En las dos últimas elecciones aumento tres veces la cantidad de electores con discapacidad y fueron más mujeres que hombres los que se movilizaron el año pasado.
El domingo, México vivirá una jornada histórica en materia electoral. Las personas con discapacidad, al igual que las 93 millones de ciudadanos y ciudadanas que conforman el padrón, tendrán una participación decisiva. Pero ni la participación política ni la democracia terminan ahí. Después de la jornada electoral tenemos mucho por evaluar y avanzar.
A seis días de la jornada electoral que es calificada ya como histórica, por muy diversas razones, las y los mexicanos estamos preparados para acudir a las urnas y las personas con discapacidad no son la excepción.
Hilda Laura Vázquez Villanueva, candidata a diputada federal por Movimiento Ciudadano, no pierde el piso ni el ánimo. Sabe que las personas con discapacidad van cuesta arriba en la contienda electoral, pero aun así está comprometida a participar y contribuir a colocar una agenda inclusiva y abrir camino a otras y otros que lleguen en el futuro.
La seguridad en todos sentidos de los y las electoras que emitirán su voto este 6 de junio está garantizada por los entes a cargo de los comicios, el Instituto Nacional Electoral, por lo que toca a las elecciones federales, y los institutos estatales en cada una de las entidades del país.
En la recta final hacia la jornada electoral del 6 de junio, un grupo de mexicanas y mexicanos comprometidos con la realidad del país comparte sugerencias para definir el voto.
Si bien hay críticas y falta un largo camino para lograr la plena inclusión de las personas con discapacidad en todos los procesos electorales, también hay avances que deben traducirse en mejoras.
Estas son las primeras elecciones donde una acción afirmativa del INE obliga a los partidos a sumar minorías a sus listas electivas. Conseguimos en exclusiva la lista de los 97 candidatos que se presentan el próximo 6 de junio a un cargo electivo.
Si bien no representan el equivalente al 16.5% de la población que tiene alguna discapacidad, es un primer gran paso.
Son pocas las propuestas que hay para personas con discapacidad, muchas de ellas ya presentadas en otras elecciones y ninguna de ellas reveladora, moderna o disruptiva. Es más un capítulo ‘políticamente correcto’ que una verdadera impronta de políticas públicas.
Cada candidato, cada candidata con discapacidad que contiende rumbo a los comicios del 6 de junio cuenta una historia y comparte una experiencia, no siempre grata, aunque todo suma lo lograr su derecho no solo a votar sino a ser votados.
El primer paso que regularía la asistencia sexual fue dado; faltan procesos de dictaminación y consulta para que la iniciativa sea discutida con amplitud y profundidad.
Quien cuida a una persona con discapacidad debe considerar su propio cuidado como parte de un todo y no abandonarse, pues corre el riesgo de enfermar también.