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No todo lo que tiembla es párkinson: mitos y realidades de esta condición

En un evento organizado por la Red Mexicana de Asociaciones de Parkinson, diferentes especialistas explicaron los principales mitos y alertas de esta enfermedad. Temblor, rigidez y lentitud son los tres síntomas motores más comunes.

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11 de abril de 2023

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Karina González Fauerman

Escribir en un pizarrón, ponerse las pantuflas o abrocharse la camisa son tareas ordinarias que parecen sencillas de realizar. No así para una persona diagnosticada con párkinson que se enfrenta diariamente a la batalla de superar los límites de su propio cuerpo.

Durante un evento organizado por la Red Mexicana de Asociaciones de Parkinson, los asistentes tuvieron la posibilidad de probarse unos lentes de realidad virtual y apreciar, durante unos cinco minutos, los principales retos, dolores físicos y emocionales que conlleva esta condición. 

Después de escuchar a diferentes médicos especializados, quedó claro que no todo lo que tiembla es párkinson. Si bien cerca del 70 por ciento de las personas tienen un leve temblor o movimiento rítmico e involuntario con la mano o el pie de un solo lado del cuerpo, o en algunos casos en la mandíbula, la rigidez y la lentitud de movimiento son otras señales visibles que advierten su presencia.

Otros signos de alerta, según precisa el Manual para el Paciente Viviendo con Parkinson, son problemas urinarios y de sueño, pérdida del olfato, estreñimiento, babeo y exceso de saliva y alteraciones en el estado de ánimo.

El párkinson: conócelo más 

El párkinson, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suárez”, es la segunda condición crónico-neurodegenerativa (después del alzhéimer) más frecuente a nivel mundial; puede estar presente en 50 de cada 100 mil habitantes. 

Suele aparecer entre los 50 y 65 años, pero se ha demostrado que hay algunas excepciones cada vez más frecuentes que suceden antes de los 40 años, también conocido como párkinson juvenil; no se trata de una condición contagiosa o hereditaria, sin embargo, es importante conocer el diagnóstico certero de un experto.

Adicionalmente, se ha visto que afecta de mayor manera a los hombres en comparación con las mujeres, sin embargo, esta condición impacta a ambos géneros.

“Hay que generar conciencia en las personas de que existe esta condición, a través de información suficiente en torno a ella. Así podemos lograr que los mitos referentes a su diagnóstico y tratamiento sean expuestos como eso, mitos; necesitamos información precisa y con el apoyo de médicos como el neurólogo y el   neurocirujano podremos lograr este objetivo”, explica Margarita Vallejo, representante de la Red Mexicana de Asociaciones de Parkinson y presidenta de la Asociación Mexicana de Parkinson A.C. que engloba a más de 10 asociaciones civiles a lo largo de la República.

Mitos vs verdades del párkinson

Los tratamientos, cuidados y progresión son los tópicos en los cuales existen más mitos, pues evitan que la población se acerque con los médicos especialistas, ya sea por el miedo o por la misma desinformación, para una detección oportuna y el acercamiento a un tratamiento integral.

Entre los mitos y verdades más comunes en torno al tratamiento del párkinson se encuentran:

La condición siempre empeora con el tiempo, por lo que no vale la pena tratarla

Actualmente el párkinson no tiene cura, sin embargo, es importante recibir un tratamiento adecuado, pues este puede ayudar a controlar los síntomas y mejorar su calidad de vida. La terapia temprana y continua ayuda a retrasar su progresión de manera efectiva.En las primeras etapas de la condición de párkinson, los síntomas pueden ser sutiles y difíciles de detectar, lo cual hace que el diagnóstico sea a menudo tardío. Sin embargo, si se logra este objetivo a tiempo, se puede comenzar un tratamiento integral que incluye medicamentos, terapia física o tecnología médica, lo que puede ayudar a retrasar la progresión de la enfermedad y mejorar la calidad de vida del paciente.

La medicación es la única forma de tratar el párkinson

El doctor Carlos Martínez, neurólogo especialista en párkinson y trastornos del movimiento, comenta que “si bien la medicación puede ser una parte importante del tratamiento del párkinson, también hay otras opciones de tratamiento, como la terapia física, ocupacional y del habla, así como la cirugía; por ello tener un tratamiento integral implica también abordar los síntomas no motores, como la depresión, la ansiedad, los trastornos del sueño y los problemas de memoria y cognición”.

La suma de fármacos, terapias como el ejercicio, el yoga, o incluso la asistencia a terapia psicológica pueden representar una gran mejoría en las etapas iniciales de la condición. En caso de presentar un avance aún mayor, existen otras opciones innovadoras como la terapia de estimulación cerebral profunda (DBS, por sus siglas en inglés), la cual puede ayudar a controlar de manera significativa los síntomas motores.

Sobre la cirugía cerebral como alternativa de tratamiento

La cirugía cerebral, como es el caso de la estimulación cerebral profunda, puede ser un tratamiento efectivo para algunas personas que viven con párkinson. El doctor Jesús Fonseca Cosío, especialista en neurocirugía funcional, afirma que “nosotros, con apoyo de los neurólogos y más especialistas, buscamos ofrecer alternativas de vanguardia como la estimulación cerebral profunda ante una condición de vida que puede resultar complicada; consideramos la tecnología médica para tener un panorama distinto ante esta condición crónico-neurodegenerativa”.

Datos curiosos:

  • El Día Mundial del Parkinson se conmemora cada 11 de abril.

  • La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que para el 2040 el número de personas con párkinson se duplicará, convirtiéndose en un problema de salud pública a nivel global.

  • El párkinson fue descrito en 1817 por el médico James Parkinson en su Ensayo sobre la Parálisis Temblorosa.

  • Se han presentado casos de párkinson juvenil, que aparece antes de los 20 años y el párkinson de inicio temprano que se presenta antes de los 40 años.

Fuente: Red de Parkinson

Por Karina González Fauerman | Fotografías de Red Mexicana de Asociaciones de Parkinson

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