El paraciclista Adrián González Díaz, que recorre aproximadamente 65 kilómetros diarios en su silla adaptada, va camino a Belice. Luego de un par de percances que lo obligaron a regresar a la Ciudad de México para revisar sus llantas, el deportista retomó su viaje y acaba de hacer una parada en Mérida, Yucatán, donde platicó con La Jornada Maya.
“Quisiera recorrer más”, confesó Adrián a ese periódico, pero la silla y el equipaje que carga pesan entre 30 y 40 kilos y eso dificulta la velocidad.
Cada día recorre un promedio de seis horas, aunque se detiene para descanso e hidratación.
“El ciclo-turismo es muy noble, la ruta te da todo, encuentras gente buena que te brinda su hogar”, aseguró, y llamó a quienes quieran hacer un viaje similar a que se atrevan a vencer sus miedos.
Adrian advierte que él no quiere demostrar nada, solo planea divertirse y cree que su ejemplo ayuda a romper estigmas acerca de cómo la sociedad ve a una persona con discapacidad.
Apasionado desde siempre por los deportes extremos (practicaba atletismo, ciclismo y skateboarding) Adrián sufrió un accidente hace unos 15 años, lo que le causó una lesión medular. Luego del evento y tiempo de fisioterapia decidió seguir adelante con su pasión