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Fotografía de Norma Narváez Aguilar, una mujer joven de tez latina, cabello negro, un poco ondulado, suelto, aparece con una ligera sonrisa frente a la cámara, lleva puesta una blusa de color blanca con manga larga, el fondo de la imagen es color blanco.Fotografía de Norma Narváez Aguilar, una mujer joven de tez latina, cabello negro, un poco ondulado, suelto, aparece con una ligera sonrisa frente a la cámara, lleva puesta una blusa de color blanca con manga larga, el fondo de la imagen es color blanco.

“En educación ha existido un abandono importante a las personas con discapacidad”

Los niños, niñas y adolescentes con discapacidad y en situación de pobreza han sido los más afectados por la pandemia y el acceso a la educación.

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17 de agosto de 2021

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Redacción Yo También

Por Katia D’Artigues

Por supuesto que a niños, niñas, adolescentes y juventudes con discapacidad y más si son pobres (la mitad lo son) les ha pegado más la pandemia y el acceso a la educación. ¿Qué hay qué hacer? ¿Qué datos tenemos? ¿Cuáles son las mejores prácticas? Una experta en educación nos cuenta tras el Informe “Impactos Diferenciados por COVID-19: diálogos con organizaciones de la sociedad civil”, de Copred.

La pandemia tomó por sorpresa al mundo; nadie estaba preparado para hacer frente a una emergencia así, pero en México la situación agravó las condiciones en las que viven los niños, niñas, adolescentes y jóvenes con discapacidad, quienes en su mayoría están en condiciones de pobreza y sin la posibilidad de adquirir equipos digitales para intentar incorporarse a los programas de educación a distancia.

Más aún. Si de alguna manera lograran acceder a los programas educativos para realizar en casa, tampoco podrían avanzar porque ninguno fue actualizado para tomar en cuenta ni el tipo de discapacidad ni los ajustes razonables para que ese segmento de la población pueda seguir su instrucción.

En algunos casos, los ajustes sí estaban programados, pero no se ejecutaron. Entonces, llegó la pandemia y aumentó la brecha existente, producto de una conjunción de factores en los que la pobreza y la discapacidad parecen ir de la mano, y que hoy por hoy se refleja en  la deserción de 740 mil estudiantes sin que, como ocurre hasta ahora en el país, haya datos que permitan desagregar la información para saber cuántos de ellos tienen alguna condición de salud.

No obstante, la pandemia también ha dejado aprendizajes sobre lo que hace falta poner en práctica en México, que puede voltear hacia varios países de América Latina y aprender de sus mejores prácticas en materia de educación para personas con discapacidad.Sobre esto y algunos temas más, nos comenta Norma Narváez Aguilar,  jefa de la Unidad Departamental en el área de Educación del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación (Copred) en Ciudad de México.    

La emergencia sanitaria por la pandemia de COVID ha afectado a todos los niños, niñas y adolescentes, ¿pero más a los y las que presentan discapacidades?

Desde Copred hicimos un informe que habla sobre impactos diferenciados que tiene la población que tienen condiciones con las cuales viven. Una intersección importante es cuando, además de la edad, se intersecciona un tema de discapacidad. Lo vemos en el tema de acceso a bienes y servicios educativos. Toda la estructura que tiene el sistema educativo no ha tenido los ajustes necesarios para que estos impactos que ha dejado la pandemia no se trasladaran a ellos y se acrecentaron. Nuestro sistema no estaba ni está preparado para atender una emergencia sanitaria de tal magnitud. Los materiales que ya estaban hechos, la parte pedagógica se salió de control porque no teníamos presente esta variable.

¿Ha sido otra lupa de desigualdad la COVID para los niños, niñas, adolescentes y juventudes con discapacidad?

Efectivamente. La pandemia generó brechas importantes que antes no teníamos tan presentes, pero que ya existían y se acrecentaron.

Un ejemplo importante es el tema económico. Si bien sabemos que la mayoría de los niños, niñas y adolescentes (NNA) que viven con discapacidad también viven en situación de pobreza y desigualdad, que (la pandemia) haya impactado la parte económica de las familias que tenían un integrante con discapacidad también impactó sus servicios educativos y algunos servicios de rehabilitación.

Al no poder salir, incrementó las necesidades, los costos. El hecho de ajustar en casa las situaciones idóneas para que un NNA tenga todos los ajustes razonables en casa es complejo. Es una población que vive en situación de vulnerabilidad y pobreza y el hecho de que se quede en casa implica gastos extra. Incluso en el tema en el que se manejó la oferta educativa: la oferta está digitalizada y no toda la oferta está ajustada a los tipos de discapacidad que cada quien necesita. No tener los recursos necesarios para adquirir un dispositivo inteligente repercute en el avance o continuar con su avance educativo.

Incluso tenemos números mayores de NNA que abandonaron la escuela: 740 mil no pudieron regresar. No sabemos por qué. Tendría que haber un desagregado de cuántos de esos tienen discapacidad. También pasa porque los servicios a los que acceden la gran mayoría están en establecimientos privados. Los que están adscritos a servicios públicos están, pero no tenemos acceso al resto de la población.

¿Sabemos cuántos de ellos tienen discapacidad?

Exactamente no. Según el INEGI, de los 33 millones de NNA y jóvenes de 3 a 29 años que se inscribieron en el curso 2019-2020, sin desagregar por discapacidad, etnia, afrodescencia, hubo una deserción de unos 740 mil estudiantes. Lo que sabemos es que al menos 2% de ellos, unos 500 mil, eran alumnos con discapacidad, pero no sabemos exactamente cuántos de ellos desertaron. Nos falta ese número para saber de estos 500 mil cuál es el porcentaje real de esta población que derivado de la pandemia, la falta de recursos y materiales accesibles, desertaron.

Es importante que los gobiernos tengan un sistema efectivo de recolección de datos para saber precisamente cuál es la población a la que se está impactando y dónde generar acciones. Cuando lo interseccionamos con violencia también se acrecienta: a las pcd se les ha ocultado porque son -bajo un modelo viejo- un sinónimo de personas que no pueden aportar algo a la sociedad, es mejor tenerlas escondidas. Los efectos de la pandemia reforzaron este paradigma.

¿Cuáles son los aprendizajes y los retos?

Estamos en un momento clave para reforzar la perspectiva de derechos humanos en emergencias sanitarias.Hay que tener directrices y lineamientos para atenderlas en esta magnitud; se pudieron haber previsto hace mucho tiempo. Favorece que toda la población, independiente de la situación en la que vivan, puedan seguir accediendo a la educación. Ha existido un abandono importante (a pcd).

Tenemos que generar protocolos y directrices, lineamientos para atender emergencias de esta magnitud. Si bien hay lineamientos para adaptar la parte pedagógica, se pudo haber previsto hace mucho tiempo. Ha existido un abandono importante.

Algo que se puede contemplar es la capacitación docente, si bien se tenía contemplada en el 2019, sería preciso reforzar esta capacitación para poder atender a la población con discapacidad así como también capacitar a todo el personal de asistencia pedagógica, generar estos vínculos de trabajo con madres y padres de familia así como todos los integrantes de la familia que conviven con NNA o juventud con discapacidad. Que estos recursos tecnológicos pueden ser accesibles y adaptados a este tipo de población.

Que todos los textos y materiales sean accesibles. Si son en video, que tengan versión estenográfica, subtítulos y Lengua de Señas Mexicana (LSM). Algo que se dejó a un lado, se dejó a un lado fueron a NNA con discapacidad psicosocial e intelectual. 

Replantear también justo el tema de la salud mental. Dentro de las estrategias que se pensó pudiera atender el sistema educativo fue la parte socio-emocional. Está mencionado al aire, pero no hay acciones concretas. Es algo que se tendría que contemplar sí o sí.

¿Qué presupuesto y capacidades en los y las maestras y autoridades se necesitaría para hacer esto?

Como tal no tengo un dato de qué presupuesto, pero algo que sí necesitamos contemplar es que, desafortunadamente, a raíz de la reforma educativa de 2019 hubo un recorte importante para la educación básica y esto impactó a todos los tipos de educación y a la educación especial. Lo ideal sería que los materiales digitales estuvieran adaptados, que se propiciaran versiones estenográficas, con subtítulos con LSM… Si contrastamos la parte presupuestal ahí nos estamos enfrentando a una parte importante que puede generar más brechas que ir favoreciendo este tema. 

Si vamos a seguir en este modelo y contemplamos que los NNA y juventudes viven en situación de pobreza, lo primero que se tendría que hacer es destinar un presupuesto para esta población pero estamos dependiendo de estos reajustes presupuestales para la educación básica. Implicaría un gasto importante y esperaríamos justo que pudiera existir una partida importante para estos ajustes, que no se ha dado.

¿Existen buenas prácticas en otros países, que se puedan aprender?

En Chile, su ministerio de Educación, desde antes de la pandemia, lo que hicieron fue ofrecer recursos para estudiantes con discapacidad: subir tutoriales para que esta población pudiera manejar tecnologías de la información y comunicación. También con discapacidad auditiva en algunos recursos como cápsulas de educación básica a distancia y alineados a su curriculum. Generaron un programa de apoyo a estudiantes con discapacidad en instituciones de educación superior que es un tema que casi no se toca. 

En Costa Rica, a través de su ministerio de Educación en en alianza con el Instituto de Discapacidad y Educación Superior, hicieron una estrategia de capacitación para toda el área docente. Se han podido generar los materiales digitales necesarios para poder atender a todo tipo de alumnado. Se previó que se le pudiera dar la capacitación a los docentes para que se pudieran generar materiales educativos digitales con principios de accesibilidad.  No sólo socioemocional sino digital al profesorado.

Y uno de los países que es un ejemplo en temas de inclusión y accesibilidad de NNA y juventudes es Argentina, desde mucho antes de que existiera esta pandemia ya tenían un camino muy andado … ya tenían un plataforma educativa, la plataforma Seguimos Educando, y ya estaba contemplada para la educación tipo básica, un pilotaje. Maestros, maestras, asistentes subían contenidos adaptados. Lo abrieron mucho más. Tienen propuestas educativas muy bien diseñadas y lo que hacen es que tienden a garantizar que todo el estudiantado, independientemente del tipo de discapacidad, pueda acceder al tipo de discapacidad con el que viven, ajustados al currículo… Todos tienen un diseño flexible, un diseño universal que permitirá hacer ajustes necesarios independientemente de la emergencia a la que se están enfrentando.