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Niña cuyo rostro se encuentra protegido, acaricia un oso de peluche.Niña cuyo rostro se encuentra protegido, acaricia un oso de peluche.

7 de cada 10 alumnos afirman sentirse tristes la mayor parte del tiempo

La olvidada salud socioemocional de niños, niñas y adolescentes en un país donde crece el bullying y la ansiedad es el foco del primer estudio sobre el tema que publica Mexicanos Primero. Los estudiantes con discapacidad viven niveles más altos de ansiedad y miedo.

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28 de abril de 2023

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Bárbara Anderson

Francisco cursa en la Escuela Secundaria Federal 374-20 en Chiapas. Hace una semana que está internado después de ser golpeado por sus compañeros en un recreo. Hacía tiempo que era blanco de burlas por no poder usar su brazo izquierdo, mismo que quedó inutilizado por un accidente a sus 7 años. 

El viernes 21 de abril, lo encerraron entre varios (los videos de los celulares de los espectadores son brutales) y uno de sus compañeros que sabe taekwondo terminó por darle una patada en su cara. ¿El resultado? Un trauma ocular cerrado tipo A grado 4 en su ojo derecho, fractura pupilar y una hemorragia vítrea, además de otra fractura en su ojo izquierdo. La familia espera los resultados de una resonancia magnética para saber si existen más daños a nivel cerebral. 

“Se deben alinear las políticas educativas para fortalecer la implementación de la educación socioemocional, consolidar las prácticas de crianza afectiva y cariños para menores de 3 años, extender la asesoría y acompañamiento docente”, dice Antonio Villalpando, investigador de la organización Mexicanos Primero, quien participó en un reporte inédito presentado esta semana: “Aprender a estar bien, estar bien para aprender”, una investigación que pone en la mesa de discusión la educación socioemocional de niñas, niños y adolescentes (NNAJ) en México, fundamentalmente tras el enorme golpe que fue el largo confinamiento por la pandemia. 

Mexicanos Primero en esta ocasión abre la discusión más allá de presupuestos y de programas educativos para analizar un componente invisible dentro de la mayor parte de las currículas escolares como es el trabajo sobre los sentimientos, tanto de alumnos como de maestros.

¿Qué son las habilidades socioemocionales? La definición más completa es de la Unesco: conjunto de conocimientos, destrezas y actitudes que permiten a las personas relacionarse consigo mismas y con los demás de manera saludable, navegando en un mundo social interconectado como individuos autónomos, responsables y motivados

Y ¿por qué es importante? Primero por cuestiones de integridad física y psicológica pero además porque es fundamental para el aprendizaje. El informe destaca que ​​cuando las y los niños viven con frecuencia una fuerte adversidad (descuido crónico, violencia o cargas crecientes que se derivan de la pobreza en la familia) y los adultos no les ayudan a responder adecuadamente, sus sistemas de respuesta al estrés se traban en un estado constante de alerta. Esto daña seriamente su memoria y su habilidad para aprender. 

Este círculo vicioso creció durante el confinamiento y los años que duró la educación a distancia que trajo el coronavirus. De este análisis surge el propio título de la investigación: “aprender a sentirse bien, sentirse bien para aprender”, porque los sentimientos son parte central del derecho a aprender. 

¿Qué emociones tienen los estudiantes?

  • 8 de cada 10, entre 15 y 17 años se siente estresado

  • 70.4 % afirma que lo que hacía era un esfuerzo

7 de cada 10 se sintió triste todo o la mayoría del tiempo

  • 62.3% no durmió bien

  • 2 de cada 10 __niños entre 3 y 5 años dijo que su familia le causa tristeza

  • 27% siente que las cosas les preocupan mucho siempre

  • 13.7% de adolescentes vive con depresión

  • __72.8% __rara vez o nunca disfruta de la vida

  • 2 de 10 adolescentes no habla de sus emociones con nadie

  • 12% de los niños y niñas afirma no tener amigos

  • __3 de cada 100 __han sido diagnosticados __con depresión a pesar de que 10 de cada 100 presentan la sintomatología

Fuente: Mexicanos Primero / Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2021. 

En muchos programas que se trataron de implementar en el pasado para abordar la salud socioemocional de NNAJ, la mayor energía y presupuesto suele inyectarse en la adolescencia cuando ya existen evidencias de que a menor edad mayores resultados. Esto ha llevado a muchos especialistas a divulgar los signos de alerta que deben detectar padres y docentes:

Fuente: Mexicanos Primero

Evaluando a un grupo de estudiantes, ya con clases presenciales, la investigación de Mexicanos Primero logró fundamentar con datos que a mayor ansiedad y depresión, los alumnos disminuyen su nivel de lectura y matemáticas. “A menos tristeza, mejores resultados académicos”, resume uno de los capítulos del vasto informe. 

Condiciones que condicionan

El reporte “Aprender a estar bien, estar bien para aprender”, tiene un apartado completo para analizar con lupa de qué manera las emociones impactan en grupos más vulnerables entre NNAJ.

El regreso presencial a la escuela tuvo efectos muy distintos entre aquellos que tienen alguna discapacidad con pares que no:

  • Discapacidad visual

Presentaron más miedo que quienes pueden ver, fundamentalmente a quedarse solo (a) en la casa.

  • Discapacidad auditiva

Los niños y niñas que reportaron tener mucha dificultad o no poder escuchar aún con la ayuda de un dispositivo auditivo experimentaron una disminución del miedo en la modalidad presencial versus sus compañeros que oían. 

  • Discapacidad motriz

Los alumnos y alumnas sin discapacidad experimentaron reducciones significativas en los factores de ansiedad por separación como en la preocupación al estar lejos de sus padres.

Uno de los hallazgos del regreso a las aulas de los NNAJ con discapacidad como aquellos de comunidades indígenas fue la rápida mejora en resultados debido a la falta de infraestructura de apoyo básica en sus hogares.

Cifras que afectan el bienestar emocional

En el último año hubo factores que aumentaron (además de la pandemia) la inseguridad, la ansiedad y la salud psocioemocional de NNAJ:

  • 20.7% de las mujeres mayores de 15 años han vivido violencia en su relación de pareja

  • 13.7% de ellas han vivido violencia sexual en la escuela

  • 533 mil niñas reportaron violencia psicológica de sus hermanos o padre

1 millón de adolescentes sufrieron un accidente y 100 mil quedaron con discapacidad permanente

  • 130 mil divorcios al año

  • 500 mil niñas y adolescentes (12 a 19 años) quedaron embarazadas

  • 1 de cada 5 personas con trastornos afectivos está siendo tratada

  • 25% de los adolescentes presenta trastornos alimentarios

  • 38.3% de los niños hasta 4 años son sujetos de agresión psicológica 

  • 5.6% de las NNAJ sufrieron castigos físicos severos 

  • 180 mil casos denunciados de bullying y cyberbullying 

Buscando soluciones

“La educación socioemocional va más allá de una nueva asignatura o ejercicios participativos; es, para nosotros, parte misma del proceso colectivo de aprendizaje sobre uno mismo, la concebimos como una política educativa destinada al cambio de las prácticas escolares y docentes para que con base en el cuidado, recuperación y aprendizaje emocional de NNAJ se den las nuevas condiciones para garantizar el derecho a aprender”, agrega el reporte de esta organización civil. 

Y se debe, recomiendan, quitar los mitos y no sólo tratar a las emociones como un aspecto de salud sino desde una manera integral incluyendo a la escuela como espacio para aprender a detectar, reconocer y actuar sobre las emociones. 

Otra necesidad para apoyar a la salud mental es aumentar el número de profesionales en esta área: actualmente en México hay sólo 820 psiquiatras infantiles, una cifra que no llega a uno cada 100 mil habitantes como recomienda la Organización Mundial de la Salud. 

“Para poder abordar el bienestar socioemocional de NNAJ es necesario tener datos sobre la prevalencia de sus condiciones de salud mental, así como los factores de riesgo y protección”, recomienda el trabajo de Mexicanos Primero. Sin datos es muy complejo diseñar e implementar políticas y programas, así como la asignación de un presupuesto que permita llevarlos a cabo. En este punto vale la pena detenerse en un dato: si bien hasta 2020 existía un presupuesto federal asignado a asegurar la convivencia escolar, una partida de 224 millones de pesos. 

El gobierno en su cruzada de austeridad decidió ‘ahorrar’ este gasto desde hace dos años. Esa línea entre miles de un presupuesto federal fue la patada que posiblemente le cause una discapacidad visual a un alumno agredido en Chiapas o que le quitó la vida a Lizbeth de una pedrada en su cabeza en Teotihuacán hace unas semanas. 

El ahorro se convirtió en 180 mil casos graves de bullying -denunciados- en el país sólo el año pasado, un promedio de casi 500 casos al día.  

Por Bárbara Anderson | Fotografías de UNICEF

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