Muere Kenzaburō Ōe, el padre de Hikari

La obra del Premio Nobel de Literatura en 1994 estuvo permeada por la paternidad de Hikari, quien es un compositor con discapacidad múltiple.

Ha muerto Kenzaburō Ōe, un enorme escritor que ganó el Premio Nobel de Literatura en 1994 y cuya obra estuvo marcada por el nacimiento de Hikari, su primer hijo quien llegó al mundo con hidrocefalia y vive con trastorno del espectro autista.

Él mismo dijo y escribió que el nacimiento de Hikari marcó su propio trabajo:

“Mi primer hijo nació con un daño cerebral. Fue un golpe, por decir lo menos. Sin embargo, como escritor, debo reconocer que el tema central de mi trabajo a lo largo de gran parte de mi carrera ha sido la forma en que mi familia ha logrado vivir con este hijo con discapacidad”. 

Kenzaburo Oe e Hikari

La primera vez que se acercó al tema fue cuando publicó en 1964, a un año de que naciera Hikari una novela semiautobiográfica, llamada “Una cuestión personal”. En la novela, el protagonista, llamado Bird tiene un “hijo monstruoso”.

“¡Esa cabeza larga y afilada, modelada por el útero! […] le producía una náusea espantosa que afectaba su existencia de manera fundamental. Para la enfermera que observaba sus reacciones, Bird hizo un gesto con la cabeza como diciendo ‘¡Ya estoy harto!’ o algo que ella no podía comprender. El bebé ya no estaba al borde de la muerte, ¿crecería con su bulto craneal? El bebé seguía vivo y oprimía a Bird, incluso comenzaba a atacarle. Envuelto en esa piel roja de langostino, el bebé comenzaba a vivir ferozmente con un ancla a rastras en el cráneo. ¿Una existencia vegetativa? Quizá. Un cactus mortal”.

En una parte muy dura de ese texto, también escribió: “Solo tengo dos caminos o lo estrangulo con mis propias manos o lo acepto y lo crío”. 

En la vida real, Ōe se dedicó, junto con su esposa, Yukari Itami, a aceptar y criar a Hikari. 

El escritor contó, en una entrevista con Harry Kreisler en la serie “Conversaciones con la historia” de la Universidad de Berkeley, cómo fue que el encuentro con sobrevivientes de la bomba atómica de Hiroshima, que más tarde escribiría en su libro “Cuadernos de Hiroshima” y en particular el encuentro con un doctor de apellido Shigheto le hizo cambiar la forma de ver la paternidad hacia Hikari. 

“Fue un punto de inflexión, una especie de renacimiento para mí. No podemos hacer nada por los sobrevivientes, incluso hoy no sabemos nada sobre la enfermedad de quienes sobrevivieron… (Me hizo pensar) tu hijo te necesita y debes descubrir que nadie en este planeta te necesita excepto tu hijo. Entonces lo entendí, regresé a Tokio, comencé a hacer algo por mi hijo, por mí y por mi esposa”. 

Kenzaburō Ōe e Hikari leyendo una revista

A muchos más años de distancia, Ōe dijo, viendo su historia atrás en esa misma entrevista:

“No elegí la historia de un hijo con discapacidad o no elegimos el tema de la familia de un hijo con discapacidad. Quería escapar de eso si podía, pero algo me eligió a mí para escribir sobre ello. O mi hijo me escogió a mí. Esa es solo una de las razones definitivas por las que sigo escribiendo”. 

Otra de sus obras de no ficción sobre el tema también es “A Healing Family. A candid account of life with a handicapped son”, donde hace un retrato de Hikari en primera persona y donde reflexiona sobre los retos y también placeres de criar una persona con discapacidad y el poder sanador de la familia. 

El nacimiento de un compositor

Hikari tenía ya cinco años y no hablaba. Era “una flor preciosa”, así se referían a él sus padres. Pero Kenzaburo y su esposa se dieron cuenta que ponía especial atención a los sonidos de los pájaros. Comenzaron a ponerle un disco con cantos de pájaros y a decirle sus nombres. Lo hicieron por cerca de tres años.

Un día, que el escritor y su hijo salieron a dar una vuelta por una casa de campo en la montaña que tenían junto a un pequeño lago, se dio el pequeño milagro: un pájaro cantó y Hikari habló por primera vez. ¡Dijo el nombre del pájaro! De no emitir ninguna palabra, fue su primera oración.

Kenzaburō Ōe e Hikari estudiando.

Descubrieron que se sabía muchos nombres de pájaros. Y le comenzaron a poner más grabaciones. Poco después fue aceptado en un centro de educación especial porque tiene también discapacidad intelectual. Eran pocos maestros y no podían atenderlo personalmente, pero ahí ponían música y comenzó a escuchar música clásica de Bach  y Haendel. 

Como parte de sus terapias comenzó a estudiar piano, pero a los 16 años tuvo un ataque fuerte (también tenía epilepsia) y desarrolló una discapacidad visual: “Perdió la vista de los dos ojos. Puede ver por uno u otro ojo pero no por los dos”. Eso le impedía ver el piano y la partitura, lo cual le resultaba incómodo. Dejó el piano, pero su mamá le enseñó a escribir música. 

En cinco semanas comenzó a transcribir música sencilla de Bach a lápiz en una partitura. Y al año, comenzó a componer su propia música. 

Actualmente Hikari tiene dos discos con composiciones propias. Para conocer más de la obra de Hikari puedes ver los siguientes videos.


Por Katia D’Artigues

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