disfrutar en ningún momento, reportó el diario La Voz de Galicia.
Fanática de las carreras y las aventuras
“Es un reto, una nueva experiencia. A Inés le encanta todo lo que son las aventuras y el riesgo; no tiene esa sensación de peligro como podemos tener y para todo lo que es carrera y velocidad no tiene problema”, explica su madre a la llegada a la meta a un grupo de periodistas españoles que cubrieron palmo a palmo toda la experiencia.
De hecho, es habitual que con Inés hagan “carreras por el monte y por la montaña” a lo que en esta ocasión se ha añadido la parte acuática, con un “equipo que no falla”, completado por otros deportistas.
“Aunque tiene una discapacidad intelectual enorme y física, va mejorando con el deporte, se puede hacer absolutamente todo, es cuestión de ganas y buscar la adaptación”, continúa la madre.
Para Rocío Alfonso la discapacidad no debe ser una barrera: “Se puede hacer deporte con cualquier condición física, solo que hay que adaptarlo”.
La idea nació en la mente de Ignacio García, que también formó parte del equipo de voluntarios que acompañaron a Inés.
El deporte y la discapacidad
“Llevo 15 años dedicando parte de mi tiempo al mundo de la discapacidad y a ayudar a jóvenes a que aprovechen el deporte para disfrutar de la vida”, comparte.
Apasionado del triatlón, planteó este reto acogido con “muchísimo entusiasmo” y que ha sido “una experiencia maravillosa que se va a convertir en anual”.
“Hay que vivirlo y uno se da cuenta de que la discapacidad es una percepción equivocada de la gente en general. Cuando uno hace un reto de este tipo como correr con una persona con discapacidad visual o nadar con alguien con síndrome de Down se da cuenta de que la discapacidad es algo muy relativo y tienen muchísimas capacidades de las que no nos damos cuenta”, argumenta.
La gerente de la Fundación Enki, Carmen Touza, ha destacado la importancia de “visibilizar la diversidad funcional” con este desafío.
“Es un reto en que lo importante es que, con un grupo de campeones, se vea que la diversidad funcional se puede integrar en el deporte y en el ocio”, enfatiza.
Inés López lo ha completado y lo ha disfrutado, incluso antes de lo previsto, pues la travesía a nado se adelantó 45 minutos y la parte a pie también fue ágil.
La menor es pionera de una iniciativa cuya recaudación será destinada a la compra de material deportivo adaptado y en la que todos los participantes esperan que sirva para ver que no hay barreras para nadie.
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