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La discapacidad de Hernán Cortés y el Olimpo imperfecto de los nahuas

En un reciente libro sobre la discapacidad desde la época prehispánica a la fecha, hay una serie de datos que revelan a nuestros ancestros mesoamericanos como una cultura inclusiva.

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18 de julio de 2022

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Bárbara Anderson

“En la Anáhuac, como se conocía a la zona central de México, la discapacidad nunca fue vista como una desgracia o un castigo”, dice Arturo Rocha, doctor en Filosofía quien junto a la doctora Sandra Anchondo Pavón son autores de un libro tan inédito como revelador: “Percepciones sobre la discapacidad en México”.

Si una sociedad se mide por cómo trata a sus personas con discapacidad, los habitantes de este valle antes de la llegada de Hernán Cortés serían de una modernidad que vimos luego reflejada más de cinco siglos después en la Convención por los Derechos de las Personas con Discapacidad. 

Este libro se mete en los recónditos espacios y documentos buscando cómo se veía, vivía y trataba a la discapacidad desde el México antiguo, en la época virreinal, tras la llegada de los conquistadores del Viejo Mundo hasta la actualidad.

En un país donde hoy faltan datos, donde las estadísticas y la sistematización de la información es casi nula, encontrarse con un libro como este es realmente una joya. 

Con pasajes traducidos del náhuatl, con libros y tratados incunables como fuente, sin dudas debe ser un referente para poner en contexto la discapacidad a lo largo de nuestra historia mexicana. 

Es un libro pequeño, pero se siente el peso de toneladas de investigación detrás de cada párrafo. 

  1. Dioses imperfectos

A diferencia de Occidente, de la mitología griega o romana, donde todos los dioses eran súper poderosos, perfectos, llenos de valores y habilidades, el Olimpo en el México Antiguo en la Anáhuac (o zona central del país) era totalmente inverso:

  • La discapacidad no era considerada un castigo sino como una fortaleza. 

  • En el contexto indígena, la discapacidad representaba un vínculo con lo divino. 

  • De hecho el gran dios creador, Tezcatlipoca era un dios con discapacidad que se mostraba con un pie arrancado. 

Este dios llegaba a los campos de batalla con un séquito de personas con discapacidad, su guardia personal la conformaban personas de talla baja, “cojos, tullidos y encorvados » (sic). 

En los relatos rescatados por ambos catedráticos, dicen que al triunfar Tezcatlipoca fue recibido como un héroe por los toltecas, quienes lo llenaron de piedras semipreciosas y plumas de quetzal tanto a él como a su equipo de “enanos y contrahechos’ (sic)

  • El séquito de Quetzalcóatl también estaba constituido por “enanos y corcovados” (sic). En uno de los largos viajes del dios de la serpiente emplumada muchos de sus acompañantes con discapacidad murieron de frío entre los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl. Las crónicas relatan la tristeza, el llanto y la veneración de Quetzalcóatl a su séquito con discapacidad.

  • En el Códice Florentino (este maravilloso acervo de la historia mexicana del siglo XVI escrito por fray Bernardino de Sahagún) hay una frase demoledora y hasta avant garde “era considerado un dios quien era pensado como un dios”.

El mismo Sahagún afirma que el dios supremo de los nahuas, el dios solar tenía precisamente una discapacidad: quien tendría a cargo alumbrar al mundo sería un divinidad debilitada y enfermiza. 

  • Lo eligieron los dioses reunidos en Teotihuacán mientras decidían cómo sería el mundo y quien llevaría cada función. Iluminar al mundo le tocó a Xólotl, un dios con bubos (verrugas) un aspecto descendente de Quetzalcóatl que en los códices presenta discapacidad en manos y pies

  • Otro dios, Huehuetéotl, el del fuego, era un anciano jorobado que llevaba un bracero en la espalda. 

Dios Xólotl

  1. Tlatoanis inclusivos

Moctezuma II tenía un espacio, destinado en la zona de Culhuacán (cerca de Tenochtitlan) para recoger a los ‘impedidos’ o incapacitados por la guerra

Era una manera de gratificar a quienes habían luchado por su tierra. Allí los llevaban, los servían y les daban regalos como gente estimada: “aquellos que pusieron su vida en riesgo y peligro de perderla, por solo su servicio, es bien que se le reconozcan y si cuando tuvieron fuerza para servirlos lo hicieron, que cuando les falten o estén imposibilitados y totalmente impedidos, tengan refugio cierto de aquellos para los que sirvieron“

El relator Juan Bautista Pomar decía en sus reportes que “los que escapaban de las guerras heridos o lisiados eran sustentados y curados por el rey y a su costa”

  • Había integración social de las personas con discapacidad (de nacimiento o adquirida) en el reinado de Moctezuma, quien no los dejaba aislados sino que les daba tareas sencillas (como quitar manualmente bichos a las plantas) para que fueran útiles en la sociedad y se sintieran integrados.

  • Los nahuas con discapacidad participaban y trabajaban en las faenas, tenían un respeto especial por su vínculo con lo sobrenatural y su posibilidad de comunicarse con los dioses. 

  • Existía una organización social que cuidaba de quienes tenían alguna discapacidad a quienes trataban con deferencia, ternura y respeto. 

  1. La conquista y el cambio de paradigmas 

En el siglo XVI con la presencia española en México también desembarca la visión caritativa o asistencialista de la discapacidad:

  • La discapacidad física y mental estaba asociada a la idea judeocristiana de castigo por una falta cometida. “Los cojos andan: cuando el pecador comete un pecado se hace semejante a un tullido, anda arrastrándose por la tierra, vive, anda revolcándose en el polvo, en la basura”, se escuchaba en los sermones religiosos. 

  • Los frailes novo hispanos empleaban la ceguera en sus homilías como una alegoría al pecador “el que cierra sus ojos a la gracia”.

A partir de 1521, no solo se fueron perdiendo tesoros valiosos de la cultura nahua sino también el conocimiento ancestral de la herbolaria y de los tratamientos que aplicaban en el caso de algunas condiciones (como la epilepsia o esquizofrenia) y dejaron de funcionar los centros ceremoniales y las instituciones de salud pública para la atención de padecimientos crónicos creadas por la monarquía azteca. 

Los rituales indígenas eran considerados demoníacos por la Iglesia Cristiana.

Comienza con la Conquista la asistencia a personas con enfermedades o discapacidad pero de una manera caritativa. De esos tiempos son el Hospital de San Hipólito (1566).

Las personas con cualquier discapacidad mental eran encerradas y castigadas como criminales. 

Los niños con discapacidad eran confinados a instituciones asistenciales, siempre atendidos por religiosos. 

Este modelo trajo un aislamiento a los ‘marginados sociales’.

Este libro revela un dato interesante: el propio Hernán Cortés vivía con una discapacidad. A causa de una herida mal curada en una pierna durante una batalla. Esto se obvió de relatos e incluso en pinturas de Cortés con Marina se ‘falsean’ los trajes para que cubrieran su pierna que ya no era funcional.

  1. Llega la Independencia y nacen “los inválidos”

Un nuevo gobierno liberal reformista que tomó las riendas del nuevo país trajo como bandera de la movilidad social a la educación. Se crearon la Escuela Municipal de Sordomudos en el colegio San Juan de Letrán y en 1870, se fundó la primera Escuela para Ciegos en el Colegio de San Gregorio. 

  • En 1880 se impone el término “inválido” a quienes tenían alguna discapacidad visual o auditiva, se prohíbe el uso de Lengua de Señas y a las personas con alguna discapacidad mental o neuro diversidad se los trata como delincuentes.

  • En estos tiempos empieza el modelo “médico” de la discapacidad. 

  • En 1917, Venustiano Carranza propone “incapacitar legalmente a los incapacitados”, y pierden todos sus derechos aquellas personas con alguna discapacidad. 

  • Hay una corriente eugénica liderada por un médico, el Dr. Antonio Alonso que consideraba en 1921 que “si el estado protegía a los locos, histéricos, epilépticos estaba atenuando la selección natural biológica y manteniendo una epidemia que era nociva para el progreso humano. Son una plaga de la que la sociedad debe defenderse. Es la más terrible y trascendental de las epidemias”

  • En 1931 se funda la Sociedad Eugenésica Mexicana: la meta no era mejorar la calidad moral sino biológica de los mexicanos: las personas eran consideradas “material humano” y debía procurarse que fuera el mejor. Se recomendaban mutilaciones cerebrales y combatir los factores hereditarios a cualquier costo y método. 

En esta época la discapacidad era considerada como un peligro para la sociedad. 

Luego llegó la etapa de impulso a la educación especial y a la rehabilitación, naciendo otro modelo, el rehabilitador bajo la consigna de que *“las causas de la discapacidad no son religiosas sino científicas”. *

Bajo este precepto, las personas con discapacidad no son consideradas inútiles o innecesarias siempre y cuando sean rehabilitadas. 

Es un modelo que no buscaba normalizar ni hacer visible a la discapacidad sino más bien ocultarla sin valorar la diversidad.

  1. La llegada de la sociedad civil organizada

En los 70s comienzan las organizaciones de la sociedad civil para atender a distintos tipos de discapacidades. Nacen organizaciones hoy con más de medio siglo como Apac, Cipac o Confe. 

Pero sigue la consigna del asistencialismo por encima de la inclusión. 

La discapacidad se sigue viendo como una carencia, como algo que le falta o padece una persona que lo separa de los normales/ estándar. 

Una década más tarde comienza en la ONU el impulso de derechos humanos y discapacidad, donde por primera vez se habla de barreras sociales más que de discapacidad. Se comienza a gestar el modelo social, donde es el entorno el que debe ser inclusivo y no modelar a las personas para que sean incluídas. 

La discapacidad ya no pone a la persona al centro sino la sitúa como una interacción social y que es responsabilidad de todos incluirla.

Son tiempos donde nuevamente México demuestra sus raíces y en una avanzada vanguardista en 2001 nuestro país propone el propuso la la Convención por los Derechos de las Personas con Discapacidad gracias al incansable activismo de Gilberto Rincón Gallardo. 

Por Bárbara Anderson

El libro

“Percepciones sobre la discapacidad en México”

Por Arturo Rocha y Sandra Anchondo Pavón 

Se vende de manera privada (no está disponible en librerías) pero pueden conseguirlo directo con su autor: [email protected]