El intenso debate alrededor de los Libros de Texto Gratuitos es una batalla por el dominio de las conciencias sin cabida a la objetividad; después de semanas de leer opiniones a favor, en contra e incluso afirmaciones tan absurdas como que los libros buscan transmitir el “virus del comunismo”, me atrevo a decir que muchos opinólogos de redes sociales y medios de comunicación no los han revisado y sus posturas carecen de fundamentos sólidos. Es decir: opinan porque tienen acceso a internet, hablar sobre los libros es tendencia y no se podían quedar sin decir algo.
Ante este panorama y resistiendo al bombardeo mediático, inevitablemente pienso en los alumnos y alumnas con discapacidad y recuerdo la entrevista que le realicé a Marx Arriaga el 27 de octubre de 2022; ese día el responsable de Materiales Educativos de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y uno de los férreos defensores tanto del nuevo modelo educativo y los libros de texto de la Nueva Escuela Mexicana, me dijo que “no se tiene contemplado por el momento aumentar la oferta de materiales adaptados”.
Es decir que pasarán años antes de que las escuelas ofrezcan a quien lo requiera microtipos, pictogramas, tableros de comunicación, audiolibros, fácil lectura, etc. Sistema Braille y macrotipo es todo lo que habrá y “no se garantiza que lleguen a tiempo a las escuelas”; de acuerdo con el maestro Marx, para que estos libros lleguen a manos de los estudiantes se transita por un largo proceso burocrático que es difícil acelerar. No obstante, dijo que se están haciendo esfuerzos para que la entrega sea más ágil.
¿Inclusión en el nuevo ciclo escolar?
Ahora que empiece el ciclo escolar 2023-2024, veremos si es cierto que la entrega de los libros para alumnos con discapacidad visual se realiza de manera más ágil y si llegan a todas las escuelas que los requieren. Ya veremos.
No pienso discutir en este artículo si estoy a favor o en contra de los contenidos y planteamientos de los nuevos libros de texto; quiero enfatizar en el caso de los alumnos y alumnas con discapacidad a quienes poco importa el libro y sus contenidos. ¿Saben por qué?
¿Cómo cuestionar o utilizar unos libros y materiales que no llegan, llegan a medio ciclo escolar o simplemente no existen? Si el acceso a braille y macrotipo está limitado, los microtipos, lectura fácil, audiolibros o pictogramas simplemente no se producen. Tampoco se cuenta con tableros de comunicación, apuntadores, infraestructura accesible, personal especializado en todas las escuelas u otros elementos indispensables para la inclusión que tanto pregonan.
Y no me digan que no tiene nada que ver una cosa con la otra, porque mientras organizaciones como la Asociación Nacional de Padres de Familia se rasgan las vestiduras porque se quiere enseñar a los niños que existen varios tipos de familia, desde el colectivo de personas con discapacidad llevamos décadas peleando el derecho a ser tomados en cuenta sin que a las autoridades les pase por la mente que también somos usuarios de los libros de texto y que nuestra educación es un derecho y no un favor o acto de caridad.
Esto sin mencionar todos los demás aspectos en los que hemos sido ignorados, excluidos y sometidos a “adaptarnos” y “trabajar con lo que hay”. La responsabilidad de “incluir” sigue recayendo en maestras y maestros que “hacen lo que pueden con lo que tienen” y a quienes se acusa de “falta de vocación” cuando cuestionan y denuncian la falta de responsabilidad y deslinde de las autoridades educativas.
¿Qué opinan los maestros?
A propósito de los famosos libros y la polémica, la maestra Claudia de Michoacán dice:
“En los CAM tenemos años que no nos llegan libros de texto, y son pocos los que llegan adaptados. No voy a profundizar en la planeación, que es a mi ver, el cambio importante, no los libros de texto en realidad. En educación especial, SIEMPRE hemos adaptado los contenidos, los materiales y la accesibilidad.
En nuestro caso, al trabajar con alumnos con discapacidad y multidiscapacidad, los libros de texto, guías educativas, etc. Solo son apoyos complementarios para trabajar los temas. La transversalidad de los contenidos es algo que hacemos siempre”.
Y yo lo único que me preguntó es: ¿Cómo los presentadores de TV y otras personas tienen los libros de texto impresos y los maestros que estamos planeando el próximo ciclo escolar no los tenemos? Claudia trabaja en una zona rural y precarizada donde pensar en materiales adaptados es un sueño.
Lo que ella nos dice no es nuevo ni sucede únicamente en las escuelas de Michoacán.
La realidad nacional habla por sí sola: libros van y libros vienen, modelos educativos, reformas, estrategas y cambios educativos también; pero las personas con discapacidad seguimos en el abandono, la exclusión, la opresión y la precarización.
La SEP nos sigue vendiendo humo
La mención de la Lengua de Señas Mexicana y de los sistemas de comunicación alternativa y aumentativa en los nuevos Libros de Texto se percibe como un avance en la visibilización de las personas con discapacidad y sus necesidades, yo pregunto: ¿Es suficiente con aparecer en esas páginas?
Es importante mencionar que en los mismos libros utilizan términos como “discapacitado” para referirse al colectivo.
Es cierto que lo que no se nombra no existe y visibilizar es importante, pero nombrar sin acompañar con acciones efectivas y recursos se vuelve parte de la inclusión simulada que caracteriza a la SEP.
Personalmente, lamento que el cruento debate que estamos atestiguando sea ocasionado por una confrontación política y no por el genuino interés por la educación de niños, niñas y adolescentes.
Si se trata de inclusión educativa, la SEP nos sigue vendiendo humo. ¿Qué opinan?
*Sabina Itzel Hermida Carrillo es especialista en Educación Especial. Tiene 34 años y una discapacidad psicosocial. Es activista y líder del Colectivo Educación Especial Hoy.
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