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Donde la discapacidad y el clima se encuentran

La sabiduría de la discapacidad y una invitación a estar en comunidad.

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28 de abril de 2023

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Bárbara Anderson

Por Áine Kelly-Costello Twitter: @ainekc95 | Texto original: Where disability and climate meet

La discapacidad y el colapso climático son fenómenos expansivos que entretejen sus tentáculos en nuestras realidades diarias, bienestar, políticas y comunidades.

Mediante este ensayo, trato de separar algunos de esos hilos tanto como mostrar cómo encajan en un tapiz. La obra trata de cambiar narrativas y encontrar puntos de entrada. Se trata de basarse en la justicia y el cuidado de las personas con discapacidad.

Es una invitación a pensar en las abundantes fuentes de conexión donde se encuentran la discapacidad y la justicia climática. Sumerjámonos.

Orientémonos

Incluso sin contar con el colapso climático, el mundo ya era un lugar implacable y capacitista, para nada diseñado para nuestra prosperidad como personas con discapacidad. En Occidente, durante siglos han esperado que fuéramos lo suficientemente productivos, aptos o inteligentes, que nos adaptáramos cueste lo que cueste, que lucháramos en silencio.

Incluso ahora, las personas con discapacidad seguimos encerradas en instituciones, se nos niega la capacidad de tomar decisiones, se nos prohíbe migrar y nos criminalizan injustamente. En algunas culturas, se espera que emanemos lo sobrenatural o, por el contrario, se nos desechan como cargas o maldiciones familiares. 

Es decir, no es de sorprenderse que las personas con discapacidad nos sintamos particularmente afectadas cuando nos caen encima innumerables capas adicionales de opresión. Que nos olviden en supertormentas e incendios forestales, o que seamos considerados prescindibles en una pandemia, ya sería mucho, no importa si son ambos a la vez.

Las causas fundamentales de nuestra opresión y las causas fundamentales del colapso climático tienen mucho en común. Esta certeza es aún más clara cuando recordamos que la mayoría de las personas con discapacidad viven en el Sur Global, muchas son indígenas o personas de color, y muchas viven en la pobreza, que incluye la pobreza energética. El colapso climático corre rampante en un mundo que explota a las personas que viven marginaciones múltiples.

Entre las otras fuerzas opresivas en juego están el colonialismo y el imperialismo. Durante siglos, los colonizadores han saqueado las tierras indígenas y han derribado ecosistemas. En Nepal, América, Nueva Zelanda y todas partes en las que viven las personas indígenas, las personas con discapacidad, y especialmente las mujeres, sienten estos impactos con mayor fuerza.

El capitalismo y las prácticas de extracción transfieren la riqueza de las comunidades locales a las empresas de combustibles fósiles. Ahora, sólo 100 empresas de combustibles fósiles son responsables de más de dos tercios de las emisiones industriales de gases de efecto invernadero causantes del cambio climático. Muchas comunidades racializadas, que se ven cada vez más empobrecidas, y en las que también viven personas con discapacidad, sufrieron los impactos sanitarios y económicos de la extracción. Son los sistemas que valoran la producción y la riqueza sin fin por encima de todo, quienes han metido a la humanidad y al planeta en este lío gigante.

Resistamos la opresión

Es fundamental comprender la profundidad de nuestra opresión colectiva para saber por qué nosotres, como personas con discapacidad y todos aquellos que se solidarizan con nosotres, abogamos. Esto dirige nuestros esfuerzos en una dirección estratégica que promueve la reducción de daños. Aclara que la gran mayoría del colapso climático proviene de las fuentes sistémicas y corporativas. No lo causamos nosotres individualmente (¡a menos que usted, el lector, sea el CEO de una compañía de combustibles fósiles!).

Quiere decir que los mensajes que retratan a las personas, en particular a las personas con discapacidad, como ecologistas deficientes porque necesitamos pajitas de plástico para beber, porque necesitamos conducir camionetas para mantener la independencia o porque necesitamos comer carne debido a otras restricciones dietéticas, nos están usando como chivos expiatorios. En inglés esta forma particular de capacitismo se conoce como eco-ableism o ecocapacitismo (que aunque no existe una traducción exacta en español podría definirse como “el fracaso de los activistas ambientales no discapacitados en reconocer que muchas de las acciones climáticas que están promoviendo dificultan la vida de las personas con discapacidad».

El ecocapacitismo puede colarse en decisiones climáticas. Por ejemplo, al no tener en cuenta las complejidades adicionales de la mudanza con los que se enfrentan las personas con discapacidad, o diseñar planes de ciudad sin coche que eliminan las opciones de estacionamiento accesible para aquelles que aún dependen del transporte puerta a puerta.

Tiene que haber espacio para nosotres en el activismo de base, en las negociaciones internacionales, y en todo lo intermedio. Cuando entramos por la puerta, nos toca recordar a quienes todavía no están aquí y hacer preguntas sobre las realidades que señalan las personas con discapacidad que viven marginaciones múltiples. Los aliados sin discapacidad dentro del movimiento climático deberían hacer lo mismo en solidaridad con nosotres. El hacer preguntas resiste nuestra exclusión e insiste en que no debemos ser dejados de lado.

¿Qué hará la próxima negociación para impedir que los gigantes de los combustibles fósiles continúen contaminando y exacerbando las enfermedades ambientales dentro de las comunidades que ya están agotadas por sus acciones? En las regiones propensas a la sequía, ¿cómo garantizarán los planes para enfrentar al calor extremo que las mujeres con discapacidad y sus familias no estén al frente de la escasez de agua? A medida que las ciudades creen más espacios compartidos para peatones, ¿cómo nos aseguraremos de que las personas con discapacidad, incluidas las personas ciegas y sordociegas, y las personas con discapacidad intelectual, puedan caminar con confianza y seguridad?

Hagamos que el poder rinda cuentas

Les activistas de la discapacidad, y el movimiento climático, no deben permitir que los legisladores se salgan con la suya al ver a las personas con discapacidad como pérdidas esperadas. La lógica de lo inevitable detrás de la idea de que las personas con discapacidad no sobreviven ante la próxima inundación, supertormenta u ola de calor es peligrosa porque les da a los políticos un pase libre para mantener nuestra vulnerabilidad estructural. 

Esto se ha desarrollado a gran escala a medida que avanza la pandemia, relegando a mucha gente de nuestra comunidad al aislamiento y al estrés innecesario debido a que no se requieren medidas colectivas basadas en la ciencia para reducir la transmisión. Aún así, frente a múltiples crisis,

las personas con discapacidad demostramos cómo podemos priorizar en voz alta y persistentemente

nuestras vidas enfermas y con discapacidad y darnos permiso para exigir algo mejor que simplemente sobrevivir. __

Los líderes políticos de los países con altas emisiones tienen la influencia y la obligación moral de reducir significativamente el ritmo del colapso climático y priorizar la justicia climática a nivel local, nacional y transnacional. Su fracaso de tiempo atrás para hacer esto a la velocidad y escala requerida, debido a la meta que se puso en el acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1.5 °C, seguirá teniendo impactos catastróficos. Mientras descubrimos cómo adaptarnos a vivir dentro del caos climático, es esencial mantener la presión sobre nuestros políticos para garantizar que la industria de los combustibles fósiles no tenga futuro. Sin una incidencia colectiva sostenida, la construcción de la soberanía indígena mediante los movimientos land-back (devolución de sus tierras a los indígenas) no puede tener éxito, las empresas de combustibles fósiles no serán derrocadas y los líderes políticos no actuarán a la velocidad y escala que exige la justicia climática.

En busca del conocimiento

¿Cuántes nos preocupamos por abogar por el clima, o bien, incluir la discapacidad en nuestra incidencia climática, porque no nos sentimos lo suficientemente expertes? A menudo he conversado con personas con experiencias relevantes que han dudado de su propio conocimiento en el nexo de discapacidad y el clima.

Es crucial ser conscientes de nuestros privilegios, eso sí, pero igual, hay que agregar nuestras perspectivas. A menudo, quienes somos más marginades nos reprimimos más. La incidencia climática es un compromiso colectivo. Necesitamos comunidades de primera línea, científiques, socorristas, economistas, psicólogues, legisladores, artistas, trabajadores de la salud, maestres y jóvenes. Necesitamos a todes.

En 2017, recién comencé a recopilar algunos materiales de capacitación sobre cómo hacer que las campañas climáticas de base sean más accesibles e inclusivas para las personas con discapacidad. 

Quería que la capacitación se basara en los impactos climáticos que enfrentan las personas con discapacidad, como cuando las supertormentas o las sequías agravan la pobreza, intensifican la escasez de viviendas accesibles, dificultan el acceso al agua potable y llevan a un acceso precario a la atención médica. En ese momento, lo mejor que pude hacer fue una búsqueda en Google. Todes tenemos que empezar por alguna parte. Adentrarme en la incertidumbre valió la pena.

Afortunadamente, durante los siguientes seis años, la cantidad de información sobre el nexo entre el clima y la discapacidad se ha disparado. He recopilado esta colección de recursos en evolución constante que contiene muchas historias, trabajos artísticos e informes que amplifican las voces cruciales de personas con discapacidad en primera línea. Muchas organizaciones de discapacidad y personas con discapacidad han hecho durante años el trabajo ingrato de responder a los desastres. Su sabiduría de resúmenes de políticas y experiencia vivida se vuelve más crucial cada día.

Si bien el conocimiento se acumula, gran parte de él permanece inaccesible, sirviendo por poco a los lectores de inglés que están bien educades y además que tienen acceso a internet. Un proyecto que intenta cambiar esto es el archivo Discapacidad y cambio climático dirigido por la profesora Julia Watts Belser. El archivo dispone de traducciones en lenguaje simple y en español.

Tomemos un enfoque integrado

La justicia climática puede parecer una cosa más en una larga lista de prioridades en competencia. Después de todo, el costo de vida, la pandemia, los abusos de los derechos humanos, los conflictos y otros desafíos incalculables compiten por la capacidad limitada de todes. Pero estas prioridades de incidencia están entrelazadas con las realidades climáticas. Juntos, exigen un enfoque integrado que vaya más allá de un solo tema.

Es poderoso nombrar y enfatizar las conexiones climáticas en la defensa de la salud, el transporte o la economía, y también lo es lo contrario. Es decir, igual tenemos que introducir esos hilos en conversaciones sobre políticas climáticas específicas. El detalle de esas conexiones depende en gran medida del contexto local, nacional o transnacional en el que trabajemos.

Vivimos en una sociedad que se enfrenta a fenómenos meteorológicos extremos frecuentes e intensos, a la pobreza energética constante y a la transición de los combustibles fósiles a empleos, ciudades y sistemas de transporte ecológicamente responsable.

Existe un imperativo urgente y continuo de dar tiempo al aire a las perspectivas de personas con discapacidad, ya que deben ser fundamentales para remodelar nuestro mundo hacia la justicia climática.

Para las personas con discapacidad, nuestras propias experiencias y las de amigues con discapacidad pueden resaltar problemas con los cuales la política no se está involucrando. No es necesario ser un experto técnico, las presentaciones de políticas climáticas a las administraciones locales o nacionales necesitan nuestras voces e historias.

La mayoría de los países se encuentran en la etapa frustrante en la que debemos recordarles a los gobiernos que consulten de manera proactiva a las personas con discapacidad y a las organizaciones de personas con discapacidad sobre la política climática. 

Para las organizaciones, mantenerse al día con los cambios de políticas puede ser agotador, por lo que es inteligente elegir de manera estratégica los puntos de enfoque e identificar brechas o áreas donde se necesita financiación. Muchas organizaciones de personas con discapacidad que ingresan al espacio climático están comenzando con el trabajo de desarrollo de capacidades para orientarse.

Encontremos comunidad y agencia

La visualización de un mundo de justicia climática y el avance hacia ello es un proyecto conjunto de toda la sociedad. No existen soluciones rápidas o respuestas fáciles en una sociedad capacitista. Pero sí hay diversas formas de encontrar nuestro lugar y agencia en el movimiento climático y espero que encuentres algo que resuene para ti.

Los espacios de defensa de la discapacidad pueden proporcionar un terreno fértil para tomar medidas climáticas centradas en la discapacidad. Un líder en este espacio es el Disability Equality Forum de Bristol, que llevó a cabo un proceso colaborativo para planificar cómo la transición climática para descarbonizar Bristol puede satisfacer las necesidades de las personas con discapacidad. 

Del mismo modo, las personas con discapacidad y las organizaciones de personas con discapacidad pueden trabajar junto con las organizaciones de defensa del clima para hacerlas más accesibles, inclusivas y acogedoras para las personas con discapacidad. El Disability Equality Forum de Bristol (¡otra vez!) compiló una guía útil sobre la accesibilidad de reuniones y procesos, disponible como PDF o Word.

La exploración de la creatividad puede ofrecer un espacio para reflexionar sobre cuestiones existenciales y arraigarnos en nuestros propios cuerpos, las emociones y el lugar.

  • En una exploración de Crip Ecologies (sin traducción aún al español), Petra Kuppers nos invita a abrir la puerta principal y prestar atención a la manera en que nuestros cuerpos se relacionan con las tierras en las que vivimos y cómo nos movemos por el mundo.

  • Rebekah Ubuntu ofrece “Three Movements for Climate Justice: Despair, Hope and Healing” (Tres movimientos para la justicia climática: desesperación, esperanza y sanación) basados ​​en el desempeño.

  • Ananya Rao-Middleton da vida a las conversaciones incómodas que enfrentan con mucha frecuencia las personas con discapacidad que dependen del plástico mediante un cómic.

Los estudiantes y académicos pueden alentar a las escuelas y universidades a priorizar las perspectivas de las personas con discapacidad en su investigación y enseñanza climática. Un ejemplo de ello es la guía en inglés de enseñanza y aprendizaje sobre discapacidad y justicia climática de Molly King y sus coautores.

La convergencia del clima y la discapacidad nos exige abrir nuevos caminos en las estrategias y tácticas que utilizamos. Por ejemplo, en Melbourne, artistas y escritores recién se reunieron con las agencias de gestión de emergencias de la ciudad para crear conjuntamente una simulación de inundación. Como comparte Jonathan Craig, miembro con discapacidad del equipo artístico, el aporte de los artistas fue fundamental para atraer a muchas más comunidades de la ciudad a la sala, para brindarles nuevas formas de pensar sobre los papeles que podrían desempeñar y aprovechar las habilidades y la sabiduría de quienes antes eran vistos como beneficiarios de la ayuda.

También hay un papel para todos los que quieran crear o ampliar contenido sobre las intersecciones de la discapacidad y el clima. En el ámbito de los medios sociales, podríamos reunirnos en torno a un hashtag como #CripUpClimate, tomando inspiración de la organización transversal entre movimientos sobre el hashtag #NoBodyIsDisposable (ningún cuerpo es desechable) promulgada por organizadores de justicia de discapacidad y liberación de cuerpos gordos. 

Las redes sociales se pueden usar para hacer «green trolling» (tendencia para combatir la desinformación climática con ingenio y memes haciendo activismo desde las redes) para desafiar a las grandes petroleras. Incluso el acto de compartir por qué firmaste una petición y animar a tus amigos a hacerlo es poderoso.

Construyamos el mundo en el que queremos vivir

Cuando el conjunto de comunidades marginadas se unen, pueden crear pequeños rincones en los que pertenecen plenamente, dando así un pequeño alivio a los bolsillos del mundo al que pertenecen. Por ejemplo, fue la realidad que vivieron las personas con discapacidad negras, indígenas, de color, queer y trans en los EEUU y esto dio lugar a los marco de justicia de la discapacidad.

La incubadora de interpretación Sins Invalid, basada en California, ha establecido diez principios de justicia de discapacidad, que incluyen ser dirigidos por les más afectades, ser anticapitalista, solidaridad entre movimientos y sostenibilidad, en el sentido de escuchar nuestros cuerpos y marcarnos un ritmo individual y colectivamente. 

Todes los que luchan por desarraigar los sistemas desiguales y visualizar una realidad transformadora centrada en la atención pueden aprender mucho de la justicia para personas con discapacidad.

La justicia de discapacidad surge de las luchas y los sueños de aquelles a quienes siempre les han fallado los sistemas gubernamentales, legales y económicos coloniales. Se ocupa de realidades complejas y desordenadas por defecto porque no queda otro.

Como nos recuerda la organizadora Sarah Jama, la justicia de discapacidad puede «fomentar conversaciones más amplias sobre cómo será la construcción de un mundo que no se deshaga de las personas». Le «da a las personas el lenguaje para ser revolucionarias en su política y para imaginar un mundo en el que pertenecemos todes».

Pequeño acto tras pequeño acto, adelantamos en la creación del mundo en el que queremos vivir. Colectivamente, hay mucha sabiduría y cuidado entre nosotres, sigamos aprovechándolo. Estos son algunos de los lugares en que puedes explorar más a fondo:

  • El podcast Enabling Commons entrevista a personas con discapacidad conocedoras, creadoras y hacedoras de la acción y la justicia climáticas. El archivo de Discapacidad y cambio climático es otro tesoro.

  • Escritores como Leah Lakshmi Piepzna-Samarasinha y Naomi Ortiz muestran cómo podemos fundamentar nuestras prácticas de cuidado colectivo por el planeta, por nosotres mismes y de cada une al otre.

  • En cuanto a la salud mental, los jóvenes organizadores del Resilience Project (Proyecto de resiliencia) con sede en el Reino Unido, capacitan a los líderes en la creación de círculos de resiliencia, los cuales son espacios intencionales para desarrollar el cuidado colectivo. La autora e investigadora Britt Wray tiene un amplio conjunto de recursos para trabajar con las emociones climáticas.

Arraigarnos para quedarnos conectados

Por mi parte, las conexiones son una gran parte de lo que significa arraigarme y estar en comunidad. El aprendizaje y el sustento en el ámbito de la instancia proviene de conversaciones con otras personas que piensan en la discapacidad y el clima, ya sea en el activismo, la academia, las políticas, la respuesta a emergencias o bien nuestras vidas diarias.

Estas conversaciones pueden ser intensamente personales, mientras lidiamos con los impactos de las supertormentas, la sequía y el calor extremo. Pueden ser una forma de resistencia y solidaridad. Recientemente encontré a una amiga activista climática con discapacidad con quien intercambié ideas sobre cómo hacer que las huelgas climáticas sean accesibles. Y eso se siente genial.

Vale la pena compartir la sabiduría de personas con discapacidad y enfermes. Podemos transmitir lo que sabemos sobre escuchar nuestros cuerpos, especialmente con personas que se ven afectadas por enfermedades ambientales o Covid persistente. Es posible que actualmente no sientan la pertenencia a la comunidad de personas con discapacidad. Estas conversaciones honestas sirven como punto de entrada a formas centradas en la discapacidad de comprender nuestro valor inherente y nuestro lugar en un mundo que no se diseña para nosotres.

Este ensayo es una obra de amor, de une activista climátique discapacitade cuya comprensión de la justicia climática ha ganado mucho de la sabiduría conjunta de las personas con discapacidad. Cada une de nosotres sigue nuestro propio camino al entrar en el espacio climático y quedarse en la lucha.

Hagamos juntes comunidad

__Traducción por Áine Kelly-Costello y Bárbara Anderson 

*La edición original de este ensayo apareció en inglés en el newsletter Disability Debrief y puedes suscribirte de manera gratuita para recibir sus noticias. Ahí también se encuentran los agradecimientos y puedes dejar un comentario. 

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