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Imagen que une las fotografías de tres personas famosas. El primero es un hombre de más de 80 años, de cabello completamente blanco, ojos azules, tiene tez blanca y luce muy bronceado y sonriente; viste saco y corbata gris, a juego, y camisa blanca. Le sigue una mujer madura, de complexión robusta, blanca, con cabello teñido de marrón, con flequillo y de largo abajo de la oreja, en un corte cuadrado, usa un vestido azul marino, con escote en V aunque termina en una línea recta. Finalmente está un hombre joven, parece de 40 años, blanco y bronceado, de ojos azules, cabello muy corto, apenas cubriéndole la cabeza, sonríe y usa una camisa desabotonada más abajo del cuello.Imagen que une las fotografías de tres personas famosas. El primero es un hombre de más de 80 años, de cabello completamente blanco, ojos azules, tiene tez blanca y luce muy bronceado y sonriente; viste saco y corbata gris, a juego, y camisa blanca. Le sigue una mujer madura, de complexión robusta, blanca, con cabello teñido de marrón, con flequillo y de largo abajo de la oreja, en un corte cuadrado, usa un vestido azul marino, con escote en V aunque termina en una línea recta. Finalmente está un hombre joven, parece de 40 años, blanco y bronceado, de ojos azules, cabello muy corto, apenas cubriéndole la cabeza, sonríe y usa una camisa desabotonada más abajo del cuello.

Autismo se roba los reflectores

Cada vez son más los famosos, entre ellos Anthony Hopkins y Wentworth Miller, que comparten tener alguna condición dentro del Trastorno del Espectro Autista (TEA) y eso hace una enorme diferencia.

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17 de septiembre de 2021

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Redacción Yo También

Por Redacción Yo También

El glamour, la fama, premiaciones, fiestas, excesos y lujos de todo tipo son estereotipos que rodean la industria del entretenimiento y a quienes han destacado, pero esa vida de ensueño no es real en la mayoría de las ocasiones.

Gracias a que cada vez es más frecuente que grandes personalidades compartan y hecho público su condición de autismo, este trastorno ha tomado la relevancia que requiere para empezar a terminar con prejuicios y también ha contribuido a cambiar la idea de que esta condición solo se presenta en niños, por ejemplo.

Anthony Hopkins, ganador de dos premios Oscar y uno de los histriones más talentosos en la historia del cine, dio a conocer su autismo diagnosticado apenas en 2017. Y dijo que es algo con lo que aprendió a vivir y ahora agradece.

«Es un gran regalo, de hecho. Era un poco lento cuando era un niño de la escuela, así que lo compensé trabajando duro y me convertí, ya sabes, en un actor de éxito… obsesión por los detalles», confesó el actor a la Canadian Broadcasting Corporation en 2020. 

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Otra estrella que compartió sobre su condición de autismo es Susan Boyle, quien saltó a la fama por su audición en Britain’s Got Talent, donde cantó I Dreamed a Dream de una forma magistral. 

La cantante británica describió una sensación de profundo alivio, y aseguró que desde que recibió el diagnóstico tuvo una comprensión más clara de lo que está mal por lo que se sintió aliviada y un poco más relajada.

El actor Wentworth Miller, protagonista de la reconocida serie Prison Break, publicó y compartió también su diagnóstico, en redes sociales.

“Esto no es algo que cambiaría. No. Comprendo, entendí, inmediatamente (que) ser una persona con autismo es fundamental para lo que soy. Para todo lo que he logrado», escribió Miller.

Lo que vive y comparte este actor representa de muchas maneras lo que en los últimos años se ha comprendido sobre cómo puede ser el autismo.

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Durante décadas, en Estados Unidos, el TEA fue concebido en el imaginario colectivo como una condición asociada con niños y jóvenes blancos, debido en gran parte a los criterios de diagnóstico orientados hacia ellos y que aumentan la probabilidad de que sus síntomas sean reconocidos y examinados temprano, respecto a lo que ocurre con las niñas o con personas de color. 

Por el contrario, Miller, un hombre de 49 años de origen multirracial reúne todas las características que se habían asociado a los casos de TEA. 

Para él, lograr un diagnóstico representó el final de un tortuoso camino, según compartió en una publicación: «Fue un proceso largo y defectuoso que necesita una actualización… Soy un hombre de mediana edad. No soy un niño de 5 años».

Así que el que artistas consumados compartan su diagnóstico, experiencia y sentimientos suma para que desaparezcan los prejuicios que existen sobre el Trastorno del Espectro Autista, que la sociedad comprenda en qué consiste y que la empatía para todas las personas con discapacidad, en este caso con TEA, sea cada vez más grande.