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Fotografía de un hombre de perfil, que usa cubrabocas negro, lentes transparentes y un audífono azul de un centímetro o menos de tamañoFotografía de un hombre de perfil, que usa cubrabocas negro, lentes transparentes y un audífono azul de un centímetro o menos de tamaño

¿Por qué no debes dejar de usar tus audífonos?

A propósito del inicio de la Semana Internacional de las Personas Sordas y otras conmemoraciones relacionadas con la discapacidad auditiva, un especialista nos explica la importancia del uso de los audífonos y cómo evita que se desarrollen otras enfermedades sin cura.

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19 de septiembre de 2022

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Ivett Rangel

Guadalupe Salas perdió la audición del oído derecho hace 10 años luego de que el viento cerrara de golpe una puerta detrás de ella. Desde entonces tiene que usar un audífono, pero no siempre lo hace.

Es que me molesta. Es que no me acuerdo dónde lo dejo. Es que no termino por acostumbrarme. Estas son algunas de las expresiones para justificar su desuso. 

Sin embargo, Joseph García, gerente de capacitación de Starkey para América Latina, empresa fabricante de tecnología auditiva, explica que no usar audífonos cuando ya hay una discapacidad auditiva deriva en otros males y sin cura.  

“La pérdida auditiva causa muchos estragos a nivel cognitivo: desde afectaciones a la memoria de corto plazo hasta un diagnóstico de Alzheimer o demencia senil. Y el impacto social es muy importante. 

“Cuando personas de 40 o 50 años, por ejemplo, se están esforzando por entender a los demás, ahí comienza a cambiar el cerebro y de forma negativa, hay procesos a nivel cerebral que causan problemas de memoria y, además, los familiares y los amigos comienzan a excluir a esa persona. Imagínate ahora lo que pasa con personas de 70 u 80 años, que los dejan encerrados en su cuarto y comienzan a pasar los meses y los años, y la soledad causa otros estragos”, detalla. 

Su abuelo, recuerda, nunca quiso usar sus audífonos. “Él tenía sus razones y, al paso del tiempo, desarrolló demencia. Y de ahí comenzó a empeorar en otras cosas más”. 

A propósito del inicio este 19 de septiembre de la Semana Internacional de las Personas Sordas, del Día Internacional de las Lenguas de Señas, el viernes 23 de septiembre, y del Día Internacional de las Personas Sordas, que se conmemora el último domingo de septiembre, y que en este 2022 será el 25, es pertinente recordar que la pérdida de audición no solo se debe a causas genéticas o por envejecimiento.

También se pierde la audición por enfermedades infecciosas, otitis crónicas, exposición a sonidos fuertes y uso de medicamentos ototóxicos. Así que el riesgo es permanente. 

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, está previsto que haya 2 mil 500 millones personas con algún grado de pérdida de audición y que, al menos, 700 millones requieran rehabilitación, como puedes leer en Hacia un mundo de silencio: 25 por ciento de la población tendrá problemas auditivos en 2050

A esa proyección, se suman más de mil millones de jóvenes que corren el riesgo de sufrir una pérdida de audición permanente por prácticas de audición poco seguras. Y podría prevenirse. 

Así que lo recomendable es hacerse revisar por un especialista una vez por año, además de evitar los ambientes ruidosos lo más posible. Y eso significa no escuchar música a todo volumen, menos con audífonos convencionales, y usar protectores cuando sea inevitable estar en entornos con altos decibeles.

La salud general está ligada directamente con la audición. Tener diabetes o hipertensión, por ejemplo, causa pérdida auditiva, porque los oídos dependen directamente del bienestar integral del cuerpo, pero de estos, a su vez, depende la salud cognitiva. 

“Los oídos tienen un peso muy fuerte en la salud, pero el desconocimiento hace que tomemos malas decisiones. 

“Hay muchas personas con pérdida auditiva que no hacen nada. Dicen: ‘solo no escucho bien y ya, ese es mi único problema’, pero no es así. Se desencadenan con el tiempo otros estragos a nivel cerebral”, recalca García. 

Por Ivett Rangel