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Fotografía en blanco y negro de Katia D'Artigues.Fotografía en blanco y negro de Katia D'Artigues.

Las autoridades escucharon, ahora, ¿se modificará la Ley en materia de salud mental?

En un ejercicio de gran valor, todas las voces se expresaron. Corresponde ahora a la comisión de Salud de la Cámara de Diputados cambiar la iniciativa que habían aprobado días antes.

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27 de noviembre de 2020

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Katia D'Artigues

Por Katia D’Artigues

Las autoridades de la Secretaría de Salud escucharon todo el foro que se realizó el lunes de 10 de la mañana hasta pasadas las 3 de la tarde sobre salud mental que hicimos un grupo de organizaciones que integramos el colectivo #SaludMentalConDerechos con apoyo de la diputada Martha Tagle. Ahora la pregunta es: ¿cambiará en algo el dictamen ya aprobado en la comisión de Salud de la Cámara de Diputados a raíz de lo ahí dicho? Esperemos que sí.

El trabajo en equipo del colectivo y el profesionalismo de Martha Tagle y su equipo lograron lo que no pudo la comisión de Salud en la simulación de Parlamento Abierto que se había realizado el pasado 9 de noviembre. Ahora sí todas las voces fueron escuchadas: psiquiatras, psicólogos, autoridades de la Secretaría de Salud (esenciales porque implementarán la reforma), expertos internacionales, personas con discapacidad psicosocial y que usan sustancias a quienes está dirigida esta reforma a la Ley General de Salud en materia de Salud Mental y adicciones.

Los testimonios fueron muchos y también las críticas y las propuestas. 

Me encantó que hubieran propuestas puntuales para discutir cómo comenzar a “desinstitucionalizar” la salud mental basada en ejemplos que ya funcionan en países como Italia, España, Finlandia. Ahora la atención de salud mental —basada en un ‘modelo médico’ como le llama la Convención— está centrada en hospitales psiquiátricos y se ha documentado que hay personas que aun teniendo malestares sobre el tema dejan que pasen hasta 14 años para recibir un tratamiento. Fue super interesante la mesa —que tuve el placer de moderar— de qué hacer en casos de crisis agudas de salud mental con base en derechos humanos. Hay soluciones. Claro, se requiere un cambio de mentalidad, de capacitación y también de incorporar a otras disciplinas, no sólo médicos, a la atención de emergencia de salud mental. De empoderar también a las familias que no saben qué hacer.

¿Qué me sorprendió? Que un par de psiquiatras: Alejandro Molina, de la Dirección de Servicios de Atención Psiquiátrica de la Secretaría de Salud y Gady Zabicky, actual comisionado nacional contra las adicciones, se quejaron del estigma que viven… ¡también los mismos psiquiatras! (Por cierto, también qué sorpresa que el mismo Zabicky no conociera la trayectoria de [Tina Minkowitz](https://www.elperiodico.com/es/sanidad/20190204/entrevista-tina-minkowitz-activista-salud-mental-derechos-discapacidad-7274371#:~:text=Esta%20activista%20particip%C3%B3%20en%20la,Unidas%2C%20aprobada%20en%20el%202006&text=Tina%20Minkowitz%20(Brooklyn%2C%20Nueva%20York,%C3%A1mbito%20de%20la%20salud%20mental.), una de las madres de la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad y quien es la fundadora del Centro por los Derechos Humanos de los Usuarios y sobrevivientes de la Psiquiatría). 

Por lo general, en el mundo de la discapacidad lo que estamos acostumbrados a hablar y visibilizar es el estigma que viven las personas con condiciones de salud mental a las cuales cotidianamente se les niega el derecho a decidir sobre su vida y tratamientos, como está ampliamente documentado. También la forma en que viven cotidianamente abusos que están plenamente documentados en el mundo y también en México. Dejo dos ejemplos: el más reciente informe de Disability Rights México (el tercero en veinte años de constantes denuncias) y el informe Mundial —que también incluye casos de México— sobre encadenamiento de Human Rights Watch. Lo que todo el mundo quiere —también las autoridades de Salud— es que haya una respuesta más cercana y fácil de acceder a toda la población para el tema. Que la salud mental, el acceso a un psicólogo o psiquiatra, esté en las clínicas de primer nivel de atención. Que se visibilice su importancia (que más que nunca nos ha quedado claro con la actual pandemia), que se combata el estigma de acceder a estos servicios. El tema es cómo hacerlo y más, como bien dijo un diputado panista, Éctor Jaime Ramírez Barba: cómo hacerlo con el mismo dinero en el presupuesto (lo cual se antoja algo difícil).

Pero fue un gran foro, con muchas voces que incluyeron las de personas con discapacidad psicosocial, que es importantísimo: son a ellos a quienes se les debe escuchar más. 

¿Cambiará el dictamen? Eso esperamos.

Les dejo la liga a las mesas, en el sitio de Martha Tagle que fue el único que contrató (hicimos vaquita) los servicios de un intérprete en Lengua de Señas Mexicana porque la Cámara de Diputados no tenía presupuesto para ello (increíble la exclusión). 


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