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Niña usuaria de silla de ruedas en un salón de clases.Niña usuaria de silla de ruedas en un salón de clases.

1 de cada 3 niños con discapacidad es víctima de violencia

En un estudio en países de ingresos medios y bajos, The Lancet revela que los menores con discapacidad tienen el doble de probabilidades de ser víctimas de violencia incluso dentro de su círculo familiar.

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19 de abril de 2022

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Bárbara Anderson

Por Fran Kritz*

Un estudio reciente de la revista científica The Lancet indica que casi una tercera parte de los niños y adolescentes con discapacidad ha padecido violencia, ya sea en forma de abuso físico, emocional o sexual, o en forma de negligencia. Se trata de todo tipo de violencia, desde golpes o agresiones verbales por parte de familiares hasta el ciberacoso.

Según este informe, además, en la última década estos menores tienen el doble de probabilidades de ser víctimas de la violencia que sus pares sin discapacidad.

Una cantidad impresionante de niños se ve afectada: se calcula que 291 millones de niños y adolescentes, poco más de 1 de cada 10, tienen alguna discapacidad en el mundo, condiciones que van desde falta de audición o visión, a epilepsia o discapacidad intelectual.

De estos niños, el 94,5 por ciento vive en países de ingresos bajos y medianos en los que se combinan múltiples riesgos como pobreza, acceso inadecuado a los servicios y desnutrición.

La violencia contra los niños es un problema urgente de salud y desarrollo que puede adoptar varias formas, incluida la violencia física, sexual o emocional, o el abandono.

Y los ataques pueden venir de cuidadores, figuras de autoridad (como maestros u otros proveedores de servicios de rehabilitación o salud) u otros adultos, y puede implicar el acoso por parte de compañeros tanto en persona o en línea, o ser representado por parejas íntimas durante la adolescencia. 

La violencia tiene una variedad de consecuencias negativas agudas y duraderas, como el aumento de la mortalidad, el deterioro cognitivo y hasta la discapacidad física y mental.

La violencia también genera costos económicos sustanciales para la sociedad, asociados con el tratamiento de lesiones y con comportamientos continuos que son riesgosos para la salud.

Además, los niños sobrevivientes tienen cada vez más probabilidades de convertirse en perpetradores de violencia cuando sean adultos, lo que lleva a un círculo negativo de violencia. 

Los niños con discapacidad tienen una probabilidad 3,68 veces mayor de experimentar violencia que sus pares sin discapacidad. 

Los niños con discapacidad enfrentan vulnerabilidades únicas y pueden ser objeto de violencia debido al estigma social o su incapacidad para verbalizar, identificar o defenderse del abuso.

Los padres también pueden actuar con frustración o enojo con los niños que tienen grandes necesidades de atención o problemas de comportamiento.

El estudio que se publicó en la revista médica The Lancet Child and Adolescent Health coincide con las conclusiones de un informe de la Organización Mundial de la Salud que apareció en The Lancet hace una década y que se enfocaba en los países de ingresos altos.

Esta vez, con información recopilada en países de ingresos bajos y medios (en donde vive la gran mayoría de los niños y jóvenes con discapacidad) se presenta una imagen global más representativa del problema. También se ha incluido una gama más amplia de formas de discapacidad que en el estudio de 2012 respaldado por la OMS.

El nuevo material tiene sus limitaciones ya que sólo se utilizaron estudios en inglés y chino y de siete países de ingresos bajos y medios. 

No obstante, «creo que se trata de un estudio muy importante porque demuestra que la violencia en contra de los niños con discapacidad se da en diferentes países con distintos niveles de ingresos», dice Mia Ives Rublee, directora de la Iniciativa de Justicia para la Discapacidad del Center for American Progress, un think tank progresista de Washington D.C. «Nos proporciona un marco para preguntarnos qué vamos a hacer con esta violencia, incluido un llamamiento a todos los gobiernos para que proporcionen suficientes recursos e información a las comunidades para ayudar a aliviar la situación.»

La violencia

En la investigación publicada en The Lancet se definen los tipos de violencia y abandono incluidos en los estudios. 

  1. Violencia física: Golpes con o sin herramientas, castigo corporal por parte de los padres, intimidación física, abuso físico, victimización abierta, violencia relacionada con la disciplina o violencia física en relaciones de pareja.

  2. Violencia emocional: Abuso psicológico (p. ej., regañar), amenazar o interferir, presenciar violencia de pareja, intimidación entre compañeros, burlas, presenciar ciberacoso, acoso social, acoso verbal, acoso en línea, ostracismo, ser excluido deliberadamente de actividades, ser maldecido, ser insultado, gritado o humillado.

  3. Violencia sexual: victimización sexual, pedidos sexuales en línea no deseados, victimización sexual por contacto o victimización sexual sin contacto.

  4. Descuido: descuido físico, emocional, educativo, de seguridad o incluso médico.

Dentro del total de niños y adolescentes con discapacidad en países en vías de desarrollo, aquellos con discapacidad cognitiva o intelectual sufren mayor violencia. 

La violencia sexual fue experimentada por más niños con discapacidad motriz y con discapacidad sensorial que por niños con discapacidad cognitiva. 

Los niños con problemas sensoriales también experimentan una mayor prevalencia de acoso entre compañeros de escuela. 

La violencia emocional fue el tipo de violencia más reportado, y la negligencia tuvo la tasa de probabilidad más grande. Los niños con discapacidad tienen necesidades complejas, que pueden ser una carga emocional y económica para los cuidadores y esta situación sin atención ni ayuda puede dar lugar a casos de negligencia. Además, si viven en países pobres o en vías de desarrollo cuentan con menos gasto público en protección social y protección legal para los niños.

Lo que falta en los países en este rango es capacitación sobre las vulnerabilidades específicas de los niños con discapacidad y cómo atenderlos de manera correcta y holística abordando a cada niño y su familia tanto desde sus necesidades médicas, psicológicas y socioeconómicas. 

Fuera de la casa también hay una mayor incidencia de violencia: casi el 40 por ciento de los niños con discapacidad fueron acosados ​​por sus compañeros de colegio y tenían dos veces más probabilidades de ser acosados ​​que los niños sin discapacidad. 

¿Qué dice uno de los autores?

Una herramienta importante para generar un cambio real será la participación de más personas con discapacidad, incluidos los adolescentes y jóvenes en el diseño de políticas, dice Leyla Sharafi, asesora de género del Fondo de Población de las Naciones Unidas, que coordinó un estudio similar en 2018. Para conocer más detalles de este reporte, entrevisté a Ilan Cerna-Turoff, becario posdoctoral de la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia, quién co dirigió este nuevo estudio:

¿Por qué actualizar el estudio de 2012?

Las actualizaciones periódicas ayudan a los responsables de políticas públicas y a los investigadores a evaluar los avances hacia los objetivos mundiales de poner fin a la violencia en contra de los niños con discapacidad.

En nuestro trabajo, el 23 por ciento de los nuevos estudios procedían de países de ingresos bajos y medios, lo que supone que el punto de partida para comprender cuál es el alcance real del problema está fuera de los países de ingresos altos. También ampliamos nuestra investigación para incluir  artículos en chino.

Los estudios en chino constituyeron el 11 por ciento de los estudios incluidos y proporcionaron más información sobre la violencia en China, Hong Kong y Taiwán. Por último, examinamos aspectos adicionales de violencia a los del estudio anterior, como el acoso en persona y el cibernético.

¿Qué precisión tienen las cifras de sus conclusiones?

Es probable que las cifras de nuestro estudio queden muy por debajo de la realidad, teniendo en cuenta que hay estudios que indican que entre el 30 por ciento y el 98 por ciento de la violencia en la población general nunca se reporta.  Es posible que los niños con discapacidad no comprendan lo que es la violencia o no tengan la capacidad de protegerse, incluso que no cuenten con la capacidad verbal o intelectual para comprender y denunciar la violencia.

Se incluye la violencia emocional y la negligencia entre los tipos de abuso, ¿puede explicar estos términos un poco más?

La violencia emocional suele entenderse como abuso psicológico o verbal. Incluye hacer que alguien se sienta humillado, condenado al ostracismo o menospreciado. La negligencia puede ser física, emocional, educativa, médica o relacionada con la seguridad, y constituye todo aquello que pone al niño en peligro o no considera sus necesidades.

¿Y no tiene por qué ser exclusivamente en persona?

La violencia puede darse en persona o ser virtual, como es el caso del ciberacoso.

¿Qué detona esta violencia entre las personas que la cometen?

Hay una gran cantidad de detonantes. Estudios previos indican que el estigma puede ser el mayor problema. Existe una falta de comprensión de las personas con discapacidad por parte de las personas en general y, a menudo, tener una discapacidad provoca que las personas sean objeto de bromas o miedo. En consecuencia, los niños con discapacidad pueden sufrir acoso o violencia física y emocional.

Y no sólo es por parte de las personas extrañas, también los miembros de la familia, ¿verdad?

Hay cuidadores y miembros de la familia que pueden comportarse así por el estrés. Algunos niños y adolescentes con discapacidad tienen necesidades de atención muy elevadas, ya sean físicas o económicas, lo que puede suponer una enorme tensión para los cuidadores y las familias. Es posible que los cuidadores no tengan buenos modelos de cómo criar a los niños con discapacidad y manejar los problemas de comportamiento complejos.

¿Cómo cambiar las normas de estigmatización para proteger a los niños con discapacidad?

La mayoría de los países tienen normas que estigmatizan a las personas con discapacidad. Ha habido casos extremos en los que la epilepsia y otras formas de discapacidad se consideran manifestaciones de brujería, lo que da lugar al abuso extremo de los niños. La participación de líderes religiosos y comunitarios y la educación de la comunidad han sido de mucha ayuda para cambiar las normas.

¿Por qué cree que han cambiado tan poco los resultados entre los dos informes?

No es un tema fácil. Estamos hablando de algo que tiene múltiples causas y que no puede tratarse con una vacuna o una cirugía.

Tenemos que crear nuevas normas sociales y sistemas educativos, de servicios sociales, sanitarios y de otro tipo que prevengan y respondan eficazmente a la violencia en contra de los niños con discapacidad.

Tenemos que asegurarnos de que los sistemas reciban apoyo financiero suficiente y de que el personal se capacite continuamente.

También deberíamos contar con una mejor educación para los padres para que puedan apoyar la crianza de los niños con discapacidad, pero nos enfrentamos a desafíos como presupuestos reducidos para esta labor, especialmente en los países de ingresos bajos y medios. Además, hay que considerar el COVID-19, sumar la crisis climática y otros factores económicos y sociales. 

Para los responsables políticos es complicado. Tienen muchas prioridades que requieren inversiones al mismo tiempo. Tenemos que hablar con los responsables políticos para asegurarnos de que estos temas, de la violencia, no queden fuera de la agenda y para garantizar que los programas se financien y apliquen en su totalidad.

Si se consideran los años de vida ajustados por discapacidad que se pierden a causa de la violencia, se da uno cuenta de que esto repercute en el desarrollo de un país en su conjunto y que se obstaculiza el desarrollo financiero y social. Esto hace que la prevención de la violencia sea una prioridad inteligente e importante en la que hay que invertir. Estamos hablando de millones de niños. Sin embargo, hay algo más que un argumento financiero. También hay una responsabilidad moral y de justicia social de invertir en estos niños dentro de nuestras sociedades.

¿Y continuará con su labor?

Es un tema demasiado importante como para fracasar o parar. Tenemos que seguir siendo responsables.

*Fran Kritz es una reportera de política sanitaria con sede en Washington, D.C. Ha colaborado con The Washington Post y Kaiser Health News.

Artítculo original A report on violence against kids with disabilities is sobering — if not surprising publicado en en National Public Radio (NPR). ​​

Estudio de The Lancet: Global estimates of violence against children with disabilities: an updated systematic review and meta-analysis.

Traducción: Graciela González