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Construir solo para personas con discapacidad es segregar, dice Taide Buenfil Garza

La arquitecta y directora general de CONFE explica que al construir debe pensarse en el diseño universal y que, en zonas sísmicas, es fundamental tener corresponsabilidad como ciudadano y conocer las zonas de resguardo.

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10 de octubre de 2022

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Karina González Fauerman

“Me pregunto frecuentemente, ¿cuántas veces las personas con o sin discapacidad nos fijamos dónde está la zona de resguardo?”, reflexiona Taide Buenfil Garza, arquitecta egresada de la Universidad Anáhuac, con Maestría en Responsabilidad Social y usuaria de silla de ruedas, ante cómo las personas con discapacidad (pcd) pueden protegerse en caso de sismo.

Según la especialista también directora general de CONFE (Confederación Mexicana de Organizaciones en favor de la Persona con Discapacidad Intelectual), las construcciones deben ser accesibles y seguir una lógica: si puedes ingresar puedes egresar. 

“Desde su concepción, los planes de protección civil tienen que considerar un diseño universal e incluir a todo tipo de personas, con movilidad limitada o de la tercera edad.

 “No hay una receta específica de protección en caso de sismo, ya que algunos hablan de no evacuar mientras que otros de permanecer en áreas de resguardo y esperar un rescate asistido. Si alguien está en el piso 30 de un edificio son otras las indicaciones, al igual que si la movilidad es lenta, entonces se hace repliegue; cada caso es muy particular, no podemos generalizar y pretender que todos nos manejemos igual”, subraya la también docente de posgrado en la Facultad de Arquitectura de la UNAM de la materia Accesibilidad y Diseño Universal desde 1998 y fundadora del Seminario de Accesibilidad y Diseño Incluyente.

Al activarse la alerta sísmica o durante un sismo, Taide desaloja la instalación como el resto de la población, respeta la norma básica de no correr, no gritar y no empujar y se dirige hacia la zona de resguardo (un estacionamiento). Un brigadista le brinda apoyo para seguir el camino de evacuación.

“Es fundamental ser partícipe en los simulacros. Asimismo, los planes de protección civil, desde el de una casa hasta los de la Torre Mayor deben ser universales, no especiales para las pcd, ya que esto segrega y no genera inclusión”.

Arquitectura inclusiva

Para generar una arquitectura inclusiva, precisa, es importante la participación de todos, ser empático y voltear a ver al otro.

“Cuántas veces alguien está en una rampa, aunque sea durante un minuto, mientras que puede haber alguien que requiere usarla. En ese sentido hay que plantearnos cómo ser mejores ciudadanos y apoyar a los demás”.

Señala que hay que plantear soluciones para la mayor parte de las personas: aquellos con requerimientos auditivos, motrices, intelectuales o cognitivos.

En el entorno, precisa la experta en consultoría para el diseño de espacios, hay barreras físicas, arquitectónicas y urbanas (transporte, comunicación e información) que dificultan la accesibilidad, mientras que en el contexto intervienen las barreras sociales y culturales.

“El hecho de no tener la accesibilidad para movilizarte con autonomía implica que no puedas hacer un lugar tuyo. Hacen falta sitios de inclusión que inviten a la permanencia y construyan ciudadanía.

“Se ha trabajado en muchas normas para impulsar la arquitectura inclusiva. Sin embargo, falta la conciencia de quererlas aplicar con voluntad y con toda la intención de lograr la movilidad, el uso y la permanencia de los espacios. Estar en un lugar no solo es transitarlo y pasar por enfrente, también hay que permanecer y disfrutarlo”.

La arquitectura inclusiva, apunta, brinda beneficios a todas las personas en distintos momentos de su vida, no solo a las pcd: si alguien se rompe una pierna, si sale con alguien de la tercera edad o lleva una carriola. Son necesidades reales de la sociedad y que el entorno tiene que considerar. 

“La accesibilidad es íntegra y compleja. Es necesario ver más allá de un elemento, valorar el conjunto y abrir posibilidades. A veces no es cuestión de poner rampas sino de solucionar desniveles (rampas, y elevadores)”, dice.

¿Qué es el repliegue?

De acuerdo con la Guía de Protección Civil de la CDMX, el repliegue es la acción de dirigirse a un lugar de menor riesgo en el interior de un inmueble y mantenerse en el mismo, se recomienda hacerlo si durante un sismo si se encuentran en un tercer piso o uno superior.


Por Karina González Fauerman