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Fotografía de Ágata SzékelyFotografía de Ágata Székely

¿Qué pasa que ahora “todo el mundo” anda en silla de ruedas?

Lo que atendemos está adentro, nos importa, nos cambia, lo que no atendemos está afuera, es ajeno, intrascendente.

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12 de mayo de 2022

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Ágata Szekely

Por Ágata Székely

Dos cuadras a la farmacia, dos señoras en silla de ruedas. En la fila del súper, dos señores con bastón. ¿La rampa de la esquina? muy inclinada, bloqueada, rota. En la otra esquina ni rampa hay. ¿Qué pasa que de pronto hay un montón de personas con discapacidad a mi alrededor? ¿O situaciones en las que noto obstáculos para las personas con discapacidad? ¿Hay una convención de personas con discapacidad en mi barrio y decidieron todos juntos salir de compras?

Por supuesto que no. Las personas con discapacidad estuvieron siempre a mi alrededor, pero comencé a prestarles más atención en estos últimos meses cuando, gracias al trabajo en Yo También, aprendí sobre las leyes que las respaldan (o las ignoran), presencié discusiones sobre cómo nombrar, cómo educar, leí y escuché las particularidades de sus vidas, sus desafíos, sus historias.

Esta semana, por ejemplo, se me cayeron algunas lágrimas cuando estaba editando este recuento de testimonios de mamás de niños y niñas con discapacidad. No eran lágrimas de tristeza sino una respuesta que no pude evitar al ver esos tremendos esfuerzos y logros. 

¿Debería darme pena descubrir de pronto a los miembros de esta comunidad?  Tal vez, pero nunca es tarde, supongo, y no es que me resultaran indiferentes antes (no más que cualquiera que pasa por la calle) sino que ahora me siento más cerca, me dan ganas de hacerles preguntas, me preocupa si sus entornos cuentan con todos los ajustes necesarios.

¿Van a la escuela? ¿Reciben pensión? ¿Les alcanza? ¿Hacen lo que deben hacer las personas responsables de ayudarlos?

Dicen que uno está hecho de la suma de todo aquello a lo que le presta atención y que el dominio de la atención es una condición indispensable para el desarrollo humano. La atención destila la experiencia, individual y colectiva.

Lo que atendemos está adentro, nos importa, nos cambia, lo que no atendemos está afuera, es ajeno, intrascendente.

Estas líneas son para agradecer a Yo También, medio que hoy dejo como editora pero que seguiré siempre de cerca, y al que le deseo larga, fecunda e influyente vida. Gracias por abrir mi atención y ampliarme el mundo, aprendí un montón.