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Fotografía en blanco y negro de Katia D'Artigues.Fotografía en blanco y negro de Katia D'Artigues.

Pssst, colegas periodistas: les necesitamos

Cambiar una creencia, una costumbre, una manera de usar las palabras no es algo que suceda de la noche a la mañana: los y las necesitamos para transformar la forma en la que hoy, todavía, se ve y se habla de la discapacidad.

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25 de agosto de 2021

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Redacción Yo También

Por Katia D’Artigues

Es un reto escribir esta editorial en particular. ¿Cómo tratar de explicar una posición muy clara que tenemos en Yo También sin sonar regañona, sangrona o bien, ya de plano, rayando en la soberbia en un texto dirigido a pares?

Bueno, de antemano, queridos amigos y amigas periodistas, les aseguro que no es esa la idea. Pero sí es una clara petición de que mejoremos la cobertura con respecto a los atletas con discapacidad en estos Juegos Paralímpicos y en general cualquier cobertura de personas con discapacidad. Se trata de convencerlos de hacerlo, no de imponer nada.

Nuestro trabajo es público. Cuando uno escribe en un medio (impreso o digital), transmite en radio (también en Youtube, podcasts), sale en la televisión tiene una responsabilidad más allá que cualquier ciudadano. No sólo de reportar lo más fielmente lo que ve, sino también de otra cosa más: recordar que las voces de los y las periodistas se reproducen y pueden reforzar estereotipos o contribuir a cambiarlos. 

En lo personal creo, en Yo También creemos, que los periodistas debemos comprometernos con contribuir a cambiar estereotipos nocivos para la sociedad. Y el mundo de las personas con discapacidad está plagado de ellos. 

Esta semana arrancaron en Tokio los Juegos Paralímpicos de Tokyo 2020 (sí, Tokio y Tokyo: lo explicamos en esta nota junto con otros términos de estos Paralímpicos). Fue una inauguración muy emotiva, digna de la sensibilidad y el respeto japonés. 

Pero de inmediato notamos algunos sesgos, digamos, en la cobertura. No sólo que los atletas paralímpicos no reciben la misma atención y difusión que los atletas convencionales o sin discapacidad (usamos convencionales o sin discapacidad  porque si decimos “normales”, los que tienen discapacidad ¿entonces serían ‘no normales’?).

Hay algo muy común: se hace mucho énfasis, por ejemplo, en las duras historias de cómo adquirieron su discapacidad. En la enorme lucha que enfrentaron y cómo salieron victoriosos. De acuerdo, sí. Sí, sin duda han luchado. Pero, también lo hicieron los atletas sin discapacidad. Es, ¿cómo decirlo? Un tono, que estoy segura no es a propósito pero que sí tiene una ligera emanación -en serio no quiero ofender a nadie- a pena. En el mundo de la discapacidad lo llaman, de plano porno inspiracional. Aquí una nota que lo explica. 

Por cultura, porque así crecimos, solemos creer dos puntos de vista radicalmente opuestos y los y las periodistas somos fruto, también de la cultura en la que crecimos: que las personas con discapacidad son o “pobrecitos” o bien “superhéroes”. Como dice el dicho: “Ni tanto que queme al santo ni tanto que no lo alumbre”. 

Otra que es común, también es decir que las personas con discapacidad “sufren”, “padecen”, su discapacidad. Bueno, más bien sufren las barreras para lograr incluirse y que ponemos todos en la sociedad. Necesitamos usar verbos más neutros. Son atletas CON discapacidad, que VIVEN CON discapacidad, que TIENEN discapacidad. 

Luego está la comparación -que entiendo a veces también bien intencionada, pero con efectos contraproducentes- de comparar a atletas con y sin discapacidad y sus resultados. 

No quiero decir su nombre, porque la quiero mucho, la respeto y sé que se le salió sin querer queriendo, pero el miércoles por la mañana escuchando mi noticiario de radio favorito, una muy conocida comentarista deportiva justo hablaba que no había que comparar. De acuerdo. Y de pronto dijo: “Porque nadie quiere que haya más personas con discapacidad”.

Creo que de inmediato se dio cuenta de lo dicho y reconoció las cifras: según el Censo 2020 en México ya hay 16.5% personas con discapacidad en México: 20 millones de mexicanos y mexicanas. La misma gran comentarista dijo algo que es cierto, y que también agradezco su visibilidad: que todos vamos hacia la discapacidad.

Pero de nuevo, era como decir que la discapacidad es algo no deseable, por lo menos.

En Yo También creemos a pie juntillas en impulsar -aunque quizá no nos toque verlo porque sabemos que hay que cambiar una cultura y eso a veces toma décadas, generaciones- que la discapacidad sea vista como parte de la diversidad humana. 

Como ser altos, bajos, de con un color de ojos u otro, pelirrojos o castaños, con una preferencia sexual determinada -la que sea-, como ser originario de un pueblo o comunidad indígena o descendiente afro, ser zurdo o diestro. Así. 

¿Se imaginan que alguien dijera: “Es que no queremos más zurdos”. O peor: “No queremos más gays” o “más indígenas”? Bueno, sería un escándalo. No lo es con respecto a la discapacidad porque la mayoría de la gente sigue pensando que es una tragedia, cuando no lo es: lo que es trágico es la exclusión, es la discriminación, son las barreras, es la constante falta de oportunidades estructurales y la cultura que los ve así.

Por eso, compañeros, compañeras periodistas: los y las necesitamos para cambiar esto.

Los invitamos a ver, por cierto, este video que salió una semana antes de los Juegos Paralímpicos. Es una campaña que va en la sintonía de este comentario lanzada por los propios Juegos y varias instituciones a nivel internacional. Se llama #WeThe15 (en alusión a que las personas con discapacidad, son, como mínimo el 15% de la población mundial) y que también iluminó edificios de todo el mundo de morado

El video está aquí, con subtítulos en inglés, por lo que me permito traducir al menos la entrada, cuando un atleta con discapacidad, de espaldas, en una silla de ruedas, avanza lentamente mientras se escucha en diferentes voces en off frases que son comunes que las personas con discapacidad escuchen:

  • Eres tan inspirador

  • Tan valiente

  • Me recuerdas ser feliz 

  • Me encanta que no dejas (que tu discapacidad) te entristezca. ¡Bien por ti!

  • Me rompe el corazón. Vete: saliendo al mundo…

  • Nos empujas a todos a ser mejores

  • Ustedes son superhéroes.

Y luego ellos mismos se burlan de la concepción de superhéroes.

Diciendo que no son especiales, preguntándose si lo son por lograr sacar a los niños a la escuela a tiempo. Al decir que ellos también ‘matan’ plantas en su casa y que ven reality tv, se pelean con edredones y se queman con el sol en vacaciones. Hay una imagen genial de una pareja ciega, casándose, que se ríen al decir que se conocieron en una “cita a ciegas”. Se ve a una pareja que está a punto de hacer el amor cerrar la puerta. 

Una mujer musulmana dice: “Rezamos cinco veces al día. Y no, no estoy rezando por una cura, estoy rezando por una nueva bolsa”, dice riendo.

“No somos especiales. Sólo cuando nos ves como uno como tú, maravillosamente ordinarios, maravillosamente humanos, sólo entonces podemos romper las barreras que nos mantienen separados”. 

¿Qué dicen? ¿Contamos con ustedes?