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Paulina ChaviraPaulina Chavira

Conoce a Paulina Chavira: modelo, apasionada de la lengua y el fútbol

Una enfermedad derivó en la amputación de su pierna derecha y, pese a la dura experiencia que en un principio le hizo dudar de cómo sería su vida, si hoy pidieran que la definamos con una palabra solo podríamos decir: exitosa.

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3 de diciembre de 2022

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Redacción Yo También

Es difícil usar una sola palabra para describir todo lo que hace y le apasiona a Paulina Chavira en su vida.

Es una defensora del buen uso del español; ella se llama “asesora lingüística”. Es una escritora que pronto presentará un libro sobre lenguaje incluyente con un título provocador y que además aprende Lengua de Señas Mexicanas. Es una apasionada del fútbol femenil y… también es una mujer con discapacidad motriz que fue modelo de prótesis a nivel internacional.

La entrevista que elegimos en Yo También para conmemorar el Día Internacional de las personas con discapacidad este 2023 es justo con ella. La puedes ver completa en Youtube.

Estudió Periodismo en el Tecnológico de Monterrey y ella dice que fue por “comodidad”: tenían un campus que ya conocía porque ahí cursó la preparatoria y era accesible. A los 17 años, Paulina tuvo cáncer en la rodilla derecha y, como parte del tratamiento para evitar que éste se esparciera, le amputaron la pierna derecha.

Trabajó en medios (dos veces en Reforma, fue del equipo fundador de The New York Times en español) y fue en este último trabajo, donde también creó el libro de estilo para sus publicaciones, donde encontró su pasión: la unión entre la lengua española y el periodismo.

Lo que menos personas saben es que fue contratada por la marca islandesa Össur, que fabrica prótesis. La mandaron a viajar por el mundo para que hablara de su experiencia como una mujer que vive con una pierna amputada. Así visitó lugares como Japón, Eslovaquia, Sudáfrica, Colombia.

“Fue una cosa bien bonita, pero también fue dura; fue realmente el momento en el que me enfrenté con mi discapacidad porque nunca lo había hecho, porque básicamente había intentado decir: ‘si cierro los ojos esto no está sucediendo’.

“Una de las cosas que tenía que hacer era contar mi historia: qué era lo que me había pasado, de qué me había enfermado, cómo me habían dicho que me iban a cortar la pierna, lo que pensé en ese momento fue: ‘no, me quiero morir con mis dos piernas, ¿cómo voy a vivir con una pierna? Eso no es vida, no hay forma’.

“Ahora, me encantaría mucho abrazar a esa niña de 16 años que pensaba que no había vida después de no tener una pierna. En ese momento me parecía así, el fin del mundo (….) A mí me costaba mucho trabajo visualizar que sí iba a poder tener una vida, yo pensé que iba a pasarme todo el tiempo en una silla de ruedas y dependiendo de alguien más, y eso a mí me asustaba mucho, no quería imaginarme esa vida dependiendo de alguien más”.

Ha podido hacer todo, dice Paulina (incluyendo bailar en su boda y también ahora a la menor provocación) menos… patinar. Espera que alguien invente algo para que pueda hacerlo. Por eso lanzamos el hashtag #PatinesParaPaulina.

La conductora del podcast “Encanchadas” ha encontrado en el fútbol femenil otra de sus pasiones, una nueva forma de lucha feminista. Uno de los retos para que las jugadoras tengan mejores sueldos que sus pares hombres.

“¿Cuál es la mejor forma en que podemos hacer que estos sueldos mejoren? Si apoyamos este deporte. Como afición, eso es lo que podemos hacer, además de estar ahí, pendientes. Una de las cosas que me gusta mucho de la afición del fútbol femenil es que somos bastante exigentes; todo el tiempo estamos ahí, viendo ‘esto ya no está saliendo bien, ¿qué va a pasar?, ¿y cómo van a mejorar esto?, ¿y qué va a pasar con el arbitraje?, ¿y qué va a pasar con los salarios?, ¿y qué va a pasar ahora con las prestaciones?, ¿y qué va a pasar con los permisos de maternidad?’”, dijo.

Este año terminó un libro que saldrá a la venta el año que entra. Dice que es un “antimanual de lenguaje incluyente”.

“Lo que busco con este libro es ofrecer estos consejos para que sea un poco más fácil que las personas puedan expresarse de manera igualitaria, de cualquier persona. Ya si tienes que hablar de una persona no binaria, es otra historia, pero incluso, de personas con discapacidad, que ahí hago una referencia al diccionario que ustedes hicieron, porque creo que es uno de esos materiales que necesitamos tener a la mano todas las personas, no nada más los que trabajamos en medios de comunicación”.

Por cierto, ¿cómo comenzó su amor por las palabras? Su mamá, Marité, se lo inculcó al no responderle que significaba un vocablo que no conocía; la mandaba a checar al diccionario. “Me caía gordísimo y ahora soy la más feliz haciéndole eso a mis hijos”, le contó a Katia D’Artigues.

Por Redacción Yo También