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Fotografía a blanco y negro, formada por líneas del rostro de Katia D’Artigues, una mujer de mediana edad que utiliza anteojos y aparece de frente, sonriendo a la cámara.Fotografía a blanco y negro, formada por líneas del rostro de Katia D’Artigues, una mujer de mediana edad que utiliza anteojos y aparece de frente, sonriendo a la cámara.

La pionera Suprema Corte de Justicia de la Nación

Por primera vez en el mundo, un Tribunal Constitucional anuncia una serie de compromisos internos para la inclusión de personas con discapacidad.

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7 de octubre de 2021

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Redacción Yo También

Por Katia D’Artigues

Este martes pasado, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) demostró que el buen juez por su casa empieza. En este momento en México, en el que vemos retrocesos hacia el paternalismo y asistencialismo por todos lados, fue el Poder Judicial el que dio un paso para adelante. Fue un día emocionante, histórico y para mi, en especial, muy significativo.

Permítanme que me ponga algo personal. Jamás pensé en mi vida que me vería involucrada en algo como lo que se presentó ese día. Yo soy periodista y el nacimiento de mi hijo, Alan, me ha llevado a hacer cosas que jamás pensé pero que agradezco mucho. Una de ellas es esta. ¡Hasta creo que aprendí a hablar algo de supremacortiano y ahora hasta me preguntan que si estudié derecho!

Fue parte de un trabajo arduo de todo un año fruto de un diagnóstico al interior de la Corte: consultamos y entrevistamos a expertos, leímos muchos documentos teóricos y también de buenas prácticas internacionales, realizamos una encuesta, hablamos con personas de distintas áreas del mismo Poder Judicial.

El anuncio del martes es un Acuerdo General de Administración (una serie de compromisos internos que contienen medidas, acciones y programas para la inclusión de personas con discapacidad al interior de la Corte, una suerte de, casi, “ley” interna: considerandos, trece capítulos, artículos transitorios). 

Sólo un ejemplo: la cabeza del Poder Judicial que ahora encabeza el ministro Arturo Zaldívar propone comprometerse a contratar, dentro de su área administrativa, a 3% de personas con discapacidad en todos niveles. A que sus trabajos tengan todos los apoyos y ajustes razonables que necesitan. Pero hay mucho más. 

Es la primera vez en el mundo que un Tribunal Constitucional hace algo así. 

No sólo eso, sino que este Acuerdo que se dio a conocer ese día en el Área de Murales va a ser consultado con personas con discapacidad, como debe ser. No podía ser de otra manera porque la misma SCJN, celosa de la Convención sobre los derechos humanos de las personas con discapacidad, ha declarado inconstitucionales leyes o parte de leyes porque no fueron consultadas con personas con discapacidad.

Ese día se presentó un micrositio accesible (aquí está, también contiene un tutorial)  que tiene formatos en lectura fácil, word y pdf accesibles, lengua de señas mexicanas. Estará abierto a cualquier persona con discapacidad que quiera comentar. Y luego se harán asambleas en noviembre -ya solo con personas con discapacidad que trabajan en el Alto Tribunal y que se reconozcan como tales, sin certificado médico de por medio, para escucharlas.

Tras eso, se publicará y solo entonces entrará en vigor.

Como todo lo que vale la pena hacerse, fue un trabajo en equipo y me entusiasmó mucho darme cuenta del verdadero compromiso que hay al interior de la Corte de respetar y hacer respetar los derechos humanos de todas las personas. De su pasión por ello. 

Además del mismo ministro Zaldívar, este acuerdo no hubiera sido posible sin el decidido apoyo de Fabiana Estrada Tena, su coordinadora de asesores, y de Regina Sánchez Sasso, quien trabaja con ella. De todo el equipo de la dirección de Derechos Humanos, encabezada por Regina Castro y su equipo: Daniela Suárez y el nuevo titular del área de personas con discapacidad, Aarón Flores. Pero también de los y las titulares de muchas áreas con quienes tuve la oportunidad de platicar. 

Los tiempos en los que las decisiones sobre cualquier acción que se hace hacia personas con discapacidad pensadas por personas que no vivimos con esa condición debe terminar. Pero hay un pendientazo. Esta consulta debe regularse. Aunque suene a un galimatías: hay que primero consultar cómo se debe hacer la consulta, para luego hacer un proyecto legislativo de consulta que luego habrá que volver a consultar. 

Ojalá que esta acción de la SCJN inspire a muchas otras instituciones del Estado y de otros órdenes de gobierno, incluso a entes privados a hacer lo mismo. A hacer realidad el lema de la Convención: Nada de nosotros y nosotras sin nosotros ni nosotras. El evento que duró una hora fue transmitido por Justicia TV, pero también lo pueden ver aquí: