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Pongamos el virus a nuestro favor

Muchos grandes inventos nacieron en medio de crisis y de guerras. Aprovechemos este poderoso experimento social para asegurarnos de que todos los sitios web y los medios digitales sean 100% accesibles.

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24 de abril de 2020

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Bárbara Anderson

Por Bárbara Anderson

A la fuerza, sin mucho preámbulo y con gran necesidad se implementaron diferentes maneras de trabajar de manera remota. Sumamos a nuestro ‘diccionario de cuarentena’ el Zoom, el Facetime, Google Team, Hangouts, Whatsapp, Skype. Clases por televisión, con sus áreas de oportunidad, pero ahí están los contenidos disponibles. 

La semana pasada Forbes México publicó que aumentó 28% la productividad de las empresas en este encierro. 

Ya vimos que funciona, ya vimos que podemos ser útiles para el funcionamiento del trabajo, teniendo a mano las herramientas adecuadas. 

Las empresas nos dieron cátedra de que son rápidamente adaptables. ¿No que no? 

Yo guardaría estos datos, esta experiencia inédita para que las empresas apliquen los aprendizajes de este período para mejorar la inclusión de las personas con discapacidad en todo el mundo usando las mismas herramientas que nos están ‘incluyendo’ a todos ahora. 

No hay excusa para no hacerlo: si lo hemos visto funcionar para una gran parte de la población (se calcula más de 50%), porque no debería funcionar para ese 10% que representan las pcd. 

Esta pandemia ha puesto en la mesa de una manera brutal la importancia crítica de la comunicación digital para que las empresas funcionen sin problemas durante este período, y su importancia para permitir que quienes se quedan en casa permanezcan conectados con amigos y familiares, lo que disuade la soledad. 

Este valor es el mismo que aquellos que viven con alguna discapacidad o son personas mayores han reclamado por décadas. 

Aprovechemos este poderoso experimento social para asegurarnos de que todos los sitios web y los medios digitales sean 100% accesibles, que los subtítulos, la descripción de audio y la inclusión de un intérprete en lengua de señas se conviertan en la norma, no en la excepción.

Muchos grandes inventos nacieron en medio de crisis y de guerras. 

¿Y si aprovechamos esta epidemia a nuestro favor?