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El presidente Andrés Manuel López Obrador en la presentación del cuarto informe de gobierno.El presidente Andrés Manuel López Obrador en la presentación del cuarto informe de gobierno.

Asistencialismo, modelo médico e infantilización: así el enfoque de la discapacidad en el 4º. Informe de Gobierno

El Presidente hizo un cantinfleo de cifras entre su discurso y el volumen pesado entregado al Congreso. Lo que queda claro es que en su río revuelto de cifras, las personas con discapacidad perdieron desde pensiones hasta banca en colegios, pasando por oportunidades laborales o atención temprana en temas de salud.

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7 de septiembre de 2022

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Katia D'Artigues

El 1 de septiembre, durante el discurso de casi una hora del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre su 4º. Informe de Gobierno, solo hubo una mención a las personas con discapacidad (pcd). Y es muy reveladora de su posición y visión sobre el tema, aunque inexacta o anticuada por lo menos.

Menos de un minuto se tardó en decir sobre una población de más de 20 millones de personas en el país: *“*Es una realidad virtuosa el programa de la pensión, que ya beneficia a (…) a un millón de niñas y niños pobres con discapacidad, que ya se está ampliando a otras edades con la celebración de convenios con los gobiernos estatales y pronto este programa tan humano será universal”.

Su guión decía un millón de niñas y niños pobres con discapacidad, cuando se refería al  Programa de pensiones para personas con discapacidad permanente de Bienestar. Pero, según los datos del anexo del mismo informe entregado al Poder Legislativo la cifra es incorrecta: este año solo 973,544 personas reciben oficialmente ese pago bimensual. Es más, según sus mismos datos este volumen de beneficiarios  -que incluso propuso universalizar con acuerdo en 13 estados- en realidad va al revés, a la baja: en 2020 la pensión benefició a un millón 12 mil 227 personas, casi 40 mil pcd menos en dos años.

Y no solo es el cuánto sino el cómo. El Presidente dijo “niños y niñas”, cuando este programa -con sus tardías reglas de operación- está enfocado en una población de 0 a 29 años y también para adultos con discapacidad de 30 a 64 años que vivan en municipios integrantes de pueblos indígenas, así como a los adultos de 30 a 67 años que viven en zonas urbanas con alto grado de marginación, pobreza y altos índices delictivos.

La visión del Presidente AMLO sobre la discapacidad (y que se puede documentar en sus acciones y programas) es netamente asistencialista, médica e infantiliza a las personas con discapacidad quienes, sin importar su edad, son todos “niños”. 

La política aplicada es netamente asistencialista -aunque algunos dirían también clientelar- porque el foco está puesto en las pensiones vía tarjetas de pago directo, que la misma Ariadna Montiel, secretaria de Bienestar, ha aceptado están destinadas solo a la supervivencia. Tienen derecho a asistencia, no a derechos.

Su enfoque es también médico porque en el informe completo entregado al Congreso de la Unión (828 páginas), solo se menciona “discapacidad” en 49 oportunidades y la gran mayoría de estas se encuentran en los capítulos dedicados a acciones médicas, primero, y luego educativas, en algunas acciones de trabajo y deporte. No más.

Ni en Cultura se mencionan, no están en el apartado de Turismo, ni de Protección Civil, ni de seguridad con capacitación a policías o a la Guardia Nacional. 

Pensiones: “un millón, no menos…” __

Es “el” programa del sexenio, junto con el de las pensiones para personas adultas mayores. Pero tiene datos contradictorios. Mientras en el discurso público tanto el Presidente como la Secretaria de Bienestar presumen haber llegado a la meta de campaña de cubrir a 1 millón de beneficiarios, esto no es así ni en el texto del informe completo ni mucho menos en sus anexos. 

En la página 209 y 220 se reporta que para este programa se ejercieron de enero a junio de 2022, 11 mil 285 millones de pesos.

Sin embargo, cosa rara, “para 2022 cuenta con un presupuesto modificado anual de 20 mil 038 millones de pesos, de enero a junio se ha ejercido 57 por ciento de los recursos”. Aún así, de septiembre de 2021 a junio de 2022 se afirma que se “otorgaron apoyos económicos a 994 mil 469 derechohabientes únicos (padrón acumulado), de los cuales 151 mil 176 residen en municipios o localidades indígenas o afroamericanos”.

Eso es menos de un millón pero tampoco es la misma cifra que está en el anexo de datos del mismo 4º. Informe de Gobierno, donde la cifra cae un poco más a 973 mil 544: 20 mil 925 personas menos. ¿Cuál es el dato bueno? ¿A qué se deben tantas inconsistencias en el mismo informe?¿Cuáles son los ‘otros datos’ a los que debemos sí o sí creer?

Y como parte de la propaganda oficial del 4º. Informe de Gobierno, el mismo 1 de septiembre, Ariadna Montiel, la secretaria de Bienestar afirmó en su cuenta de Twitter que ya se entregaban un millón de pensiones y que se estaba ampliando a otras edades y que gracias a convenios con otros estados se buscaba la universalidad. ¿Ampliando a qué otras edades si como vimos están contempladas todas, excepto los mayores de 65 años que ya pasan al Programa de pensiones para adultos mayores?

La pensión a 1 millón de niñas y niños pobres con #discapacidad, ya se está ampliando a otras edades con la celebración de convenios con los gobiernos estatales y, pronto, este programa tan humano será universal.#CuartoInformeDeGobierno

#ElPuebloManda

#PrimeroLosPobres pic.twitter.com/SZFznxGo57

— Ariadna Montiel Reyes (@A_MontielR) September 2, 2022

En este rubro también se hace una mención sin transparencia, tampoco en los anexos. Aseguran que en septiembre de 2021 se incorporó la entrega de “Vales para el Bienestar para servicios de rehabilitación” de personas con discapacidad de 0 a 17 años de edad. 

Esto es gracias a una alianza que se hizo con la Fundación Teletón a nivel nacional. Pero no hay ninguna cifra  sobre cuántas personas accedieron a este nuevo beneficio. La alianza firmada era para la atención gratuita a 20 mil niños de 0 a 17 años con alguna discapacidad motriz, un contrato subrogado por 800 mdp. En marzo supimos que este programa apenas alcanzaba a 12 mil 590 beneficiarios y que para julio esperaban alcanzar la meta. Lee más al respecto en ‘En siete meses se entregaron 63% de las becas Bienestar/Teletón’.

__Educación: menos alumnos, escuelas especiales y material 

Si en el Tercer Informe de Labores de la Secretaría de Educación (que analizamos meses atrás en Yo También) levantamos la voz sobre la deserción de pcd que fue cuatro veces más que los alumnos sin discapacidad, ahora el dato empeora en este nuevo ciclo escolar 2021-2022. 

En el informe de labores de la SEP, este año hay inscritos en todos los niveles 573 mil 062 alumnos con alguna discapacidad (si restamos al total a los alumnos con aptitudes sobresalientes). Esta cifra representa una caída del 4 por ciento en la matrícula versus  2020/21 que fue de 585 mil 196 alumnos. 

Y en la misma tabla se puede observar que de ese total solo 25 por ciento tiene un diagnóstico sobre el tipo de discapacidad que presenta y 75 por ciento está en un enorme renglón llamado «otras condiciones».

También se produjeron menos materiales especiales por parte de la Conaliteg. 

Mientras el año pasado se produjeron libros en braille y macrotipo que beneficiaron a 15 mil 750 alumnos, este año la cifra cayó a 13 mil 698 (14 por ciento menos).

El famoso Programa de Fortalecimiento a Educación Especial que maneja lo mismo los Centros de Atención Múltiple (CAM: escuelas especiales para pcd o personas con aptitudes sobresalientes) bajaron. Mientras este año se reportan mil 667 de estas escuelas para educación básica, en el ciclo anterior se censaron mil 723. 

Pero lo que sí crecieron -sin explicar la lógica de este sube y baja-  fueron las Unidades de Servicio de Apoyo a la Educación Regular (USAER), ya que en 2021 se crearon 56 nuevos (pasando de 4 mil 646 a 4 mil 702) y que ahora existen mil 667 Centros de Atención Múltiple (CAM) en el que se atienden a 114 mil 355 estudiantes con discapacidad y/o aptitudes sobresalientes, estas cifras leídas bien a la luz de los anexos, reportan una disminución. 

Los Centros de Atención a Estudiantes con Discapacidad (CAED) son la única opción de educación con ajustes razonables en educación media superior para personas con discapacidad en bachillerato no escolarizado. Aquí también hay menos instituciones en este año: de 291 que había en el ciclo 2020-2021 a ahora solo 287 planteles que atienden a 34 mil estudiantes. 

En el único rubro donde aumentó la matrícula de alumnos con discapacidad fue en la Educación Superior, con una matrícula actual de 64 mil 761 alumnos que son 11,540 más que en el ciclo anterior. 

También en el Informe se hace hincapié que aumentó 3.6 veces las becas para posgrado de alumnos con discapacidad. Suena mucho, pero no lo es tanto: pasaron de 5 a 18 personas.

A nivel general la caída en el sistema educativo ha sido tristemente inédito, tanto en el número de alumnos matriculados,  como en las escuelas  y hasta en la cantidad de docentes. 

Y aquí si no aplica aquello de la austeridad porque el gasto nacional de educación en 2021 fue de un millón 472 mil 128.8 mdp y este ciclo tiene aprobados un millón 516 mil 328.9 mdp.

Salud: ventanillas incluyentes y la beneficencia pública

La Secretaría de Salud tiene largos apartados donde se menciona a las personas con discapacidad, aunque de manera poco clara. 

Sabemos que a través de las “ventanillas incluyentes”, se dieron 34 mil 146 atenciones a población en condiciones de vulnerabilidad entre septiembre de 2021 y junio de 2022, pero no cuántas fueron pcd.

También que hay 127 unidades de salud con mecanismos incluyentes: 42.7 por ciento más que el año anterior. Pero esto no es solo discapacidad, sino también para personas de comunidades indígenas. 

En el Programa de Atención a Pcd -que sí está etiquetado y tiene recursos cada año- la SSA resume que tuvo 33 proyectos en los que se atendieron a 19 mil 403 pcd y se otorgaron 839 apoyos funcionales. En materia de apoyos funcionales es curioso que la Administración del Patrimonio de la Beneficencia Pública dé más apoyos funcionales que personas que lo hayan recibido: “2,386 ayudas en beneficio de 2,359 personas”. Este apartado incluye aparatos auditivos, prótesis, sillas de baño y hasta material quirúrgico.

Aunque se reportan acciones de mejora en infraestructura médica, algunas incluyen lo mismo bardas perimetrales que sanitarios diferenciados, salas de espera, áreas de estimulación temprana y “rampas para pcd”. ¿No hay una Norma Oficial Mexicana para que todas las instalaciones de salud sean ya obligatoriamente accesibles?

En Desarrollo Infantil se presume que se distribuyeron 20 mil ejemplares del “Manual para la Aplicación de la Evaluación del Desarrollo Infantil” para detección de alteraciones en el desarrollo en las 32 entidades federativas. Serían unos  625 manuales por estado, cuando según el INEGI hay un promedio de un millón 629 mil 211 de nacimientos. ¿no serán pocos estos materiales? Como sea están descargables.

Los jóvenes que construyen el futuro no tienen discapacidad

Si bien el Informe de gobierno recuerda que el 25 de junio de 2021 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el “Programa Nacional de Trabajo y empleo para pcd 2021-2024”, pero no hay cifras de los resultados excepto que implementaron la estrategia “Abriendo Espacios” donde del 1 septiembre de 2021 al 30 de junio de 2022 se “brindó apoyo a 13 mil 351 personas con algún tipo de discapacidad y de ellas, 2 mil 598 fueron colocadas en un puesto de trabajo”.

Y sabemos que de los 300 mil 690 personas que están en el programa “Jóvenes Construyendo el Futuro” solo hay 4 mil 025 personas con discapacidad en un proceso de capacitación. Son el 0.174 por ciento del total. De ellos sí hay estadísticas: 69.9 por ciento tienen discapacidad sensorial, 17.2 por ciento discapacidad motriz, 8.1 por ciento discapacidad múltiple y 4.8 por ciento, discapacidad mental. 

Por Katia D’Artigues