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Manos con guantes quirúrgicos sosteniendo un par de pinzas dentro de un quirófanoManos con guantes quirúrgicos sosteniendo un par de pinzas dentro de un quirófano

“Me operaron sin explicarme nada”: mujeres con discapacidad esterilizadas a la fuerza

España es uno de los nueve Estados de la Unión Europea donde está prohibida y se penaliza la esterilización forzada, pero eso no siempre fue así y las mujeres con discapacidad dan testimonio.

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1 de junio de 2023

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Redacción Yo También

Hasta ahora, Carmen había mantenido en secreto el que considera el peor día de su vida, cuando por engaños de su madre llegó al Hospital Universitario de Valme, Sevilla, donde un médico le explicó que sería sometida a una operación para esterilizarla. 

“Me dijeron: firma aquí, y yo ya veía borroso por la anestesia. No sabía lo que estaba firmando”, contó Carmen, que vive con 67 por ciento de discapacidad intelectual, al diario español El País

Ahora de 31 años, la mujer relató que su madre y tutora legal no la creía con la capacidad para tener hijos, por lo que recurrió a una práctica a la que recurren algunas familias de personas con discapacidad, la de la esterilización forzada. 

“Muchas veces, la intención de la familia es proteger a estas mujeres, pero las organizaciones que defienden los derechos de las personas con discapacidad (pcd) alertan de que consiguen todo lo contrario”, explica el texto. 

Hace 11 años, en España era todavía legal la esterilización forzada de pcd cuando hubiera “supuestos excepcionales” y con autorización judicial. 

Fue hasta 2020 que se prohibió esta práctica, pero que sigue vigente en muchos países de la Unión Europea a excepción de nueve Estados en donde se penaliza. 

“Me acuerdo del oxígeno, de que no quería dormirme y lloraba, suplicando que me dejaran tener solo un hijo”, recordó Carmen. 

Al día de hoy, su madre sigue convencida de su decisión.

“Me decía que sin la operación habría tenido muchos hijos, que era lo mejor que me pudo hacer”, continuó. 

La cirugía, de la que Carmen conserva una cicatriz que le provoca “ganas de morir”, significó además el inicio del deterioro de la relación con su madre, que entonces la obligó a vivir en un centro para pcd que, para la joven, asemeja una cárcel. 

“Nunca la podré perdonar, me ha quitado la mitad de mi vida”,  

sostuvo Carmen a 10 años de aquella esterilización.

La cifra negra de la que pocos hablan

Sólo en 2020, los juzgados de primera instancia resolvieron 28 casos de esterilizaciones forzadas a pcd, de acuerdo con el Consejo General del Poder Judicial español, todos ellos antes del cambio en la legislación. 

En los 10 años anteriores se abrieron 932 procesos, citó el medio. 

De acuerdo con organizaciones de derechos de las pcd, estos datos están lejos de mostrar la realidad de las esterilizaciones forzadas en el país, pues no se contabilizan las cirugías que se hacen fuera del margen de la ley.

“Hemos conocido casos de mujeres con discapacidad que se quedaban embarazadas y sus familias decidían interrumpir el embarazo sin contar con su consentimiento. En la misma operación para practicarle el aborto se acordaba también la esterilización”, dijo Isabel Caballero, coordinadora de Fundación Cermi Mujeres.

La especialista narró casos de mujeres que se dieron cuenta de que habían sido operadas cuando intentaban tener un hijo y no lo conseguían. 

“De pronto, recuerdan que con 18 años fueron al hospital para una intervención y nunca supieron de qué se trataba”, narró Caballero. 

En los casos de esterilización forzada es común que la víctima no sea informada e incluso que sea engañada haciendo pasar la operación por otro tipo de procedimiento. 

A sus 21 años, Rosario Ruiz conoció a Antonio en un centro ocupacional de día, pero sus padres rechazaban la relación. Luego, cuando hablaron con el médico de cabecera, éste sugirió que esterilizaran a su hija, que tiene un 67 por ciento de discapacidad. 

“Me llevaron al hospital y me dijeron que si no me operaba me separarían de Antonio y me internarían en un centro hasta que me muriese”, dijo Rosario, ahora de 53 años.

Al día siguiente, Rosario se encontró con la marca de la cirugía, una que le hace sentirse “vacía todos los días”.

“Me pregunté: ¿qué han hecho con mi vida? ¿Soy una inútil? ¿No soy persona? ¿Todos sirven para ser padres menos yo? A mí me han destruido. He perdido mi derecho como mujer y como persona”, narró Rosario, a quien no le explicaron las consecuencias de la cirugía. 

Hace tres años, Rosario logró revertir su incapacidad y vivir en un régimen de curatela que le permite una vida semi independiente con apoyo de la asociación Plena Inclusión. Con Antonio pasa los fines de semana, pues de lunes a viernes cuida de su padre, de 80 años, el mismo que no la veía capaz de cuidar de nadie. 

Ángeles Blanco, abogada especializada en discapacidad, señala que aunque la esterilización forzada está prohibida en España, ello no significa que sea una práctica erradicada, pues no se garantiza que las pacientes comprendan el proceso. 

“Sin los recursos para adaptar la comunicación a mujeres con dificultades de expresión y comprensión, ‘la decisión sobre algo tan invasivo en la integridad de la mujer recaerá sobre un familiar o un profesional, pero no será tomada por la propia mujer con discapacidad’”, abundó Blanco.

Prohibir o no prohibir la esterilización forzada: el debate en la Unión Europea

Actualmente, el debate sobre la prohibición de la esterilización forzada en Europa está en “el punto más complicado”, indica el diario. 

Ello porque los diputados de la Unión Europea buscan que la medida, que obligaría a los Estados miembros a cambiar sus legislaciones estatales, sea incluida en la nueva directiva sobre la lucha contra la violencia contra las Mujeres, que será votada a inicios de julio próximo.

Béatrice Idiard-Chamois es matrona del hospital parisino ’Institute Mutualiste Montsouris’, donde da consulta ginecológica especializada a mujeres con discapacidad. 

“De entre todas sus pacientes, no ha podido olvidar el caso de Sophie. La joven, con autismo no verbal, llegó acompañada de su madre y de una matrona de la institución en la que iba a ingresar. Las dos mujeres pedían la esterilización de la joven antes de entrar en el centro”, detalló el diario. 

Las mujeres se sorprendieron cuando Béatrice se negó a dar su consentimiento a la cirugía. 

En Francia todavía es posible esterilizar a una mujer sin su consentimiento, pues aunque la reforma de 2001 establece que una pcd puede ser sometida a ese tratamiento bajo supuestos muy controlados, se requiere el consentimiento informado de la paciente, algo difícil de garantizar.

Por Redacción Yo También

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